Capítulo 37. Amos & mazmorras

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Marco 

Las cosas se habían salido de control y todos mis aliados comenzaron a caer. Sabía que no iba a ser tan fácil, que para llegar hasta Patrovick y aquella mujer la sangre tenía que correr, era el precio que debía pagar y estaba más que dispuesto. Me baje de aquel vehículo y el guardia quien se encontraba en complicidad conmigo me abrió la puerta trasera permitiendo que pudiera ingresar aquella casa. Había llegado el momento de ponerle fin a aquello que debió terminar hace un poco más de cinco años en aquel almacén y a enterrar de una vez por todas lo que ya debía encontrarse enterrado. Camine de manera sigilosa empuñando el arma por aquel pasillo y me encontré de frente con la madre de Allison.

Shhh —. Dije colocando uno de mis dedos sobre los labios cuando me di cuenta de su intención —Es mejor que no intenté nada señora Dollister. Gritar solo empeorará las cosas — Y en ese momento le apunté a la cabeza y está me miro aterrada.

— ¿Quién es usted? —pregunto con voz temblorosa, sin embargo este no era el momento para presentaciones.

—Es mejor que me acompañe —le hice un gesto con la pistola para que comenzara a moverse y está de manera obediente comenzó a caminar —Muy pronto descubrirá quién soy yo y porque estoy aquí — comenzamos a movernos y escucha como los allí presentes hablaban entre susurros, aunque pronto terminaría con aquella intimidad. Dejé que la mujer fuera la primera en aparecer delante de ellos y me asegure de no quedar completamente expuesto.

—Por ahora debe quedarse en su habitación —. Dijo Rubén y con un rápido movimiento se paró delante de ella, pero al percatarse de mi presencia detrás de esta su rostro se ensombreció. Me di cuenta de que lo que lo que él buscaba era que ella no viera el cuerpo ensangrentado que yacía boca abajo sobre aquel suelo alfombrado.

—Estoy bien mamá, no debes preocup... —escuche decir aquella voz, única, inigualable e inconfundible. La misma que me había perturbado y perseguido por tanto tiempo. La voz de la mujer detrás de la máscara.

—No creo que su habitación sea el lugar más seguro en este momento —. Dije con sátira y mire el cuerpo tirado en el suelo con indiferencia. Era una pena, pero tampoco era como que me importaba o me causaba algún tipo de sentimiento. Catalina Leoni tuvo su oportunidad y la desaprovecho —Creo que los tengo acorralados al fin —clave la mirada sobre Allison y está se aferró mucho más al hombre junto a ella.

—Tu problema es conmigo, déjalos fuera y resolvamos esto como hombres —. Empujé a la mujer hacia él, esta cayó sobre sus brazos y sostuve el arma con firmeza, sin titubear. Estaba dispuesto a todo.

—Mi problema no es solo contigo ¿Verdad Allison? —pude ver el miedo reflejado en su mirada y no pude evitar sentir aquella maldita sensación correr por mis venas. Esa que me hacía sentir poderoso —Porque no le cuentas a tu novio y tú hermosa mamita sobre tu aventura aquella noche con el mafioso —pareció contener la respiración y el hombre junto ella la miro confundido, bueno realmente todos los allí presentes la miraron con confusión.

—No quieres venir con tus juegos retorcidos, ni a querer engañarnos. Lo único que ha pasado entre Allison y tu es que la secuestraste y lastimaste maldito psicópata —no pude evitar soltar una carcajada y volví a clavar los ojos sobre ella, aunque el tal Alexander la resguardo detrás de él. Me contuve de no terminar con esto antes de lo planeado.

—Acabemos con esto de una buena vez —gruño Rubén y aunque mi asunto también era con él, primero debía joderle por completo la vida aquella mujer, como ella me la había jodido a mí.

«Amos y mazmorras» ¿Recuerdas Dollister? —Di un paso más hacia ellos de manera intimidante y Rubén se interpuso en mi camino — Porque a mí no se me olvida...—grazne.

El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora