03 VALENTINA

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Ya habían pasado dos semanas de lo ocurrido en clase con Sebastián y me causo demasiada gracia saber que yo saque la mayor nota y el saco cero, no me agradaba que lo haya sacado, pero se lo merecía por haberme discriminado de esa forma; mis compañeros lo hacían pero no frente a los profesores porque sabían que los iban a sancionar, eran inteligentes los muy estúpidos.

Sebastián todo el tiempo me ignoraba pero lo que aún no entendía era porque siempre cuando volteaba a verlo ya él lo estaba haciendo, esas veces su mirada no reflejaba nada, era neutra, sin ningún sentimiento, ese chico ocultaba algo y para mi desgracia yo quería saber que era.

- ¡Vale! – Salí de mis pensamientos al escuchar el grito de Isabella – últimamente estas muy distraídas, ¿Qué te pasa?

- Nada Isabella solo pensaba en... - y ahí está la razón de mis seguidas distracciones; estábamos en la cafetería ya que un profesor había faltado por problemas personales y teníamos dos horas sin clase; volviendo al tema, Sebastián paso por donde estábamos sentada y note que me que me rozo la espalda con su mano, ¿qué le pasaba a este chico? ¿acaso no le daba asco, no le desagradaba; porque me tocaba?

- Y otra vez te distraes mi Vale, ese chico te trae loca – mire a Isabella que me sonrió picara.

- Cla-claro que no, solo que me acaba de rozar la espalda y no entiendo porque lo hizo – no pude evitar volver a mirarlo pero esta vez él estaba coqueteando con unas chicas, idiota.

- ¿No te has puesto a pensar que él puede sentir algo por ti? – Me causo risa lo que dijo –, no hace risa Vale.

- Si lo hace Isabella, míralo esta con unas chicas hablando y riendo, además es un imbécil, no me interesa que se fije en mí, ya suficiente tengo con aceptar que me guste – cuando le confirme que Sebastián me guastaba Isabella solo me dijo "te lo dije", a veces no la soportaba, sobre todo cuando tenía razón; pero ese sentimiento iba a desaparecer, era seguro y su actitud hacia mí me estaba ayudaba mucho.

- Bueno concuerdo contigo de que es un imbécil – dijo riendo y yo hice lo mismo –, con respecto a esas chicas, ellas solo quieren estar con él porque se escuchan rumores de que es bueno en la cama – de acuerdo, eso no me lo esperaba, aunque en el fondo era obvio que debía serlo –, dicen que en estas dos semanas ya se ha acostado como con diez chicas y que según es excelente, que cuando va a... – la interrumpí.

- No quiero detalles Isabella gracias – me repugnaba pensar que él estuviera con otras chicas haciendo no sé qué –, vamos a cambiar el tema, ¿qué ha pasado con Daniel después de que hicieron el trabajo?

Isabella me conto que en las dos veces que él estuvo en su casa Daniel se le insinuó mucha veces y hasta trato de besarla, ella obviamente no le prestaba atención y se concentraba en terminar el trabajo, pero él seguía insistiéndole, hasta que en esas dos ocasiones ella lo abofeteo y a pesar de eso no se inmuto ni dejo de buscarla. Pareciera que estuviera enamorado de ella pero cambiaba de opinión cuando lo veía con otras, tenía que ser familia de Sebastián.

- Bueno hasta ahora ha seguido detrás de mí. De verdad que ellos son muy raros, no los entiendo; Sebastián casi siempre te está mirando y ahora me dices que te rozo con la mano la espalda, pero después de eso te ignora, todavía de él es raro porque ustedes no tienen trato; pero a mí me confunde más Daniel ya que el coquetea conmigo, intenta besarme para después estar con las demás, o sea que él pretende hacerme una más, pues no le voy a dar el gusto, ¿Qué se cree, que por tener cara bonita, todas van a estar rendidas a sus pies?, pues no.

- Son unos idiotas los dos – mire por detrás de Isabella y Daniel se estaba acercando a nosotras –, y parece que uno de ellos se está acercando a ti – señale a su dirección pero ella no quiso voltear, sabía a quién me refería.

Lo que encontré en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora