Cuento de hadas

481 57 42
                                    



—¿Conoces la capital?— Pregunté al hombre de cabellos negros y ojos grises mientras.

—Si, conozco todo Biblos.

Caminábamos por el pasillo del comedor y las áreas comunes en nuestro camino a comer algo.

—Wow eso es muy impresionante.

—Si bueno era muy joven y no tenía a donde ir, así que fui a todos lados.

¿La habría pasado tan mal de pequeño que tenía que andar así por la vida? No se si sea bueno preguntar algo tan personal y profundo mientras atravesamos los pasillos.

—Es difícil crecer sin padres, te entiendo.

—A veces es mejor crecer sin ellos.

Fruncí el ceño y le seguí al comedor.

—¿A que te refieres?

—A que no todos los humanos son buenos o humanos.

—Buenos días— El comandante perfectamente arreglado se paró frente a nosotros.

—Buenos días— Mostré respeto con el saludo militar.

—¿Que hay?— contestó la persona menos educada del cuartel.

—La carta llego al destino, partimos en un momento a la capital.

Eso fue más rápido de lo que esperaba, ese evento estaba programado para dentro de 5 días más.

—¿Y tengo que ir a esa mierda?

—Lamentablemente, esto va más allá de todo, estamos hablando de la libertad. Dijiste que lo darías todo por ella. ¿Darás tu orgullo?

¿Su orgullo? No entendía nada de lo que estaban hablando frente a mi pero me sentí como un árbol.

—Lo daría todo— Contesto después de unos segundos, seco y sin emoción alguna.

—Bien dirige a tu escuadrón, Hoseok ha sido informado esta mañana, vamos pocas personas, el castillo central tiene un protocolo de seguridad que...

—Si ya— Interrumpió Yoongi, como si estuviera hablando con su comadre y no con Kim Namjoon el más alto mando de aquí.

—Lo lamentó Yoongi.

Los ojos del comandante viajaron a mi y tragué saliva.

—Te ves linda cadete, ten un buen día— Sonrió con hoyuelos y vacilo sus ojos entre Yoongi y yo.

—Gracias comandante— Dije con nerviosismo —Usted también —Tartamudee como tonta.

—¿Me veo lindo?

—Te vez como un puto perro mojado, quiere que también tengas un buen día.

—Ya veo. Ya lo entiendo. Hasta luego— Se retiró con una sonrisa.

—Hasta luego.

Cuando estaba a una distancia prudente golpee el brazo de mi capitán.

Nos sentamos en una de las mesas ya con nuestra bandeja a comer y conversar sobre los lugares que visito, Biblos podría medir lo mismo que un viejo país pequeño, pero ahora no tenemos maquinas con ruedas, y visitarlo todo es difícil, la gente se reúne en clanes y son muy privados al respecto.

Los cadetes no dejaban de voltear a vernos en este tiempo, no es que una mujer y un hombre hablando sea algo incorrecto, si no que este hombre no habla con nadie que no sea otro superior y lo suele hacer con una cara de culo que puedes ver a kilometros. Verlo hablar con una cadete debe ser raro, aunque bueno, sin presumir no soy cualquier cadete, juntos matamos a los demonios aquella ves.

Girl meets evil: The eternal | JJK + MYG Where stories live. Discover now