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-Lo siento pero no está a discusión.- afirmó mi papá seriamente.

Tome mi mochila de mala gana, ya se me había hecho tarde para ir a la escuela y todo por esta estúpida discusión.

-Claro, ignora a tu hija.- opine.- como es tu costumbre.- murmure caminando hacia la puerta.

- No te puedes ir, estamos en algo importante.- me ordenó desde la sala.

-Acabas de decir que no está a discusión, no veo para que quedarme.- le recordé colgandome la mochila.- además tengo que ir a la escuela, al menos ahí si vale lo que pienso.- reproche para salir de mi casa.

De por sí los días de escuela no son muy buenos, y papá me levanta con la noticia de que su novia Trisha vendrá a vivir con nosotros. Que horror!.

Esa mujer no me cae bien, y la verdad creo que nunca lo hará.
Siempre viene con esas extensiones rubias, uñas largas color rojo y postizas, sonrisas falsas. Ahg! Ahora tendré que soportar la todos los días.

(...)

-Muero de hambre, espero que mamá haga algo decente de comer.- opinó Reese mientras dábamos vuelta por una de las calles que eran parte de nuestro camino de regreso a casa.

-Anoche sacó estofado de mortadela del congelador.- le informó Malcolm con un tono de repulsión.

-Dewey y yo lo resolvimos.- agregue sonriendo.

Al menos con ellos me la pasaba bien. Mis problemas desaparecían.

-Le pusimos una bendita con sangre.- explicó Dewey con gracia.

Malcolm sonrió ante la confesión. Sin duda cuando nos lo proponiamo, teníamos buenos planes.

-No inventen! Miren eso!- exclamó Reese a mi lado.

Inmediatamente deje de pensar en el estofado de mortadela para enfocar mi atención en Reese.

El chico corrió hacia un gran trampolín, se veía desgastado, en malas condiciones y sucio.... Pero sobre todo: Tentador e interesante.

-Genial! Un trampolín!- grito con emoción Dewey.

Normalmente siempre solemos encontrarnos cosas de la basura y llevarnos las. Así que la emoción eran lógica.

-No puedo creer Lo!, Es lo más maravilloso de mi vida y alguien lo dejo aquí para nosotros!- afirmó Reese mientras admiraba el trampolín.

De pronto se giró a mirarnos.- Tenemos que llevarnos lo!.- exigió seriamente.

-¿Y que haremos con el?- pregunte algo interesada con la idea de que podríamos hacer con un trampolín de más de dos metros.

-No lo sé.- admitió observando el trampolín.- Pero es.... y tiene.... y es...arriba.. y rebota!..Y rebota!.- exclamó incoherentemente por la emoción.

-Tiene razón! Lo necesitamos!- afirmó Malcolm ya sonriendo a nuestro lado.

Dewey y yo sonreimos también para después correr al lado de Reese y el trampolín.

-1,2,3 ahora!- ordenó Reese y los cuatro lo cargamos, avanzamos unos cuantos centimentros por tan sólo unos segundos.

Nos detuvimos por el cansancio. Eso pesaba bastante, más de lo que yo me imaginaba.

-1,2,3 ahora!- volvió a gritar y repetimos el procedimiento.

He hecho cosas bastante incoherentes a lo largo de mi adolescencia. Tenía que admitir que los chicos hicieron que una parte de mi que no conocía cobrara vida, a esa parte yo la denomine: Estilo Wilkerson. Arrastrar un trampolín de más de dos metros acababa de ser agregado en mi lista de : "Ideas Wilkerson".

She's My Girl || Malcolm In The Middle Where stories live. Discover now