Conversaciones

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Los representantes del Comité de las Naciones Aliadas fueron los primeros en llegar al cuartel del puerto. Entraron por la puerta de suministros para evitar llamar la atención. La Reina y algunos miembros del gabinete fueron los siguientes en llegar.

Cuando Historia entró en la sala todos se levantaron para saludarla apropiadamente.

Chicos cuanto me alegro de que estéis bien... - les dijo Historia a Jean y Connie, siempre tan cordial. Los chicos le agradecieron el gesto. - Los miembros del ejercito que nos acompañaran en las reuniones de los próximos días llegaran un poco más tarde. Quieren evitar a toda costa que les puedan estar siguiendo. De momento van a mantener estas reuniones en secreto, es por eso que he sido estricta con los protocolos de seguridad.

Armin asintió, comprendía que los que decidieran dialogar con ellos podrían ser considerados traidores dentro del ejercito, con las consecuencias que aquello les podía suponer.

Los presentes aprovecharon para ponerse al día hasta que una hora más tarde un emisario les anunció la llegada de los militares.

Adelante - respondió la Reina tomando su lugar en el centro de la mesa.

Eran dos mujeres y dos hombres, lucían el uniforme militar y el nuevo escudo de la nación de Paradise. Armin se levantó sorprendido al ver quien encabezaba la comitiva.

Anka... - dijo el chico dejando su puesto en la mesa y acercándose a la mujer- Anka Rheinberg... Me alegro de verte aquí. - Armin dudó si debía extenderle la mano, pero fue ella quien lo hizo primero. Anka no sonrió, pero su mirada reflejó que se alegraba de ver que el chico se encontraba bien.

Armin, después de tantos años - miró al resto de los congregados en la sala e hizo una reverencia a la Reina, el resto de militares hicieron el mismo gesto.

No sabía nada de ti desde la muerte del comandante Pixis... - le dijo él recordando a uno de sus referentes estratégicos.

Historia se levantó y se acercó donde estaban.

La subcomandante Rheinberg es la primera persona en quien pensé cuando en las reuniones anteriores decidimos que había que intentar involucrar al ejercito en estas negociaciones - explicó Historia - Y ella accedió, pese a ser consciente del riesgo que supone. - Historia la miró agradecida.

El comandante Pixis tampoco lo habría dudado - respondió la mujer convencida.

Todos se sentaron de nuevo en la mesa y pusieron al pequeño grupo de militares al corriente de los principales puntos tratados hasta ese momento.

Somos conscientes de la necesidad de establecer acuerdos de paz con el resto de Naciones del mundo si queremos que la Isla prospere - dijo Anka tras escuchar atentamente lo expuesto - Hay más gente dentro del ejército que piensan como nosotros - dijo mirando a sus compañeros que asintieron en silencio - Pero no va a ser fácil que se posicionen. La política belicista que han tomado los altos mando Jeagueristas se basa en el miedo, y nada controla mejor a la gente que el miedo. - reflexionó ella.

Somos conscientes de ello - dijo Jean - ¿pero existe alguna posibilidad de hacerles cambiar de opinión?

El dinero - intervino Kiyomi. Armin miró a la mujer y sopesó sus palabras.

Quizás deberíamos empezar por forjar tratados de comercio con el mundo exterior - dijo el chico - Paradise no podrá prosperar si no se abastece de la tecnología y las materias que hay fuera de esta isla, y a su vez exporta sus propios productos - dijo mirando a la Señora Azumabito que asintió - Una política de comercio internacional estable necesita de pactos entre naciones, y de una situación de paz entre ellas...

Natsukashii  (Jeankasa Storie)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ