Capítulo 4. Hacerse realidad

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Alexander

Esperé unos minutos fuera del edificio dando tiempo a que aquel hombre se marchara y que Allison subiera a su apartamento y cuando vi que dejo un beso sobre su mejilla me reí sin una pizca de humor. Todavía era temprano, pero había decidido llegar antes para molestar un poco y el que se encontraba molesto ahora era yo. Me sentí como un maldito acosador, pero realmente aquello no me importaba. Aquella mujer había sido demasiado atrevida y yo tenía que enseñarle las consecuencias de meterse con un demonio como yo.

—Señor Rizzo—saludo el cuidador del edificio y yo le saludo con un gesto de cabeza.

Moví el juego de llaves entre mis dedos al tiempo que subía al ascensor y en aquel momento pensé que había sido una maravillosa idea de mi parte quedarme con aquel juego de llaves. Las había ayudado a conseguir aquel departamento, yo las había ayudado a instalarse y pensé en un momento determinado regresarle aquellas copias, pero ahora mismo no haberlo hecho me hacía sentir satisfecho.

Abrí la puerta y cuando entre todo estaba muy calmado. Solo escuchaba de fondo la ducha y una suave melodía que se colaba por todo aquel espacio. Deje las llaves sobre el recibidor y me encamine al lugar de donde provenía la melodía, deslizando mis dedos sobre la pared de manera suave y me detuve justo frente a la entrada del baño. La puerta estaba abierta y la silueta de Allison se desdibujaba a través de aquellas cortinas, pero de todas formas era demasiado caliente aquella imagen.

Me quite los zapatos y les deje a un lado en el pasillo. Sabía que esto era una locura, que era realmente atrevido y extremo de mi parte hacer esto, sin embargo, yo no tenía limites, mucho menos cuando alguien se atrevía a desafiarme y era justamente lo que Allison había hecho. Corrí las cortinas y entre la ducha, ella estaba de espaldas, pero se giró rápidamente cuando se percató de mi presencia. Se quedó allí fría, mirándome fijamente, mientras el agua se deslizaba por cada parte de su cuerpo desnudo y yo sentía que algo se agrandaba dentro de mis pantalones. Me prendía tenía que admitirlo. El maldito cuerpo de Allison Dollister me había puesto duro.

—Estoy invadiendo tu espacio personal ¿eh Allison? —cerré las cortinas y di un paso más cerca de ella y dio uno hacia atrás—Porqué el tipo de hace rato no parecía estar invadiendo tu espacio ¿no Allison? —apreté la mandíbula al mirar sus labios y no quería perder el control, pero debía admitir que estaba a punto de hacerlo.

— ¿Qué haces Alexander? —pregunto casi en un susurro. Observé como temblaba su labio inferior y me quebré.

La sujete por el cuello y tome su labio entre mis dientes. Acaricie su lengua y me pegue mucho más a ella para que pudiera sentir lo duro que estaba. Pude darme cuenta que era inexperta y su torpeza me ponía más caliente. Pasé mi lengua sobre sus labios y no me resiste a chupar su labio inferior y volví a morderlo, pero de repente me tomo por el rostro y me separo bruscamente de ella. Sentí el sabor metálico de la sangre y luego de manera sorpresiva su palma acaricio de forma brusca mi mejilla; yo la tome de la misma forma por el rostro solo por puro instinto.

Pude ver el terror reflejado en sus ojos, como la sangre corría por su barbilla y como trataba de cubrir de manera rauda sus partes íntimas. Salí de la bañera y sentí que la mejilla me palpitaba, pero era mejor que pusiera distancia de ella o no me haría responsable de mis actos. Me apresure a salir del baño y levante mis zapatos del piso. El agua goteaba de mi ropa, pero sino salía de allí pronto sabía que más temprano que tarde iba arrepentirme.

— ¡Alexander! —la escuche decir unas octavas por encima de lo normal y me detuve—Tenemos que ver a un cliente, haz lo que sea para verte decente—mire por encima de mi hombro y no podía crear que ella todavía pensaba en eso después de lo que acaba de pasar, pero si este era su juego entonces iba no me importar jugar.

***

Me encontraba perturbado por la frialdad con la que Allison actuaba, pero podía percibir que esta era su forma de protegerse. Me termine de colocar aquel suéter y en este momento en particular había sido demasiado oportuno que siempre tuviera algo de ropa extra en el auto. Ella me regalo una dura mirada en cuanto salió al recibidor y camino apresurada por delante de mí mientras veía la hora en el reloj que adornaba la pared del pasillo. Había cubierto la cortada de su labio y la ropa que tenía puesta la cubría más de la cuenta.

—Allison...

—No hables, no quiero escuchar que digas nada—sabía que me lo merecía, pero aun así no pude evitar sentir molestia.

Pise el acelerador y la observe ponerse el cinturón. No sabía que era lo que más me enojaba si su frialdad o darme cuenta de que ella me gustaba, porque debía admitir que aquel primer día que la vi en Nueva York me la imagine en mi mundo, jugando de forma sucia, siendo totalmente dócil y sumisa, aunque me obligue a bloquear aquellos pensamientos en primera instancia y me negaba admitir que una mujer como ella pudiera darme placer.

Entramos al restaurante y levante la mano para saludar el señor Romano. De manera caballerosa,  le cedí el paso para que Allison caminara por delante de mí e hice una mueca de disgusto cuando note que ella ni siquiera me miro. Romano se levantó de su silla le ofreció la mano y dejo un beso sobre la de ella. Pude notar que Allison había llamado su atención, eran el tipo de mujeres que a él le gustaban, pero el muy maldito se quedaría con las ganas.

—Benvenuto—dijo sonriendo con amabilidad hacia ella—Alexander—miro ahora en mi dirección y yo me acerque a él le regale dos besos y lo sostuve de manera firme por los hombros.

—Non provare a mettere gli occhi su di leí (no intentes poner tus ojos en ella) —le advertí y una mueca de disgusto apareció en su rostro.

—Quella donna non è il tuo tipo (Esa mujer no es tú tipo) —dijo entre dientes con algo de malestar y tenía razón, pero me importaba una mierda lo que el pensara. Porque dentro de mi comenzaba a crecer un oscuro deseo y no pararía hasta hacer que el mismo se hiciera realidad.

El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt