Capítulo 4: Déjalos ir

213 24 5
                                    

Diana
Las personas lloraban, gritaban e intentaban en un ambiente de desesperación, poder huir, solo para ser víctimas de los crueles soldados los cuales los mataban como si fueran un objeto de diversión. Ellos reían al verlos sufrir, les gustaba sentirse poderosos, sentirse superiores.

Eran unos seres asquerosos.

Éramos...

Estaba acostada en medio del salón de entrenamiento, había practicado por horas y me encontraba exhausta

К сожалению, это изображение не соответствует нашим правилам. Чтобы продолжить публикацию, пожалуйста, удалите изображение или загрузите другое.

Estaba acostada en medio del salón de entrenamiento, había practicado por horas y me encontraba exhausta. No sólo necesitaba descansar, mi cuerpo exigía aunque fuera una pequeña siesta.

Una ligera punzada se hizo presente en el costado derecho de mi estómago y se expandió débilmente a través de mi cuerpo, sobre todo de la pierna y el brazo derecho.
Solté la respiración que había estado soportando desde que eso sucedió en un intento inútil de fingir que no me dolía. Aún así, era un dolor soportable.

La puerta se abrió. De manera prezosa y despreocupada miré en su dirección.

-¡Problemas, problemas!- entró corriendo y preso del pánico.

¿Y se suponía que él era el segundo al mando?

-Tenemos problemas- repitió cuando estuvo suficientemente cerca de mi.

-Tenemos del verbo es solo TÚ problema- dije con indiferencia mientras me ponía en pie, Sorbet a veces era demasiado pátetico.

Y cuando digo era quiero decir: lo es todo el tiempo.

-Esto no es un juego mocosa, más de la mitad del ejercito de Lord Kuriza murió junto con él en una pelea con un sayayin-

Me detuve en seco, ¿Kuriza...?

-¿Qué haremos?- caminaba de un lado a otro. Entendía porqué el nerviosismo, ya que Kuriza había muerto, él debía actuar de líder y por la cara de idiota que tenía, yo digo que es pésimo para líderar -si otros se dan cuenta de nuestra situación, no dudarán en aprovecharse-

Se tiró al suelo de una manera dramática.

-¡Será nuestro fin!-

Aparté la mirada de él, esa escena me dió pena ajena. Y eso que eramos los únicos en toda la nave.

-Resuelvelo-

-No es tan fácil- se veía afligido.

Claro, había escuchado alguna vez de la existencia de un tal Cooler, tío de Kuriza y que era el único apoyo que podíamos tener, pero él murió de la misma manera mucho tiempo atrás, poco después de que yo había llegado.
Me preguntaba si habría sido el mismo sayayin, hasta donde sabía, no quedábamos muchos.

Aún así...

-Moriremos todos- se sentó en el suelo, rindiéndose completamente.

Maldita sea...

Goku y su hija ¿Qué pasó con el amor?Место, где живут истории. Откройте их для себя