Capítulo 16: Declaraciones Generales

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Diana
Silencio.

La oscuridad cubría hasta el rincón más alejado, recóndito y vacío.

Silencio.

El frío era tan cruel como gélido, helando cada uno de mis huesos.

Silencio.

La ausencia de cualquier tipo de sonido hacia todo tan aberrante y tétrico.

Me estremecí cuando una punzada de dolor me atravesó, ni siquiera fui capaz de identificar que lo provocaba o en donde lo sentía exactamente. Era igual.
Estaba perdida, vagando a ciegas en un mundo donde no pertenecía, sus reglas y leyes eran vagas y monótonas, me superaban por mucho, lo sabía.

El mismo silencio que tanto pavor me causaba se vio interrumpido cuando un ligero sonido lo quebró, fino y sutil como un pedazo de hielo al caer o como un cristal que se rompe.

Eran los latidos de un corazón. Del suyo, de ese que me había obsequiado tiempo atrás.

No. No era su corazón, era mío.

Y cuando el silencio se fue ante tan hermosa melodía, ya no estaba perdida.

-Tenemos en total cuatro esferas, la de cuatro estrellas, tres, siete y dos- terminó de explicar Trunks -creo que es una buena cantidad, un poco más y terminamos-

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-Tenemos en total cuatro esferas, la de cuatro estrellas, tres, siete y dos- terminó de explicar Trunks -creo que es una buena cantidad, un poco más y terminamos-

Goten y él hablaban animados, habían transcurrido sólo dos días desde mi enfrentamiento con Goku y por fortuna no había tenido más encuentros con él, por desgracia Vegeta no nos había podido acompañar como antes porque iba recurrentemente al planeta ese del Dios de la Destrucción, no mencionó ningún motivo, pero si alguien lo sabía, era Bulma.

-Creo que ahora deberíamos volar hacia el oeste, casi no hemos explorado esa parte- mencioné con tranquilidad, coloqué las esferas sobre el cojín que nos había dado Bulma.

-Las dejaré adentro- mi hermano las tomó y comenzó a caminar.

-Espera, necesitarás una clave...- Trunks lo siguió.

Suspiré. Levanté mi mirada hacia las nubes de gran tamaño que pasaban con lentitud, el día de hoy, tenían un peculiar color gris.
Evitaba quedarme a solas con mis pensamientos, últimamente eran más turtuosos que de costumbre, mientras más tiempo pasaba en la Tierra con Vegeta, Bulma, Trunks y Goten principalmente, más difícil era asimilar la idea de olvidarme de Freezer, por que no sólo sentía que lo dejaba, sentía que lo estaba abandonando.

Y el abandono para mi era..., un tanto, complicado.

Una parte egoísta de mi me decía que no debía haber necesidad de elección, me gustaría poder quedarme con ambas partes de mi, pero no eran compatibles, Freezer viajaba constantemente realizando actos atroces, los demás estaban acentados en un solo lugar, viviendo en armonía.
Además, no me gustaría siquiera imaginar a ninguno de los dos enterándose de todo mi pasado. Ni siquiera yo misma estaba lista para afrontarlo.

Goku y su hija ¿Qué pasó con el amor?Where stories live. Discover now