Capítulo 20. Demonio italiano

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Alexander 

Allison aparto mi brazo de manera disimulada y marco su distancia. Estaba jugando con fuego, ella sabía mejor que nadie que medir fuerzas conmigo no era para nada inteligente, pero se empeñaba en hacerlo. Le sostuve la mirada al tal Eric y este no tuvo reparos en hacer lo mismo, la situación se había tornado incomoda, sin embargo quería dejar bien claro que Allison era mía.

—Eric, nos dejas a solas un momento por favor—no me gusto el tono que utilizo para dirigirse hacia él, pero no pude evitar la sonrisa maliciosa que le regale al tipo.

—Claro, cualquier cosa estaré aquí—quería sacarle los ojos por mirarla de aquella manera, pero me contuve solo por respeto al lugar en donde estábamos.

Allison camino por delante de mí con paso decidido y en absoluto silencio. La seguí de cerca, aunque no sabía porque sentía que mi presencia parecía ser una molestia, sin embargo en parte podía entenderla. Era demasiado para procesar, la situación de su padre y el hecho de que yo la reclamara delante de aquel tipo quizás era demasiado para ella, sin embargo ya no había vuelta de página.

Salimos a la gélida noche y ella se abrazó a si misma impidiendo que me acercara, como siempre buscaba imponerse para que no invadiera su espacio.

— ¿Qué haces aquí?—. Pregunto con tono severo— ¿Que pretendes llamándome tu novia?—contraje el rostro con molestia, porque no esperaba que me cuestionara aquello.

— ¿Que pretendo Allison?—Di un paso hacia ella quedando solo a una corta distancia— ¿No lo has entendido todavía?—soltó un suspiro y contrajo los labios. Aquello malditos labios que me enloquecían.

—Tú y yo, no somos nada. Lo que paso no cambia nada, esto—. Dijo señalándonos el uno al otro—No funcionara y me arrepiento mil veces de lo que paso—apreté los puños y la mire con intensidad ¿Qué demonios había dicho?

—Quieres decir que no significo nada para ti, pretendes que me crea ese cuento ¿eh Allison?—. Dije con los dientes apretados. Sabía que odiaba que la cuestionara y la pusiera al descubierto, pero me importaba una mierda, porque debía hacerla entender que nada cambiaría lo que pasó entre nosotros.

—Obtuviste lo que querías, ahora puedes dejarme en paz. No me atormentes más Alexander, por eso te suplico que te vayas y me dejes despedirme de mi padre con tranquilidad— Y no sé porque justo en aquel momento me llego a la mente la imagen de aquel hombre y ella abrazados, lo cómoda y tranquila que parecía estar con él. No pude la rabia que comenzó a crecer dentro de mí.

—Eric ¿verdad?—inquirí —Esto no es por tu padre, es por él—negó con la cabeza y una lagrima rodo por su mejilla. Quise acercarme, pero estaba demasiado molesto con ella para hacerlo.

—Eres tan egoísta Alexander que ni siquiera te has dado cuenta por el momento tan difícil que estoy atravesando, solo piensas en ti mismo. No hay nada más que te importe si eso no te beneficia—No pude decir nada, porque aunque tenía sentimientos, aunque me molestaba verla tan rota. No podía sentir su dolor.

Había tomado aquel vuelo sin pensarlo dos veces cuando me entere de lo que había pasado, pero no entendía porque. Mis sentimientos eran confusos y todo dentro de mí era una tormenta cuando se trataba de Allison y me enloquecía solo pensar que otro hombre podría tenerla, sin embargo me seguía conteniendo y negando todo lo que sentía. Nunca antes había sentido tanto por alguien, nunca antes había deseado algo tan fuerte como la deseo a ella.

—Eres mía—.Dije con urgencia tomándola por el rostro, obligándola a mirarme a los ojos—Y sí, soy un maldito egoísta, pero lo que es mio, es mio y no dejare que nadie me lo quite—uní mis labios con los suyos y sus manos se apretaron en puños sobre mi camisa.

El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)Where stories live. Discover now