➿My fluffy omega➿

.•Catorce•.

*•+18 •*
*Nada explícito*

Changbin no podía explicarse como podía querer tanto a Felix. No podía pensar en nada más cuando el gordito llegaba a su mente; estar con Felix era de las mejores cosas que le habían pasado.

Y cuando lo decía no estaba exagerando, de verdad lo sentía, sentía que moría de amor cada que sus ojos lograban coincidir con eses ojitos tan brillantemente lindos y también sentía que su corazón se rompía cuando lo veía llorar.

Lo único que pedía era que las personas dejaran de ser idiotas y superficiales, pero no podía hacer milagros, entonces creía que bastaba con proteger al omega y darle mucho amor para curar sus inseguridades.

No cabía de amor cuando el más bajito llegaba de donde fuera y lo abrazaba como si jamás lo quisiera soltar solo para sonreírle de esa manera en que él lo hacía, esa manera única de Lee Felix.

Era un viernes en la tarde, y aunque ya había visto a su novio, simplemente nunca era suficiente. Así que lo llevo a jugar bolos y a ver películas animadas en su casa.

Hacía un tiempo que había presentado a Felix como su novio, y claro que su mamá fue la más emocionada con el asunto, ya que nunca les había presentado a nadie y mucho menos les había hablado de alguien que fuera de su agrado.

La señora Seo supo que su hijo había encontrado al indicado cuando este habló con todos pidiéndoles que por favor trataran con mucho amor a su novio, ya que era alguien dulce y timido; y por supuesto que era una persona que él quería mucho.

Y claramente la familia no tuvo que conocer al chico para tenerle cariño, pues con el simple echo de que hiciera así de feliz al frío y desinteresado Binn ya tenían suficiente.

Llevaban cinco meses saliendo y todo iba como viento en popa; claro que habían tenido algunas peleas porque son cosas normales en una relación, pero nada grave como para hacerlos siquiera pensar en separarse.

Se encontraban viendo una película de romance, a petición de Felix; cuando a la mitad de esta, el menor quiso abrazarse de su novio, soltando un gruñidito cuando olfateó las feromonas de otro omega.

-¿Changbin, por qué hueles a omega?- preguntó aún oliendo la manga del jersey del alfa.

-El omega que pretende a Christopher me tomó del brazo para que los dejara solos en los vestidores.- explicó tranquilamente y le dio un sorbo a su botella de agua.

-¿E-Estabas solo con Christopher... en los vestidores?- no sabía por qué eso le causaba molestia, si eran amigos de la infancia y además eran alfas.

-Si, de echo me persiguió porque quería toquetear mis pechos. - dijo con un escalofrío para después reír.

-...No les dejes hacerlo... que dejen su olor en ti, no me gusta.- dijo con un puchero y una carita de molestia.

-Me encanta que te pongas celoso, pensé que el único que lo hacía era yo.- sonrió emocionado y tomó el mentón de Felix para besarlo, y le sorprendió que al hacerlo, este se tornara necesitado, cambiando el ambiente casi de inmediato.

A Changbin le parecía encantador el como se comportaba el gordito, aunque era algo raro en él.

Pero lo más desconcertante vino cuando Felix mordió el labio del alfa; y no es que no le haya gustado, sino que este no solía ser así. A Felix le encantaban los besitos lentos y tiernos, pero parecía que le habían cambiado al novio.

-Estás bien, Lix?.- preguntó un tanto desconcertado.

-S-si, solo me siento un poco raro.- la habitación comenzó a llenarse de feromonas y Changbin comprendió la situación: Felix estaba entrando en celo.

Felix buscaba los labios del contrario para satisfacer esa necesidad de tenerlo cerca, cuando después llegó una punzada en su vientre bajo; esa punzada que conocía bastante bien.

Pero, a la vez, era diferente a las otras ocasiones, pues solo deseaba los besos y caricias del alfa, y casi no había dolor.

Y es que el omega nunca había tenido un celo teniendo pareja y menos a su pareja destinada.

No sabía que el deseo incrementaba y el dolor punzante que conocía era casi imperceptible.

Así que todavía sin saber qué pasaba miró los labios de Changbin moverse mientras lo miraba ¿preocupado? No sabía, solo sabía que quería besar al alfa, besarlo y que este le prestara toda su atención.

Se acercó y besó lentamente los labios de chang, logrando que este se dejara llevar, tomando la pierna y la cintura de Felix para subirlo en su regazo mientras subían la intensidad del beso.

El alfa se separó del beso y miró a lix mientras tocaba su cintura.

-puedo?- pidió permiso para colar sus manos por el lindo suéter del omega. Haciendo a este enrojecer y asentir.

Volvieron a unir sus bocas y el alfa metió sus manos dentro de la prenda tocando suavemente la espalda y la pancita del omega. Amaba todo de su cuerpo como si fuera el suyo, Felix era perfecto en todos los aspectos, y él lo quería tal y como era, no tenía que cambiar absolutamente nada para ser más como la gente quería.

Dejó al omega sobre la cama mientras seguían con los besos. La ropa fue sobrando y Changbin no desaprovechó para mirar el cuerpo de lix; le encantaba lo que veía. Pero al parecer esa mirada tan atenta estaba poniendo tímido al omega, y solo atinó a cubrir su desnudes con sus manitas mientras esquivaba la mirada de su novio.

-no te cubras, ¿cuantas veces más tengo que repetir que me encantas tal y como eres, Felix? Y si te miro tanto es porque me gusta lo que veo.

Felix enrojeció y tomó entre sus manos el rostro de su destinado para poder besarlo.

Changbin hizo un camino de besos en sus mejillas, cuello y pecho hasta llegar a su estómago donde repartió muchos besitos solo para seguir bajando mientras tomaba una de las piernas de Felix para besar la parte interna de esta, repitiendo lo mismo con su pierna izquierda.

El gordito lo miraba con los ojos cristalizados mientras hacía un pequeño puchero.

-Lixie, déjame besar tus inseguridades.- habló con amor después de dejar otro besito en su muslo.

Finalmente las lágrimas se abrieron paso mojando sus cachetitos, sintiendo de inmediato la mano de Bin limpiando su carita para seguido de eso iniciar un beso lento.

-Déjame amarte.

Y en ese mismo instante Felix se dio cuanta de lo mucho que había esperado que alguien lo amara con la intensidad en qué Changbin lo hacía.
Esa noche Felix se sintió tan amado, respetado y deseado que no pudo evitar enamorarse un poquito más de ese alfa que le curaba las heridas cada vez que lo besaba.

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