Reencuentro

412 29 0
                                    


Pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.

Oscar Wilde

 – Súbete al coche. Su voz grave la saco de su ensoñación, habían llegado al coche un mercedes coupé de la clase CLS gris plomo en un acabado mate, le abrió la puerta y ella se metió dentro, él dio la vuelta en un par de zancadas arranco y salió disparado. Acababa de tirar un cigarro y empezó a buscar otro Cami vio que no lo podía sacar y cogió el paquete.

–¿También fumas? Dijo con calma. En respuesta ella sacó un cigarro lo encendió soplando torpemente y se lo dio, Alex bajo la velocidad.

–¿Qué hacías en ese bar?

– Nada.

– ¿Nada? ¿Sabe tu padre que has venido? Cami apretó los dientes y se tocó el pelo.

– No le digas nada. Rogó él sonrió y un destello de triunfo cruzó sus ojos grises.

– Ya decía yo… ¿Dónde le has dicho que estas? – En casa de Samara.

 – Samara se ha quedado en el bar.

 –Ya lo sé iba a ir a casa de Roció a dormir que ella lo sabe todo.

– Muy bonita Roció también. ¿Eso era sarcasmo?

–¿Pero por qué te enfadas ¿No he hecho nada malo. Él le echo una mirada de reojo levantando la ceja.

–¿Entonces porque te escondes y le mientes a tu padre si no has hecho nada? El tenía razón… pero Samara lo había liado todo claro que ella no lo iba a decir se sentó bien porque estaba girada hacia él, se recolocó el pelo y miro su reflejo en el cristal.

 –Porque soy una mala persona Alex. ¿Qué más da? El mañana se levantaría y ni se iba a acordar de ella si hoy la estaba llevando a casa era por su padre vivía en una cultura muy estricta, así que prefirió que pensara mal y no tener que dar más explicaciones. Llegaron a la casa de Roció paro el coche ella se desabrochó el cinturón.

 –Trae tu móvil. Ella lo tenía en la mano y se lo dio miro hacia la casa para ver si había luces encendidas.

 –¿tienes las llaves?

 – Me las han dejado fuera. Él asintió sube te acabo de apuntar mi número en cuanto estés arriba que me llame Rocío. ¿Acaso no podía llamarle ella misma? Cami se quedó mirándolo un momento con la mano extendida recogiendo su móvil no entendía nada… ¿Para qué tanta molestia si llevaba años ignorándola? Cerro la mano y se bajó tan rápido como pudo una vez fuera se ajustó el vestido sabiendo lo corto que era y que él la estaría mirando giro la cabeza por encima de su hombro y camino como si desfilase dejo la puerta del portal abierta al fin y al cabo la cerradura estaba rota y él la estaba mirando después de mucho tiempo, así que no se quitaría de su vista por un rato más, camino todo lo bien que sabía, subió los escalones una vez fuera de su vista se quitó los tacones y subió corriendo. La llave estaba debajo del felpudo entro despacio todos estaban durmiendo, fue al cuarto del fondo donde dormía la hija mayor de Roció de 9 años se quitó el vestido y se sentó en la cama le sonó el móvil…

–¿si? Susurro.

 –¿No te he dicho que me llamase Roció ¿Era Alex ¿aún no se había ido?

– Está durmiendo con su marido ¿qué quieres que entre a su cuarto? Hubo un momento de silencio, Cami miro la pantalla del teléfono pensando que le había colgado.

– ¿Estas en el cuarto de la niña?

 – Sí.

– Asómate.

 Frunciendo su frente Cami se incorporó de inmediato y fue hasta la ventana saco la cabeza y el marco con las luces.

 –¿Me ves donde estoy?

– Te veo.

{ Llevo años viéndote Alejandro, eres tú quien nunca me ve.}

– Muy bien, no me voy a ir de aquí hasta que salga el sol… así que vete a dormir cara guapa. Colgó, Cami volvió a mirar la pantalla y, si le había colgado. Miro de nuevo hacia el coche levanto las manos con interrogación sin poder evitarlo, Alex sonrió pese a su enfado. Por su parte Cami estaba agotada apenas había comido durante el día, destapó la cama y se tumbó con las manos en la frente le dolía la cabeza y tenía mucho frío supuso que Alex se marcharía enseguida ¿Por qué iba a quedarse? Al cerrar los ojos recordó lo que acaba de vivir, el olor de Alex, como la había abrazado hasta el coche, como la habían mirado esos ojos grises que parecía vibrar de rabia. Hacía tanto tiempo que no estaba cerca de él, desde que se hizo mayor y volvió imbécil más o menos . Un nudo se hizo en su garganta intento deshacerlo al tragar saliva. Lo añoro mucho tiempo hasta que aprendió a vivir sin su amistad, miles de pensamientos le cruzaban la mente. Se sentó en la cama enfada consigo misma. Eres estúpida Camila se marchó y volverá a marcharse, duerme de una puta vez. Puso los audífonos en el teléfono e inicio sus canciones favoritas/analgésicas. No tardo en dormirse. Al despertarse el sol ya había salido, Samara estaba tumbada a su lado con la ropa y el maquillaje puesto, la niña también dormía aún volvió a cerrar los ojos. Unas horas más tarde los hijos de Rocío decidieron que era buen momento para saltar en su cama, aunque ella siguiese ahí, se quejó mientras se reía. Parpadeo lento intentando recordar… Alex. ¿A que había venido ese comportamiento? Miro su móvil para buscar evidencias de sus recuerdos, efectivamente, la llamada estaba ahí. Se levantó de un salto busco algo que ponerse y encontró un pijama de Nerea la hija mayor de Rocío, lo miro juzgándolo ¿El pijama de Lady Bug combinaba con su horrible cara llena de restos maquillaje? Supuso que sí. Se lo puso y fue a cocina, Samara estaba sentada en una silla mientras Roció preparaba café.

– ¿Llegaste bien a noche? Pregunto Samara.

–¿Pues no la ves?

Dijo Rocío, Cami se acercó y le dio un beso en la cara. Rocío y Samara eran tan diferentes a pesar de ser hermanas, Rocío era más bien pequeña de estatura, tenía el pelo abundante y rizado que llegaba a la mitad de su espalda, tan negro como el de Cami, sus ojos casi parecían verdes sobre todo con esas pestañas negras rodeándolos, era bastante guapa. Se casó a los 20 años y tuvo a Nerea enseguida, después llegaron los gemelos y la pequeña Raquel. Era fantástica siempre velaba por Samara y Cami, siempre estaba para ayudarlas era buena madre, amiga, hermana… y también las regañaba cuando era necesario. Samara en cambio media alrededor de 1.70 su pelo rubio y liso era un poco más corto, tenía unos ojos grandes y azules su tono de piel era casi dorado, era alta y esbelta en cambio Rocío aún antes de tener a sus niños era más una mujer de curvas en los sitios adecuados.

– En que líos me mete tu hermana Roci ¿qué voy a hacer la gente va a hablar mal de mí por ella?

 – Déjala… Replicó Samara – Como que te importa que hablen de ti ¡si no quieres casarte!

– Cállate Samara hija tienes la negra, dejara de casarse como tú, como yo, como todas. La reprendió Rocío.

– No le hagas caso Cami, no la escuches esta que está atontada.

 – Si prima … Creo que eso de tener novio no le sienta bien. Se rieron desayunaron con los niños. Al final había salido bien José y Samara estaban juntos otra vez.

🌸 𝗔𝗺𝗼𝗿 & 𝗥𝗮𝗯𝗶𝗮 🌸 ©Where stories live. Discover now