Venom.

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—Steve... cálmate— pedí mientras me levantaba de la cama.

—¡¿Como quieres que me calme?! ¡Esa cosa negra sale de tu hombro!— dijo muy asustado.

¡Hey! Niño bonito, no soy una "cosa"— reprochó Venom.

—¡¿Habla?!— cuestionó Steve más asustado que antes.

—Cariño, necesito que te calmes, te explicaré todo— dije y Steve asintió a fuerzas —Lo encontré en San Francisco y logramos la simbiosis— expliqué.

—¿Lo encontraste en San Francisco? ¿En el lugar de la explosión?

—Si.

—¡Mich! ¡No puedes quedártelo!

—¿Por qué no? Es una buena... es un buen simbionte.

—Las cosas no son así de sencillas, lo encontraste en los escombros de una nave que pertenecía a una compañía que experimentaba con químicos tóxicos ¿Y aún así te lo quieres quedar?

—El no es un químico, es algo más.

Soy un simbionte— le dijo Venom.

—No sé que carajo es eso— confesó Steve.

Tómalo como que soy un alienígena— respondió.

—Steve... por favor— imploré.

—Lo siento Michelle, está vez te diré que no, no tengo la última palabra en esto— dijo.

—Eres el líder.

—Al igual que Rhodey y Tony, además de que no trabajamos por nuestra cuenta, le debemos explicaciones al secretario, al gobierno.

—Stev... —¡No Michelle! Lo lamento, pero llamaré a Strange y entré el y Bruce idearan algo para sacarte esa cosa— me interrumpió mientras dejaba la bandeja con comida en la mesa de noche y salía por la puerta totalmente furioso.

Creo que lo hicimos enojar— dijo Venom.

—Si no me lo dices no me doy cuenta— respondí.

Que amargada— reprochó.
Comí lo que Steve había traído mientras hablaba con Venom sobre cosas indispensables, reglas para que el se quedara.
Aproximadamente pasó una hora y aún nadie iba a verme a mi habitación, yo sabía que todos sabían de Venom, pero seguramente me gritarían en la cara en la oficina.

Señorita Stark, se requiere su presencia en la oficina principal— avisó Viernes, tal y como lo pensé. Conocía a todos con la palma de mi mano, así que ya estaba semi preparada para lo que viniera. Tomé lo que restaba de agua en un vaso, agarré valor y me levanté de la cama decidida de luchar en caso de que todos ellos estuvieran en contra de la estancia de Venom en mi cuerpo.

—No te comerás a ninguno de mis amigos— dije.

No comeré a ningún vengador— reafirmó Venom.

—Si vas a quedarte... —Si voy a quedarme seguiré tus reglas, si, si, ya lo dijiste como tres veces— me interrumpió.

—Digan lo que digan allá adentro, no salgas si yo no te lo pido ¿Está claro?— cuestioné.

Intentaré no hacerlo— dijo.

—No lo hagas— reafirmé.

Que mandona eres— gruñó.

—Acostúmbrate.

¿Por qué lo haces?

—¿Hacer que?

Hasta Que el Por Siempre Se DesmoroneWhere stories live. Discover now