Hasta Que el Por Siempre Se Desmorone

Víspera Nupcial.

Abrí la libreta que me había prestado Hope y tomé el lapicero que estaba dentro de esta.

—Se están divirtiendo allá— dijo Draco y volteé a verlos, reían de la cena lo más seguro.

—Podría estar ahí— reproché.

—Pero como no escribió sus votos, está aquí ahora.

—No tienes que recordármelo.

—Hoy el señor Rogers se veía muy guapo.

—El traje se le veía muy bien.

—Claro y la barba le queda.

—La barba, dios... se le ve increíble.

—El señor se dejó la barba por usted ¿No?

—Yo le propuse que se la dejara.

—Y el lo hizo.

—Si... fue la mejor decisión que tomó.

—La segunda mejor decisión.

—¿La segunda?

—La primera fue enamorarse de usted.

—Draco ¿Que demonios hago? ¿Por qué no tengo inspiración para escribirle algo lindo al hombre que amo?

—Creo que es porque ya le dijo lo mucho que... ¡Oh! Es el, esta en la línea.

—Carajo... respóndele.

—Buenas noches— saludó alegremente.

—Que formal ¿Pasa algo?

—Nada, solo quería escuchar tu voz.

—¿Puedo decirte algo?

—¿Te arrepentiste de la boda?

—¡¿Que?! ¡No!

—Que alivio, me estaba asustando.

—Es acerca de los votos.

—No te presiones, escribe lo sea, incluso un "prometo amarte" sirve para mi, no necesitas palabras para demostrar que me amas.

—Espera ¿Cómo sabes que no tenía los votos?

—Sabes mentir, pero te conozco más de lo que piensas.

—Perdón por mentirte.

—Lo entiendo, no querías hacerme sentir mal.

—Gracias.

—Gracias a ti por aparecer en mi vida.

—De hecho tú apareciste en la mía.

—Cierto, soy el soldado perdido en el tiempo.

—Y yo la bruja mandona.

—Más bien, eres la mujer de mi vida.

—Steve... guárdate todo eso para mañana.

—Es cierto, lo... —¡¡Duerme bien novio!!— gritó Wanda.

—¿La escuchaste?— pregunté.

—Si, dile que ya dormí mucho por 70 años.

—¡Dice que ya durmió mucho por 70 años!— grité y al escuchar eso, Wanda comenzó a reír.

—Linda, te dejo para que puedas escribir ¿Si? Te amo.

—Yo te amo a ti— Draco finalizó la llamada y yo regresé a la mío.
El tiempo pasó rápidamente, los demás estaban tan cansados que fueron a dormir mientras tanto yo seguía con el trasero pegado a la silla de la mesa de Hope intentando escribir algo lindo para Steve.