18 VALENTINA

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Tenía que afrontarlo, no podía esconderme.

Era lunes. Gabriel se graduaba hoy.

Estaba terminado de dar los últimos detalles a mi maquillaje. Ada me había regalado un vestido color azul eléctrico, con unas sandalias de tacón de aguja negras, el vestido era manga larga, pero con un escote muy pronunciado en la espalda y como era de vuelo me llegaba (como todos) un poco arriba de las rodillas, era muy bonito y le agradecí mucho cuando me lo dio.

Me hice una coleta alta en el cabello e hice ondas en las puntas. Ya totalmente lista, me miré por última vez en el espejo y estaba encantada con lo que veía. Se me formo una sonrisa en el rostro y fui a la sala, como siempre estaba Jeyden, que estaba peleando con la corbata y mi hermano esperándome, debíamos buscar a Ada.

- Ya estoy lista – dije y su atención cayó en mí.

Mi hermano, como era normal, me miro con adoración y Jeyden... creo que con amor, ya no lo sé, y tampoco me importaba.

- De verdad que el mundo no pudo ser más benevolente para darme una hermana tan hermosa como tu mí Tina – me abrazó y cargo dándome vueltas en el aire haciéndome reír. Cuando me bajo volteo a donde su mejor amigo – Los dejo para que hablen – Gabriel me dio un beso en la frente y salió del departamento.

Jeyden y yo no habíamos platicado, después de hablar con Sebastián (lo cual me pareció muy extraño que me llamara) fui a la sala y él ya se había ido, según lo que me dijo mi hermano, al parecer se le presento un inconveniente de no sé qué, ni Gabriel ni Ada sabían que era, así que se tuvo que ir corriendo.

Sólo nos mirábamos sin decir nada, vi la corbata que tenía hecha un nudo y suspire.

- Ven para ayudarte con eso. – le extendí la mano y él se acercó – Como es posible que yo sepa hacer esto y tú no – dije con una sonrisa y rehaciendo el nudo como se debía. Él no decía nada, solo me miraba, durante esos pocos minutos solo hacia eso, mirarme. Ya cuando terminé le di dos golpecitos en el pecho – Listo – y sin esperarlo me abrazó, con más fuerza de la necesaria. Me sorprendí un poco, pero no lo separé al instante

- Lo siento mucho Vale, de verdad que no quise decir lo que dije, no sé lo que estaba pensando, es solo que... pensar que... - estaba llorando, se le cortaba la voz. Ya el daño estaba hecho, lo único que podía hacer era seguir como nunca lo habíamos estado, como amigos y solo eso.

Lo aparté de mí y lo miré, tenía los ojos rojos y no paraba de derramar lágrimas.

- Jeyden, sabes que te quiero – y cuando me fue a interrumpir le puse una mano los labios – como el mejor amigo y casi hermano de Gabriel. Eres un gran chico, pero no podemos tener nada, lo siento.

Le retiré la mano de los labios y me disponía a salir cuando me tomo de la muñeca y quede pegada a su pecho... me besó. Trataba de separarme, pero no podía, su fuerza no se comparaba a la mía. Poco a poco fui correspondiendo, no podía negar que besaba como los dioses, sabía usar muy buen esos labios.

Me cargo haciendo que enredara mis piernas en su cintura, fuimos al sofá, yo quedé sobre él, a medida que pasaban los segundos el beso se hacía más y más profundo, no podía parar, me gustaba mucho como besaba. Por instinto comencé a mover las caderas y el gimió un poco, paso a masajearme las nalgas haciendo que yo gimiera igual, me gustaba, no quería que el momento parara, aunque debía, pero estaba tan envuelta en esas sensaciones que me hacía sentir que era como si esta no fuera yo. La única forma en la que pude parar fue cuando quiso subirme un poco el vestido y recordé las marcas, la última vez estaba un poco ebrio y no se había percatado de nada, pero ahora estaba en sus cinco sentidos, lo que menos quería era preguntas y menos hoy, así que me detuve levantándome de golpe de su regazo.

Lo que encontré en tiWhere stories live. Discover now