Placas tectónicas

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Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón.
Shakespeare

Esta vez ella no se resistió mucho, tampoco participo, solo dejo que él la besara. Él la rodeó con sus brazos para evitarle escapatorias, empezó a acariciarle la piel con la llena de los dedos. Le dio escalofrío, ya no podía pensar con claridad intento apartarse pero Alex la acerco más a él. Las nuevas sensaciones la envolvían, tenía que explorar, probar y decidir.
— Más despacio. Alex se dio cuenta de que tenía razón estaba perdiendo la cabeza otra vez y empezó a besarla más suave con movimientos lentos y sencillos dejando que ella los notase y empezase hacer lo mismo enseguida el beso empezó a ser fluido Cami levanto los brazos y empezó a hacerle caricias en la nuca, el cuello, la cara.
No sabía si eso era lo que había que hacer, pero era lo que le apetecía ¿Qué pasaba si intentaba olvidarse durante un minuto que Alex era un completo canalla? De repente él se apartó, clavo su mirada en ella a pocos centímetros de su cara.
—¿Por qué me dejas besarte?
—¿Cómo dices? Su confusión y frustración era evidente.
— Si ¿Por qué lo haces? Tú no confías en mí, y piensas no sé… Que me he prometido contigo por una especie de juego suicida… Entonces ¿Por qué dejar que te bese? Parecía enfadado. Ni ella misma sabía la respuesta no sé iba a dejar intimidar.
—Si quieres jugar, pues vamos a jugar. No me asustas Alex. Si mueves una ficha yo moveré diez, no pienso retroceder ante ti.
Una sonrisa de brujo se dibujó en la cara de Alex.
—No sabes lo que dices.
— Claro tú, eres el único que puede saberlo ¿verdad? Ya no había fascinación, ni escalofríos. La rabia y el coraje habían tomado el control.
— Ven aquí. Estiró el brazo agarrando a Camí por la mano y tiro de ella.
—Relájate. Puso las manos alrededor de su cara como si sostuviese una pieza de cristal a punto de romperse.
—No eres ningún juego, estoy haciendo esto de verdad, porque quiero que nos conozcamos, ver si somos compatibles.
—Pues no lo somos. Sentenció. En respuesta él solo se rio.
— Claro, claro… pero, ya que estamos en esta situación ¿Podemos darnos una oportunidad no? Su sonrisa bailaba en sus labios sabiendo lo perfecto que estaba así. Puto Alex.
—No. Esta vez soltó una carcajada. Camí seguí con su expresión seria observando cada reacción de Alex.
—No hay nadie como tu canija. La abrazo intentando calmarla. Si Camí no le conociese hubiese dicho que sentía algo por ella, pero no os dejéis engañar, Alex es el canalla perfecto.
—Tengo nombre… y apellido.
—Tranquila no se me olvida. La tenía pegada a su pecho, puso el dedo índice bajo su barbilla para levantarme la cara. ¿Tienes frío?
— No… estoy bien. Estuvieron un rato así callados mirando el paisaje. Cami parecía estar en calma, pero estaba meditando en todo.
—Alex llévame ya a mi casa. Ya no soportaba más la situación.
— Está bien. Concedió, no iba a conseguir nada así, ella no iba a ceder y no podía ganar por la fuerza. Una vez Cami estuvo en casa se tumbó encima de la cama de verdad cuando Alex estaba con ella imitaba muy bien el sentir algo por ella.
Pero sabía que era una mentira. Ninguno de los dos podía ganar eran dos placas tectónicas que no paraban de chocar. Y todo eso solo podía decir una cosa: Desastre. Se quedó dormida y después de un rato la despertó una llamada de tfno. Miro la pantalla “número privado” frunció el ceño y contesto.
— ¿Si? Respondió con voz dormida.
—¿Tú eres la prometida del Alex? Dijo una voz de una mujer que ella no conocía.
—¿Quién eres tú?
—Yo soy su novia. Cami esperaba algo así.
— Hum… ¿Y por qué no llamas a tu novio en vez de despertarme a mí? ¿Qué quieres?
— Decirte que él me quiere a mí, que está haciendo contigo un paripé que te va a dejar y nos vamos a ir juntos. Sabía que algo así pasaría aun así la sorprendió sobre todo después de haber pasado el día con él.
—Pues me parece perfecto, llévatelo pronto. Por supuesto no iba a dejar que nadie notase si le había dolido o no. Al colgar, intento volver a dormirse, pero poco a poco la rabia la fue dominando. Estúpido Alex. Un paripé… eso estaba haciendo con ella se estaba burlando y no solo de ella de sus padres también… se levantó y le dijo a sus padres que iba a casa de Samara lo cual fue verdad, entro al cuarto de Samara y empezó a convencerla para ir al bar de la otra vez donde su novio trabajaba.
Al principio Samara no quería pero acabo cediendo. Se cambiaron juntas y fueron para allá. Esta vez al entrar desparramo todo su carisma, sonreía y saludaba a toda persona con quien se cruzaba. José bajo de la burbuja y Cami lo saco a bailar estaban los tres en medio de la pista cuando un chico se le acercó.
—¿Puedo bailar con ella? Le dijo a José
—Pregúntale a ella. La cara de José era un claro “No deberías hacerlo, pero no voy a meterme “El chico se giró hacia Cami.
— ¿bailamos? Cami se quedó quieta pensando una cosa era ir ahí y otra bailar con otro chico, si Alex se enteraba… que lo haría, sabía que iba a tener problemas. Pero entonces recordó la llamada “eres un paripé”
(Está jugando contigo Camí.)
Se dijo a sí misma
(No le debes nada.)
Le regalo su mejor sonrisa y se le acercó al oído.
— Porque no mejor tomamos algo. Una sonrisa de triunfo le iluminó la cara.



🌸 𝗔𝗺𝗼𝗿 & 𝗥𝗮𝗯𝗶𝗮 🌸 ©Where stories live. Discover now