Capítulo 8. Mundo de placer

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Alexander 

Al sentir su coño mojado apreté la mandíbula y el agarre sobre mi miembro se hizo más firme. Volví a besarla, mientras todo el cuerpo de Allison temblaba y sabía que en cualquier momento llegaría al orgasmo. Sabía que todo esto era nuevo para ella, que sus creencias le impedían sucumbir ante el placer que le brindaba, pero yo la deseaba demasiado como para que aquello se convirtiera en un obstáculo. La escuche quejarse, le cubrí la boca para ahogar sus gemidos y me frote más fuerte sobre su coño hasta venirme.

Y nos quedamos allí en silencio, solo se podían escuchar nuestras respiraciones y me imagine arrastrándola a mi mundo, haciéndole jugar bajo mis reglas, mostrándole un nuevo universo de placeres sin límites donde ella pudiera explorar su sexualidad y solo se dedicara a disfrutar de toda aquella locura, pero muy dentro de mi sabía que estaba pidiendo demasiado.

—Déjame mostrarte un nuevo mundo —dije sobre sus labios, inhalando su aroma embriagándome con él, disfrutando del olor que emanaba su piel después de venirse. La observe cerrar los ojos, pero al abrirlos había regresado a ser ella misma.

—Espero que lo hayas disfrutado—dijo levantando sus pantalones del suelo—Porque no volverás a tocarme—se alejó de mi tratando de cubrir su desnudez y se vistió rápidamente, pero Allison no lo entendía ya era muy tarde, yo no daría marcha atrás.

Nos disculpamos con el señor Romano por la tardanza e inventamos una excusa que nos pareció racional. Dimos inicio a la reunión, pero la tensión se encontraba hasta en el aire que respirábamos, sin embargo en este momento debía ser el Alexander profesional. Romano se mantuvo distante, sabía que él no se atrevería hacer un movimiento en falso después de nuestra última conversación, sabía que aquella reunión seria tranquila.

***

Allison salió apresurada de mi auto en cuanto la deje frente a su edificio. No nos dirigimos la palabra en todo el camino, porque ella volvió a esconderse bajo su capa de frialdad y no iría detrás de ella como un maldito perro faldero siempre, no iba arrastrarme hacia ella porque esa no era mi naturaleza, así que pise el acelerador para alejarme de ahí en cuanto la vi cruzar la entrada. La velocidad siempre me ayudaba a votar la tensión, pero antes de llegar a casa me encontré con un embotellamiento, provocando mi temperamento.

—Lo que me faltaba—masculle con molestia y al mirar hacia atrás para ver si podía salir de allí me di cuenta de que Allison había dejado sus papeles sobre el asiento trasero. Papeles importantes que ella debía trabajar de inmediato. Pero yo estaba demasiado encabronado como para regresar a llevárselos.

Tome una ruta alterna y en aquel momento entro una llamada de la susodicha, pero la ignore. La haría venir por esos papeles, porque quería mostrarle de lo que se estaba perdiendo, de todo lo que estaba dejando de disfrutar por contenerse, por resistirse a mis juegos de seducción. Haría que Allison Dollister lo pidiera, le haría suplicarme que la hiciera mía.

Entre al edificio y fui directo al apartamento 102. La chica abrió la puerta y me regalo aquella sonrisa malévola. Alguien se asomó por la puerta de la habitación era la misma chica de la otra vez, pero esta vez un hombre le respiraba en la espalda.

—Dentro de una hora en mi apartamento, jugaremos un poco—mire por encima de ella—trae a tus amigos también—deslizo sus uñas sobre mi pecho y enarque una de mis cejas.

—Como ordene y mande mi demonio—dijo con tono sensual y lleve mis pasos hacia mi apartamento para poner en tono el ambiente, aunque con mis juguetes se encontraba más que preparado para aquella jugada.

***

Recibí varias llamadas de Allison, pero las volví a ignorar. Estaba demasiado ocupado con mis juguetes como para perder mi tiempo con ella, aunque sabía que pronto escucharía aquel timbre y no podía esperar. La del 102 y su amiga se encontraba sujetada de los brazos sobre unos barrotes y aquel hombre enredando las piernas de aquella chica sobre sus caderas la comenzó a penetrar de manera salvaje. Subí el volumen de la música para subir la adrenalina y me acerque a la del 102 para colocar mis pinzas favoritas sobre sus pezones y enredar aquellas cuerdas en sus senos. La observe contener la respiración en cuanto sintió la presión sobre ellos y me sentí realmente satisfecho.

—Ha sido muy mala—dije metiendo mis dedos en su boca al tiempo que me deshacía de aquellos pantalones de franela y liberaba la firmeza de mi miembro. Tome mis bolas favoritas de metal y comencé a meterlas en su vagina contrajo el musculo mientras sus piernas temblaban.

Me aproxime donde se encontraba mi látigo de tiras y observe que la pantalla de mi teléfono se iluminaba era un mensaje de Allison.

NECESITO LOS PAPELES ESTOY AFUERA DE TU APARTAMENTO

Ponía en letras mayúsculas y enredando una toalla en mi cintura y pasando antes mis dedos por los labios de aquella chica salí para recibir a mi invitada. Cerré la puerta de aquella habitación y todo el ruido se concentró dentro de esta. Allison aparto la mirada en cuanto abrí la puerta y ella se fijó en mi desnudez. Me reí al ver el esfuerzo que había hecho para cubrirse todo el cuerpo. Se había recogido el cabello y al invitarla a pasar negó con la cabeza. Auch, eso dolió.

—Solo entrégame los papeles y me voy—apreté mi mano sobre el marco de la puerta, pero esta vez no me iba a descontrolar.

—Están en la habitación, entras, me visto, te los entrego y te vas—puso los ojos en blanco y frunció los labios, ejercí más fuerza sobre el marco de la puerta, porque ahora mismo había tenido deseos de azotarla.

—Bien—dijo al fin y me aleje de la puerta para que pudiera entrar.

La cerré detrás de mí y deje que la toalla cayera al suelo. Allison se encontraba de espaldas observando todo a su alrededor y cuando se giró sus mejillas se encendieron. Camine hacia ella apuntándole con mi erección y sabía que en este momento se maldecía, si es que lo hacía, en su interior por haber venido hasta aquí, sin embargo aunque mis dedos picaban por el deseo que corría por mis venas, no iba a tocarla. Esta vez ella sería la espectadora.

—Paremos ya Alexander—dijo y levanto la cabeza. Su mirada era desafiante.

—No quiero parar—dije con la misma intensidad y quede solo a unos pocos centímetros de ella.

—Solo dame esos papeles Alexander y déjame ir—levante la mano para tocar sus labios, pero ella aparto el rostro. Apreté las manos en puños.

—Están en esa habitación, te reto a ir por ellos Dollister—me aparto de ella y camino decidida, pero al abrir la puerta se quedó estática frente a ella mirando lo que esta le mostraba.

La sujete por los hombros y deslice mi lengua por su cuello. Sabía que podía sentir mi erección sobre su culo, como también tenía la certeza de que ella era consciente del calor que emanaba de mi cuerpo. Mordí de manera delicada el lóbulo de su oreja, su piel se erizo y la observe contener la respiración. Allison era demasiado inocente para su maldita perdición.

—Bienvenida a mi mundo de placer—ronronee sobre su cuello, mientras mis manos viajaban por debajo de suéter.

—Bienvenida a mi mundo de placer—ronronee sobre su cuello, mientras mis manos viajaban por debajo de suéter

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El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)Where stories live. Discover now