Acuerdos de Sokovia.

649 71 10
                                    

Las semanas pasaron y con cada día de esas semanas la gente nos odiaba más, en especial a Wanda, las noticias sobre ese acontecimiento abundaban en todos lados, ninguno de nosotros podía salir a las calles sin que alguien nos mirara mal o en su caso intentarán agredirnos por los sucesos en Nigeria.
Wanda no salía de su habitación, nadie, ni siquiera Pietro podía consolarla.
—Hola— me saludó con nervios en su voz abriendo la puerta de nuestra habitación
—¿Pasa algo?— pregunte
—¿Puedo...puedo pasar?
—Pues es tu habitación también, obviamente puedes
—Cool, okay....
—¿Que te pasa cariño?
—¿Que estás viendo y leyendo?
—Leo Yo antes de ti y veo Shrek
—Interesante combinación
—En serio ¿que te pasa?— dije cerrando mi libro
—De verdad nada
—Steve, llevamos tres años siendo amigos y un año como pareja ¿crees que puedes engañarme?— pregunté, Steve comenzó a caminar de un lado a otro  por la habitación mientras se comía las uñas
—Estas extraño desde la comida— volví a decir y el se agacho frente a mi
—Cariño ¿que sucede? Me estás preocupando— dije nuevamente, Steve se volvió a levantar y camino nuevamente por toda la habitación, repentinamente Sam entró por la puerta y le hizo una mueca a Steve para después salir
—Es increíble como ya ni me saluda— dije bromeando esperando a que el riera conmigo
—Steve...
—Okay, en otras circunstancias de mi vida tal vez hubiera hecho esto con otra persona y de una manera muy distinta a esta, demasiado anticuada y con una muestra afectuosa frente a muchas personas. Afortunadamente no es así y...
—Steve, me estás asustando
—Tu solo...guarda silencio ¿ok? Eres mi principio, medio, final, fuiste mi tristeza, eres mi alegría, mi amor y ahora quiero...que seas mi esposa— dijo arrodillándose y sacando una cajita de terciopelo color purpura
—¿Puedo ser tu esposo?— pregunto mientras abría la caja y mostraba el lindo anillo de compromiso
—¿¡Es en serio!?— dije asombrada
—Si ¿crees que es muy apresurado? Llevamos un año como relación y...
—Cállate un mes ¡Claro que quiero!— grite bajando de mi cama y agachándome junto a él para abrazarlo y darle un beso
—¿¡En...en serio!?— preguntó
—¡¡Que si!! ¡Que si quiero!— respondí
—Que bueno porque he guardado este anillo durante meses— dijo sacando el anillo de la caja y poniéndolo en mi dedo
—¿Meses?— pregunté riendo
—Si, desde aquel día en la playa, hasta que dijiste que te daba miedo el mar por las noches— respondió
—¡¿Tienes este anillo desde octubre del año pasado?!
—Si, es que creí que esto sería demasiado apresurado
—Hubiera dicho que si igualmente— dije
—¿¡Dijo que si!?— preguntó Sam regresando a la habitación
—¡¡Dije que si!!— respondí
—¡¡Dijo que si!!— gritó Sam dando brincos hacia nosotros y abrazándonos
11 wakandianos se encuentran entre los que murieron en una confrontación entre los vengadores y un grupo de mercenarios en Lagos, Nigeria el mes pasado. Tradicionalmente aislados los wakandianos asistían a una misión de socialización cuando ocurrió el ataque "Mi pueblo derramó sangre valiosa en tierras extranjeras, no solo debido a las acciones de los criminales sino por la indiferencia de aquellos que juraron detenerlos. Una victoria a expensas de los inocentes, no es una victoria en realidad" El Rey de Wakanda...

—Espera ¿escuchas eso?— preguntó Steve
—Viene del cuarto de Wanda— dije y ambos nos dirigimos hasta este dejando a Sam en el nuestro
Wanda estaba sentada a la orilla de su cama viendo fijamente la televisión
¿Que autoridad legal tiene un individuo alterado como Wanda Maximoff para operar en mi...
Es mi culpa— dijo Wanda al ver la televisión apagada
—Eso no es cier...
—Enciende el televisor, ahí fueron muy específicos— dijo Wanda interrumpiendo a Steve
—Debí notar esa bomba mucho antes que tú lidiaras con ella, Rumlow dijo "Bucky" y regrese a ser aquel chico de 16 años en Brooklyn. Murió mucha gente, fue mi culpa— respondió Steve entrando por completo a la habitación de ella y sentándose a su lado
—Es culpa de los dos— dijo Wanda
—¿No vas a entrar?— me preguntó Steve
—Mejor les doy su espacio, no quiero entrometerme en algo que no vi, además siempre la cago con mis consejos— respondí
—Me gustaría tenerte aquí conmigo— explicó Wanda
—¿Q-quieres que me quede?— pregunte conmovida
—Por favor— respondió
—Okay— camine hasta ellos y me senté sobre mis piernas en el suelo para ver de frente a Wanda
—Lindos anillo, jamás lo había visto— me dijo sonriendo
—A-a-ah si, es...es lindo— respondí
—No le dire a nadie— dijo sonriendo
—Gracias— respondí acariciando su cabello
—Gracias a ti— me dijo
—Wanda, nosotros debemos de salvar a cierto grupo de personas, pero no siempre será así, hay que aprender a vivir con eso y salir adelante. La gente del exterior siempre va a juzgarte si haces algo bien, algo mal o si no haces nada, solo tú sabes la verdad, a las personas se les hace fácil criticar porque no están en tu lugar— le aconsejé
—¿Y dices que la cagas con tu consejos?— pregunto sarcásticamente y ambas reímos un poco hasta que se escuchó un ruido extraño en la pared
—¡Ay mierda!— dije asustada
—Vis, ya te hablé de esto— regañó Wanda a Visión al verlo traspasar la pared de su habitación
—Ah si, pero estaba abierto, así que supuse que...el capitán dijo que avisará cuando llegará el señor Stark— respondió Vis
—¿Llegó mi papá? ¿De donde?— pregunte
—Una conferencia— respondió Vis
—Ahora bajo— dijo Steve
—Genial...yo...usare la puerta. Ah e invito a alguien— nos dijo antes de salir
—¿A quien?— pregunte
—Al secretario de estado— me respondió
Vis salió de la habitación y nos quedamos nosotros tres nuevamente
—¿Bajamos?— preguntó Steve y las dos nos levantamos para seguirle hasta la oficina principal donde ya estaban la mayoría
—¡Señorita Stark! Es un gusto verla, como siempre— me dijo mientras se acercaba a mi y besaba mi mano para saludarme
—Señor secretario— lo saludé
—Siéntese por favor. Me da mucho gusto que estén todos aquí. Bien, hace cinco años sufrí un infarto y me desmayé a la mitad de hacer mi swing, esa resultó ser la mejor ronda de mi vida porque después de 13 horas de cirugía y un triple bypass aprendí algo que en 40 años el ejército no pudo...perspectiva. La deuda del mundo a los vengadores nunca podrá pagarse, ustedes han...peleado por nosotros, nos han protegido y arriesgado sus vidas, pero si bien un gran número de personas los consideran héroes, hay otros más que prefieren llamarlos vigilantes...
—¿Y usted cómo nos llamaría señor secretario?— preguntó Natasha interrumpiendo al secretario
—Los llamaría peligrosos ¿como llamarían a un grupo de individuos alterados cuya base está aquí que ignoran continuamente las fronteras e imponen su voluntad cuando les place y a quienes con franqueza no les importa el caos que van dejando a su paso? Nueva York— dijo mostrándonos la batalla que tuvimos en 2012
—Por cierto, el causante está aquí entre nosotros...
—A ver Loki no tiene absolutamente nada que ver, lo que hizo ya fue y no ha hecho nada más— dije molesta
—Bien, seguiré. Washington D.C.— volvió a decir, pero ahora mostrando la batalla en el Triskelion
—Sokovia...Lagos
—Okay con eso basta— dijo Steve algo molesto
—Los últimos cuatro años han operado con un poder ilimitado y sin supervisión, un arreglo que al final los gobiernos del mundo ya no desean tolerar, pero quizá tengamos una solución...Los acuerdos de Sokovia— dijo acercándonos una gran cantidad de hojas apiladas una sobre otra
—Aprobados por 117 países los cuales manifiestan que los vengadores dejarán de ser una organización privada y desde ahora van a operar bajo un panel supervisado por las Naciones Unidas y solo cuando y si ese panel lo considera necesario...
—El equipo se formó para que fuera más seguro el mundo y lo hemos hecho así— dijo Steve
—Dígame capitán ¿donde está Clint Barton? Porque yo no lo veo ahora, tiene a dos alterados que estuvieron en el lado enemigo y a un loco asgardiano que provocó los acontecimientos de Nueva York
—Entonces...hay contingencias— dijo Rhodey
—La ONU se unirá en Viena en tres días y ratificará los acuerdos, discútanlo
—¿Y si tomamos una decisión que no les agrade?— pregunto Nath
—Entonces se retiran— respondió el señor Russ
—Michelle, basta— me susurro Tony al ver que estaba riendo
—¿Esto le parece una broma señorita Stark?— me preguntó el señor secretario
—Para nada, si me disculpan, no me apetece pensar en esta cosa por un buen rato, buenas tardes— dije saliendo de la oficina y sentándome en uno de los sofás de la sala de estar, pasaron solo unos minutos y el señor secretario ya se había ido de la base.

Hasta Que el Por Siempre Se DesmoroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora