8 Semanas - Parte 2

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Capítulo 17


Día 0 – Segunda Parte.

Sasuke hubiera preferido no haber entrado en aquel último despacho. Un rápido vistazo a la mujer entrada en años que lo esperaba sentada tras el amplio escritorio le bastó para determinar que aquella entrevista no iba a ser agradable. Brillante y depredadora mirada repasándolo continuamente de arriba abajo, sonrisa seductora, tocamiento compulsivo de cabello y contoneo sospechoso de hombros. Cuando las uñas lacadas de un furioso rojo pasión abrieron sugestivamente el primer botón de la camisa dejando entrever el voluminoso escote, Sasuke dio por finalizada la entrevista.

Y con esta ya sumaba diez.

Definitivamente encontrar un trabajo no era nada sencillo. Sobre todo si las supuestas jefas, jefes, o lo que dios quisiera ocultar bajo la ropa interior del sospechoso individuo, no estuvieran más interesados en desnudarle y arrebatarle por la fuerza sus genes, que en finalizar correctamente la entrevista.

Agotado entró en el ascensor y con apatía pulsó el botón luminoso que marcaba la planta número cuatro.

Nada ostentoso, le había advertido la policía que lo escoltó. Sin herencia o apellido que lo respaldase, debería vivir durante los dos primeros años integrado en la sociedad como un ciudadano vulgar con un trabajo mediocre. Nada de llamar la atención, acudir a grandes eventos o acceder a puestos de trabajo importantes donde pudieran reconocerlo. Algo a lo que por ahora sólo encontraba ventajas. Por su parte el apellido Uchiha podía pudrirse entre rejas junto con su padre.

Llevaba a penas una semana en su nueva vida y Sasuke no echaba en falta nada de la anterior. Bueno, tal vez algo, o más concretamente a alguien; un rubio idiota, torpe, escandaloso y de boca por lo general mucho más ruidosa.

—Ese dobe.

Con dolor se llevó una mano al cabestrillo que sostenía su brazo herido y suspiró con acritud. Se sentía sumamente cansado. Había intentado localizarlo en varias ocasiones, todas por supuesto desde el anonimato, pero ninguna había surtido efecto. También le había mandado varias postales del Sonido, su nueva ciudad de acogida, con la intención de que hiciera gala de sus dotes de detective, de las que casualmente hacía poco uso, e intuyera su paradero. Pero siendo tan idiota como el rubio era, seguramente pensaría que era mera publicidad.

Las puertas del ascensor se abrieron, y del bolsillo del pantalón sacó la llave de su nuevo apartamento.

Quería haberle explicado él mismo los últimos detalles de la misión, la falsa muerte que lo introduciría en el programa de testigos protegidos, e invitarlo a unirse junto a él en una nueva vida, pero la brigada de Suna que lo custodiaba a las puertas de su habitación en el hospital no le había dejado salir de la misma, argumentando que era de vital importancia finalizar la misión lo antes posible y evitar contacto con terceras personas, ni dejarse ver, mucho menos vivo. Finalmente tuvo que conformarse con la palabra de Gaara de que informaría de todo lo ocurrido a Naruto, y en breve se reuniría con él. Pero lo cierto es que nunca había confiado en su palabra, y la falta de contacto con Naruto le resultaba alarmantemente sospechosa.

¿Quizás aún desconocía que él seguía vivo?

Introdujo la llave en la cerradura y la hizo girar, accionando seguidamente la llave de la luz que dejó plenamente iluminado el pequeño recibidor.

En cualquier caso, era una estupidez por parte de Gaara mantener oculta una cosa así, sabiendo que tarde o temprano él mismo intentaría ponerse en contacto con el rubio y aclarar toda esta situación.

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