Escuadron del norte

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Después de salir de aquella oficina me llegaron los rumores de que mande a Jeon con el doctor del fuerte, asi que corrí hasta la puerta de la enfermería y lo vi ahí sentado sin su camisa.

Abrí la boca y la tapé con mi mano del asombro y volteo hacia mi.

—Hola señorita ¿En que puedo ayudarla?

—Ella me hizo esto Doc.— Soltó Jungkook entre risas.

Mis mejillas se hicieron coloradas pues su cuello llevaba unas marcas moradas similares a chupetones.

—Izumi Ania— Extendí mi mano al alto y precioso doctor.

—Kim Seokjin, médico general— Tomó mi mano y la sacudió —Entonces eres la famosa Ania, me has estado dando mucho trabajo esta semana— Negó con la cabeza.

—Es muy salvaje.

Jeon Jungkook es un infante.

—Lo lamento doctor— Hice una reverencia apenada.

—No te lamentes por ser una patea traseros profesional en este mundo de mierda Ania. Ah y llámame Jin— Sonrió con sus perfectos dientes.

—¿Que quería el capitán amargado?

El doctor Seokjin soltó una risa.

—Que me una a su escuadrón— Me senté en una pequeña silla de madera.

—Ese hijo de puta— Seokjin parecía conocerlo bien pues sonreía al llamarlo de esa manera.

—¿No sería el comandante Namjoon el que decidirá eso?— Habló el paciente.

—Min Yoongi tiene poder sobre Namjoon— Dijo Seokjin mientras untaba una extraña mezcla viscosa en el grueso cuello de Jeon —Ha salvado su trasero en más de una ocasión. Órdenes del capitán Min Yoongi son deseos. Pero no son mejores amigos, Namjoon es mi mejor amigo— Sonó territorial.

—Bien entonces supongo que ya está, soy parte del escuadrón del norte— Sonreí aplastando la cara y aceptando mi destino.

—Debes tener mucho cuidado, escuche que los entrenamientos son muy rudos y que Min Yoongi es un demonio encarnado.

—No es tan malo como dicen— Seokjin lanzó la camisa a Jungkook —Ha salvado a más de uno ahí afuera. Cosa que le ha costado una que otra cicatriz. Es un buen compañero, cuídalo bien.

—¿Que le pasó en el rostro?— Pregunté interesada en aquella cicatriz que le surcaba el ojo izquierdo.

—Pasó cuando era un recluta, una de las cosas que están ahí afuera lo alcanzó por unos momentos cuando estaban en una misión importante. Dicen que nadie ha visto como son esas cosas de cerca, únicamente un hombre las vio y logró salir vivo. El capitán Min Yoongi.

Abrí mis ojos de más y Jungkook soltó un wow casi inaudible.

—Estas listo Jungkook, si esa chica salvaje ataca de nuevo no dudes en venir. Y ya saben, puedo ayudarlos en varios temas que tengan que ver con la salud— Cerró un ojo para nosotros.

Ambos agradecimos e hicimos una pequeña reverencia antes de salir juntos por la puerta.
Jungkook intentaba abotonar su camisa con su mano izquierda, pues la derecha estaba lastimada por lo que le hice con mi pie.

La culpa me invadió y me acerque a él despacio. Tomé de su camisa para colocar los botones comenzando desde abajo y le sentí sonreír sobre mi.
Intente con todas mis fuerzas no posar mi vista en su abdomen pero Dios mío era inevitable ignorar tremenda obra de arte. Parecía que lo hubiesen tallado en la antigua Grecia y no en la nueva. Un color parecido al carmesí se apoderó de toda mi cara y el calor de toda mi sangre concentraba en este punto empezaba a causarme un calor exuberante.

Girl meets evil: The eternal | JJK + MYG Where stories live. Discover now