.•Trece•.

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Eran casi las seis y todavía no tenía listo el pastelito que había echo para el postre.

Al principio tenía pensado hacer algunos brownies y un pastel de fresa, pero... tal vez era demasiado.

Ordenó la mesa y colocó los cubiertos en su lugar cuando escuchó el timbre de la entrada.
Al principio se quedó estático por lo nervioso que estaba, pero entonces lo hicieron sonar de nueva cuenta logrando asustarlo un poco pero haciéndolo reaccionar e ir a abrir la puerta lo más rápido que pudo, solo para divisar a Changbin y automáticamente ser abrazado por este.

-Entra, Binnie. Ya está todo listo.- lo tomó de la mano y lo guió hasta la entrada donde quitó sus zapatos y se deshizo de su abrigo lleno de nieve.

Caminó hasta el comedor aún sosteniendo la mano de Felix, y fue ahí cuando vio llegar al padre del omega acompañado de su pareja. Soltó la mano de Felix e hizo una reverencia de noventa grados mientras mantenía una expresión seria en su rostro.

-Seo Changbin. Un placer conocerlos.

-Lee Jun Ho. Mucho gusto.

-Kim Jennie, dime Jenn.- dijo amablemente mientras estrechaba la mano del alfa.

-Bien, vamos a sentarnos en lo que sirven la comida.- habló Felix mientras guiaba al más alto a la silla que tenía destinada para él; y estaba en eso cuando de pronto una de las tantas cosas colgantes del lindo vestido de la omega se enredó en el botón de la manga de Chang.

Este rápidamente se detuvo e intentó desenredar el pequeño adorno lográndolo después de jalonearlo un poco pero dejándolo intacto.

-Ay, muchas gracias. Casi arruino mis ahorros de media vida.- bromeó haciendo reír a los dos alfas.

Haciendo sentir un poco incómodo y desconcertado a Felix, pues cuando el estaba presente ella nunca actuaba de esa manera tan amigable.

Tomaron asiento y comenzaron a servir la comida, y el momento perfecto para hablar sobre su relación llegó.

-Changbin, ¿verdad? ¿Qué planes tienes con mi hijo? ¿Por qué lo cortejas?- preguntó serio.

-Bueno, lo cortejaba para que en algún momento si era su voluntad me aceptara para ser su alfa: y mis planes con Lix son a futuro, señor.
Planeo estar a su lado hasta que me lo permita.- dijo mientras miraba al gordito con la cara menos enamorada que encontró.

-¿Que tan a futuro piensas llegar con él? ¿Matrimonio?- preguntó con un toque de burla en su última pregunta porque lo quería asustar.

-Me encantaría casarme con su hijo, pero aún es muy pequeño y le va mal en filosofía. Esperaré un poco a que mejore sus notas y se gradúe para hacerlo.- dijo para después sonreír cuando el alfa mayor pasó su lengua por el interior de su mejilla dándose cuenta de qué no funcionó eso de asustar al niño.

Pero Seo no mentía, le encantaría casarse con Felix y tener muchos bebés, pero primero tendría que hablarlo con él. No era algo que pudiera decidir él solo y mucho menos ahora que aún estudiaban.

-Lo que quiero que entiendas es que no puedes jugar con los sentimientos de mi hijo. No quiero que pierda su tiempo.

-Señor. Con todo respeto, si quisiera jugar con los sentimientos de su hijo no habría accedido a venir hasta aquí a hablarle sobre mis sentimientos por él.
Los planes a futuro no me asustan y mucho menos estar con él lo que resta de mi vida. De verdad quiero a Felix y me gustaría que usted aceptara nuestra relación.

Jung ho estaba anonadado. Jamás hubiera imaginado a alguien tan enamorado de su pequeño, porque eso es lo que ese chico sentía por Felix. Amor.

Y no lo mal entiendan, no es que creyera que nunca nadie fuera a amar a su hijo, solo que las personas podían llegar a ser crueles con personas que estuvieran fuera de los estándares de la sociedad, y eso lo hacía consciente de que tristemente para él, Felix no era aceptado por todos.
Pero aunque no le gustaba para nada la idea de que Felix tuviera un alfa que lo mimara y cuidara más que él mismo, sabía que lo dejaba en buenas manos. Aunque no le caía del todo bien ese tal Changbin sabía que cuidaría muy bien de su bollito.

➿My fluffy omega➿Where stories live. Discover now