🌸 𝗔𝗺𝗼𝗿 & 𝗥𝗮𝗯𝗶𝗮 🌸 ©

Rabia

Por robarnos un beso, ¿tanto vuestra mente he agraviado? ¿Lo que he hecho es tan grave, que no podrá nunca ser enmendado?

Sir Thomas Wyatt.

Pasaron unos minutos cuando decidieron ir a contarle la noticia a un amigo de la familia. Rosa y Camí se quedaron en casa.

—Mama ¿Por qué hacéis esto de repente?

—Como de repente si siempre lo has sabido ya tienes veintitrés años y tu primo también y ninguno de los dos habéis renunciado al compromiso ¿Qué esperabais?

—No es mi primo.

—Bueno... Siempre ha estado en la casa y nos conocemos de toda la vida como si lo fuese... Además de ser el hijo del compadre de tu papá.

—Siempre si... Sin contar que desde que Rafa se casó, no ha venido por aquí.

— Porque trabaja mucho... Cuando tu hermano Rafa estaba soltero pues tenía más sentido que viniera... Ahora se ve con tu padre cuando van al bar a echar la partida, es suficiente.

—¿Estás entusiasmada verdad?

Rosa dejo de limpiar la maldita encimera y miró a Camí por fin.

—Con él vas a vivir como una reina, nunca te va a faltar nada, sois de la misma edad, os conocéis desde pequeños... Sus padres son tus padrinos ¿Qué más quieres? Además... No os veo muy descontentos a ninguno de los dos. Si no ya hubieseis hecho algo. Camí no respondió.

—¿No te quieres casar con él? Siguió en silencio.

—Daros unos días. Decidió Rosa algo abatida.

—Si en unos días no encajáis pues nada cada uno por su lado.

—Voy a bañarme. Cami no entendía nada... Pero no iba a quedarse de brazos cruzados, lo iba a entender. Pasó casi todo el resto del día en su cuarto sin contarle a nadie lo que había pasado. Cuando llego la noche, sus padres se fueron a dormir ella llamó a Alex, al descolgar oyó música y como él se aclaraba la voz.

—Dime.

—¿Dime?

¿Ya sabía que era ella? Con que puto nombre la habría apuntado. ¿Estúpida Camí?

— ¿Qué estás haciendo?

—En una fiesta amor. Dijo en tono de burla.

—Ni puta gracia... que haces conmigo ¿Qué te crees que soy tu juguete? Oyó como él se reía. - Deja de decir tonterías ya.

—¿Dónde estás?

—¿Otra vez?

—¡Que sitio!

—En casa de Toni.

Sin decir más ella colgó, cogió las llaves de casa y fue hacia allí. Ni siquiera se cambió de ropa les había dicho a sus padres que ya se iba a dormir, así que llevaba puesto un short de pijama rosa claro con topos blancos y camiseta de tirantes blanca. Era la ropa perfecta para cruzar la calle e irrumpir en una fiesta. Claro que sí. Hacía algo de fresco seguramente por ser más de las dos de la mañana, al salir vio una chaqueta de su madre y se la puso por encima.

Caminó deprisa sentía tanta rabia que ni siquiera noto el frío. Llegó y desde fuera se oía la música y los cantes. Golpeo la ventana y se asomó la hermana de Toni.

—¿Qué pasa prima?

—Dile a Alex que estoy aquí a fuera. La chica no se lo pensó soltó la cortina y se metió dentro un par de minutos más tarde Alex salió por la puerta al mirarla giro la cabeza riéndose. Llevaba puesto un vaquero y una ajustada camiseta negra de manga corta.

—Tiene que ser mentira.— Fue hasta ella, le puso las manos alrededor de la cara apoyó su frente en la de ella.
—Tiene que ser mentira que tengas tantos cojones ¿Qué coño haces aquí? Clavo sus ojos en los de ella.

—Habla bien.

Fue todo lo que Camí dijo le faltaba un poco el aliento y casi se le había olvidado su enfado.

—¿Qué hable bien ¿Me quieres volver loco ¿no? Alex miro su reloj eran casi las tres de la mañana -¿Tu padre?

—Estaban acostados ya.

Alex levantó la cabeza mirando alrededor y cogiendo aire se apartó de ella y le echo un vistazo... No es que llevase mucha ropa, pero de repente se sintió desnuda.

—¿Qué quieres para que has venido?

—Porque no entiendo lo que has hecho. Su voz no sonó tan enfadada como ella hubiese querido.

—Comprometerme contigo. Dijo mientras su sonrisa de autosuficiencia le bailaba en los labios... La estaba sacando de quicio y lo estaba disfrutando. Ella respiró profundo.

—Cuando quieras hablar como un adulto me avisas. Giro sobre sus talones para volver a su casa.

—Ven aquí. Echo andar tras de ella, pero Cami siguió andando como si no hubiese oído nada, a los pocos pasos él la alcanzo y la agarro del brazo girándola.

—¿No me escuchas?

—Perfectamente ¿y tú a mí?

—¿Qué tengo que escuchar?

—Que mientras estés con esta actitud de burla no quiero hablar contigo. Él no dijo nada así que siguió hablando.

—¿Qué te piensas, que somos todos tus juguetes? ¿Para qué te comprometes conmigo? Si no te importo nada. ¿Para qué? ¿Por qué te dije que no era tuya? ¿Para callarme la boca? Él seguía en silencio. -Para eso no haber metido a nuestros pa... Alex la agarro de la cara y empezó a besarla.

Camí necesito un par de segundos para reaccionar... Era lo último que se esperaba, cuando fue consciente que la estaba besando como un loco en medio de la calle intento apartarse de él. Por fin él se dejó empujar, se apartó para mirarla y volvió acercarse como un depredador.

—Si te quiero callar la boca no necesito a nadie. Ella siguió mirándole en silencio con los ojos abiertos como platos. -Ahora vete para tu casa que mañana hablaremos. Y escúchame. Se acercó un poco más y bajo la voz. -Si vuelves a salir de tu casa, por la noche y sin mí... vamos a tener un problema serio tú y yo.

—Si no te burlarás de...

—Shshsh. Le puso la mano en la boca y la abrazo por los hombros. - Te dicho que mañana.

Cami le echó una mirada de rabia se zafó de él. Se quedaron mirando unos segundos hasta que Cami rompió el silencio.

—Te detesto.
Dijo llena de rabia, Alex se pasó el pulgar por el labio inferior.

—Un placer.
Respondió con una sonrisa de triunfo solo para seguir desquiciándola. Camí se cerró la chaqueta en un gesto brusco y empezó andar hacia su casa, ardía en rabia era tan... tan... creído, petulante, se creía el más guapo del universo. Si no fuese porque sabía que la estaba viendo hubiese pataleado de rabia y coraje. Él se quedó unos minutos mirándola, después volvió a entrar en la casa. Maldita Cami lo había dejado mirando a la nada con una sonrisita tonta. Céntrate Alex esto es temporal. Volvió dentro de la fiesta y fingió durante toda la noche que no estaba deseando entrar en el cuarto de Camí y seguir con sus rifirrafes.