➿My fluffy omega➿

.•Cuatro•.

Otro día había llegado, y con eso el día de partido de Changbin. Jugarían contra una escuela muy prestigiosa y un tanto única; pues era una escuela solo para alfas, creada por algún político con mucho dinero y aburrimiento.

El alfa guardo algunos libros en su casillero y caminó en dirección al gimnasio mientras pensaba cual estrategia usaría contra esos niños mimados. Cuando de repente logró olfatear un aroma que sus sentidos conocían muy bien.

Era Felix. Buscando a alguien con la mirada y con una cajita de cartón en las manos. Su lobo se puso inquieto y feliz, pues quería ir a olfatear ese rico olor más de cerca.

Estuvo apunto de perseguirlo, pero se detuvo de inmediato al ver al más pequeño caminar tímidamente hacia su casillero, abriendo la pequeña puerta con lentitud e introduciendo la cajita de cartón en el interior del rectángulo de metal.

Sonrió y su lobo aulló de alegría, pues era la primera vez que el más pequeño le regalaba algo anónimamente. Así que esperó a que el gordito se fuera y así poder ver qué fue lo que le había obsequiado.

Miró a su alrededor y se aseguró de que el más pequeño no estuviera, simplemente para no incomodarlo con la situación. Abrió el casillero y tomó la cajita entre sus dedos, notando de inmediato que había una diminuta carta colgando de una de las esquinas del pequeño cuadrado de cartón.

Dio una sonrisa ladina y no dudó ni un poco en leer lo que decía el papel, no pudiendo evitar el revoloteo en su estómago y el veloz palpitar de su corazón cuando sus ojos leyeron un muy corto pero lindo mensaje de parte del más bajito.

¡Suerte en tu partido, Changbin hyung! ^u^.

Sonrió efímeramente y apretó la cartita en su pecho, sintiendo como su lobo moría de alegría por el presente del  omega. Así que decidió ir tras el gordito para invitarlo a ver su partido.

Caminó a paso rápido para lograr alcanzar al más bajo, y cuando lo logró; lo tomó suavemente de su brazo derecho.

-Felix, quería saber si quieres acompañarme al partido que tengo en un rato.- dijo fluidamente y con una expresión neutra qué puso algo nervioso al menor.

-Y-yo amm, ya planeaba ir con mis hyungs.- término de hablar e inmediatamente su mirada bajó y comenzó a jugar con sus deditos.

Ya sabía que lucia patético cada vez que se comportaba así, pero no podía evitarlo; cada vez que se acercaba o miraba al mayor, sus nervios se apoderaban de él, y algo en su estómago se sentía raro y fuera de lugar.

- Ooh, ¿enserio?, bueno, ¿entonces aceptas sentarte en un lugar especial? Hablo de uno elegido por mi.

Los ojitos de Felix brillaron al escuchar a su mayor, y casi de inmediato subió la mirada con un bonito y potente sonrojo.

- O-okey, hyung.

El alfa sonrió ladino y tomó la manita del chico gordito para así guiarlo hasta la puerta del gimnasio donde sería el partido.

- Espera, buscaré un lugar donde puedas mirar bien, y sin intervenciones de gente molesta.- habló el mayor mirando a todos lados mientras aún sostenía la bonita y robusta mano del omega.

Fingió buscar un poco más aún cuando había decidido qué lugar darle al más bajito desde que este aceptó, solo para tomarlo de la mano un poco más de tiempo.

- Mmm, ¿te gusta ese lugar?.- miró a Felix y señaló el punto medio de las gradas donde convenientemente estaban los lugares más cómodos de todo el lugar, pues tenían respaldo, un esponjoso asiento y contaban con una máquina de bocadillos bastante cerca de ahí.

- Sip, luce realmente comodo. Me gusta.- dijo felizmente, mientras sin darse cuenta mecía la mano que estaba sosteniendo chang; logrando que este sonriera y frunciera el ceño de una manera divertida.

Felix siguió haciendo lo que hacía y comenzó a hablar de los snacks que le gusta comer cuando es un día especial o cuando va a ver los partidos de basquetbol.

Seo no actuó diferente ni se puso nervioso, así que decidió seguir hasta que el más pequeño se diera cuenta, pero hubo un momento donde él omega mencionó que le gustaba ir a ver los partidos de básquet, y eso lo intrigó.

-¿Si? ¿Y vienes a ver solo los juegos o... a alguna persona?

- Mmm, pues hay un hyung; que es muy lindo conmigo y que es demasiado bueno en lo que hace.- habló aún sin quitar el agarre en la mano del mayor.

- Oh, ya entiendo. Es la persona que te gusta, ¿no es así?.- para ese preciso momento el alfa ya se sentía más que desanimado y frustrado.

- Y-yo no... no sé si me guste. De echo nunca me había gustado nadie, ¿como debería de sentirse?

- ...Te gusta proteger o tratar bien a esa persona, y te encanta pasar tiempo con él. Así es como debería sentirse.

- Entonces creo que... tal vez me guste un poquito. Pero creo que él solo es bueno conmigo porque las personas me molestan y dicen cosas feas sobre mi cuerpo.- alzó la cabeza y su mirada decayó en el momento que  hizo contacto visual con Changbin.

- Tal vez deberías preguntarle sobre sus sentimientos hacia ti.

- Lo haría. Pero, ¿quien querría a un omega que es totalmente diferente a lo que todos consideran perfecto?- dijo con un puchero.

- ¿A que te refieres? Pienso que cada persona es perfecta siendo ella misma, y si hablas de los estúpidos estándares de belleza, déjame decir que a mi parecer eres el omega más completo y auténtico que haya visto jamás. Luces muy bien tal y como te ves... tan... adorable.

La cara del gordito enrojeció y fue en ese momento cuando notó que tenía a su hyung tomado de la mano. Enrojeció tanto que ahora parecía un tomate.

Lo-lo siento, no m-me di cuenta jaja.- los nervios del menor eran casi palpables pero volvió a olvidar que sostenía la mano del alfa. Así que el más alto no pudo retener la risa, y tampoco pudo evitar mirar al pequeño omega con los ojos llenos de cariño y ternura, a sus ojos era el ser más puro y hermoso del universo. Le encantaba verle sonreír y hacer pucheros cuando algo que quería comer no se encontraba disponible.

Simplemente encantador.

-Está bien, Lix, no pasa nada.- sonrió ladinamente y acarició el cabello del gordito.- Nos vemos en el partido. No tienes permitido faltar.- dijo aún sonriendo.

-Okey hyung. No faltaré.- arrugó la nariz y seguido de eso hizo un pucherito.

                               

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