Sufrimiento de unos, ambición de otros

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Capítulo 12


Tres semanas antes...

Había estado ciego durante demasiado tiempo.

Desde la muerte de su hermano había dejado pasar los días, los meses y los años sin preocuparse ni interesarse, por las causas que le habían llevado a arrebatarse la vida. O eso había pensado hasta ahora. Como un estúpido necio, Sasuke se dejó cegar por las palabras de su padre sin ser todo lo juicioso que esas circunstancias requerían.

Demasiado tarde se dio cuenta de que todo formaba parte de un elaborado y astuto plan de coartada.

Una realidad tan próxima a él que no había logrado advertir ni siquiera ante el extraño comportamiento de su hermano. Y ahora, dos años después, se preguntaba con frustración por qué no había sido capaz de creer a Itachi cuando le dijo que toda la familia Uchiha estaba corrupta, palabras que nunca tuvieron explicación y que ahora por fin cobraban sentido. Como piezas de un puzzle que él nunca se había preocupado en completar.

—¿Qué es exactamente lo que buscas? —le preguntó repentinamente el vendedor ambulante mostrando un amplio su arsenal de armas de contrabando a lo largo del maletero del coche—. La mayoría son semiautomáticas, de nueve o diez milímetros, aunque si realmente buscas una ligera y sin retroceso, te recomiendo esta.

Los ojos de Sasuke se posaron sobre el objeto que el traficante le mostraba, aunque sus mente continuara en otra parte.

La carta.

Si pudieras impedir una masacre, ¿lo harías al precio que fuera? ¿Incluso si con ello arriesgaras tu propia vida? Relataba el inicio de la carta que Shisui Uchiha había escrito para Itachi, y que él, por fortuna o desgracia había terminado descubriendo dentro de la caja fuerte de su padre.

Las primeras líneas iban dedicadas al perdón.

Con visible arrepentimiento Shisui le pedía disculpas a Itachi por haberlo traicionado, por haberse dejado manipular por el clan como una burda marioneta y haber aceptado el encargo de vigilarlo y ser su sombra, ya que gran parte del consejo había comenzado a sospechar de Itachi, de su lealtad para con el clan, lo que había generado una gran desconfianza.

Entre Shisui e Itachi siempre había existido una estrecha relación de amistad y profundo respeto mutuo, llegando a considerarse como hermanos. Y esa era una de las principales razones por las que Shisui le escribía aquella carta, para así poder emendar sus errores.

Y tras las primeras líneas de arrepentimiento, Shisui comenzó a narrar el macabro plan que tan celosamente guardaban los mayores diligentes del clan Uchiha; el golpe de estado.

De sobra era conocida la enemistad que los dos clanes más poderosos de Konoha, Senju y Uchiha, se profesaban. La notoriedad y fuerte presión financiera que ejercía el clan rival sobre Industrias Uchiha podía llevarlos en cualquier momento a la ruina, por lo que Teyaki el más radical de los dirigentes, sugirió deshacerse del líder el clan Senju. No sólo conseguirían el control total de Konoha, sino que también desestabilizarían el mando de su oponente, y para cuando el clan enemigo quisiera volver a reestructurarse, ellos ya se habrían consolidado, cobrado una mayor fuerza que tomaría por completo la ciudad. Fugaku, líder principal del clan, accedió a la propuesta de infiltrar a su hijo mayor Itachi como el espía entre las líneas enemigas, como doble agente.

Pero Itachi se había negado en rotundo a la propuesta de recopilar información del clan rival, mostrando así su desacuerdo. Y fue entonces cuando el clan le otorgó la misión a Shisui de vigilar los movimientos de Itachi, y en caso de que traicionara a los Uchiha, fuera eliminado.

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