PRÓLOGO

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Anastasia

Desde hace mucho tiempo me he cansado de entrar a hogares adoptivos y ver a las personas que quiero, ser lastimadas. Desde los diez años he estado "por mi cuenta". Sé que tengo personas que se preocupan por mí, pero soy demasiado distante y actúo por mi cuenta para que no se acerquen a mí lo suficiente. A pesar de mi forma de ser, doy todo por las personas que están a mi alrededor y que valen la pena.

La nueva familia en la que estoy, me adoptó hace tres años. Tenía tan solo quince años en ese momento, pero era totalmente independiente. No hablo con ellos... nunca. Sé que son buenas personas, pero ellos no merecen tener a alguien como yo a su alrededor.

Nunca voy a eventos sociales, no me he tomado una foto con ellos, salgo muy temprano para entrenar y para hacer lo que se supone que he venido a hacer, salgo de la ciudad sin que se den cuenta y desaparezco semanas sin avisar. Se preocupan, lo sé, pero ellos no se deben meter en esto. He visto a Grace llorando por mí en varias ocasiones los últimos tres años, sobre todo cuando llego lastimada, pero no puedo abrirme a nadie. Es mejor de esta manera.

Le doy una extensa mirada a la que fue mi habitación estos últimos tres años y suspiro convencida de que lo que estoy haciendo, es lo mejor para todos. Nunca me interesaron los lujos que me ofrecieron, pero les agradezco con todo mi corazón el esfuerzo y empeño que pusieron en mí. No soy una malagradecida, pero sé que, si intento hacerles entender, empezarán las preguntas incómodas y no me dejarán ir fácilmente.

⎯¿Ya estás lista para tu fiesta? ⎯Levanto la mirada hacia Mia, quien entra a mi habitación sin avisar. Siempre lo hace y lo odio.

⎯¿Qué? ⎯Estúpida pregunta, lo sé. Pero estoy incrédula. Saben que odio las sorpresas.

Mia es una niña agradable, de mi edad, pero hemos crecido de maneras muy diferentes. A pesar de que también es adoptada, ha estado en esta familia desde que era una bebé, pero para mí es difícil estar aquí. Desde hace un par de años cambió y se ha vuelto una niña muy activa y llena de energía, pero eso cansa.

Siempre anda con su reluciente cabello negro y esos vestidos que la hacen parecer un hada. Es realmente hermosa, nada parecida a mí, con mi cabello castaño desaliñado y mi ropa barata y desgastada.

Sé que ella no merece lo que está por suceder a continuación, pero necesito detener esto y salir de esta casa.

Hoy cumplo dieciocho años y finalmente soy mayor de edad. Podré salir del sistema e irme a donde tengo que ir. Sarah me ha convencido para trabajar desde una perspectiva diferente y lo haré. Kate y Ethan me están esperando para empezar nuestra nueva vida y para eso necesito dejar de ser una Grey. El único padre que he tenido se llama Raymond Steele y es el único al que quiero.

⎯No creerías que íbamos a dejar pasar esta fecha ⎯dice con obviedad y empieza a hurgar en mi armario lleno de ropa que ella y Grace llenan cada tanto, ropa que nunca utilizo⎯. Incluso Christian vendrá.

Su entusiasmo es grande.

Christian es el segundo hijo adoptivo de los Grey y como yo, no comparte mucho con sus padres. Ha venido muy pocas veces aquí, desde que vivo en esta casa, y sólo conozco su voz fuerte e intimidante. Siempre está discutiendo con Carrick o soportando los a veces molestos comentarios de Elliot. Se lleva muy bien con Mia y se podría decir que la adora, al igual que a Grace. Ellas lo merecen, lástima que yo no pueda demostrarlo.

⎯¿Acaso no te das cuenta que estoy cansada de ustedes? ⎯espeto y me mira inmediatamente. Solo espero que no empiece a llorar como siempre⎯. Pueden atragantarse con sus mierdas de ricos, porque desde hoy me largo de esta casa. Eres una jodida pesadilla y no sabes lo feliz que estoy de irme de aquí.

Su labio tiembla, pero se niega a llorar. Veo como aprieta sus manos tratando de contenerse y eso me hace sentir mal, pero esto es lo mejor para todos. No saben cuánto.

⎯Ana ⎯Escucho la voz censurada de Carrick desde la puerta abierta y lo miro, encontrándome también con reprobación de Elliot. Hay decepción en sus ojos y eso duele. A pesar de mis desplantes, siempre trataron de acercarse y nunca se rindieron al tratar de hacer que fuera parte de su familia.

A pesar de la manera en cómo llegué a ellos. Entrar a robar debió decirles que no iba a ser fácil tratar conmigo.

Tomo mi bolso, donde tengo mis últimas pertenencias listas ya que el resto las tengo en casa de Kate, y salgo a toda prisa pasando sobre los dos hombres. Sé que Elliot pospuso un par de semanas su viaje para este día, él siempre fue el que más pendiente estuvo de mí, e incluso, me cubrió un par de veces cuando llegué a casa lastimada. Nunca preguntó nada, sabe que nunca contestaría.

Bajo las escaleras corriendo, dispuesta a alejarme de ellos y enfrentar mi estúpido camino.

Ya me lo agradecerán.

Christian

Estoy en casa de mis padres, hace poco menos de tres meses que no vengo a visitarlos, todo para evitar las confrontaciones con mi padre y no ver esa decepción en sus ojos cada vez que me ve. No me gusta que me mire de esa manera, pero tampoco me gusta ser condescendiente y ser sumiso ante las opiniones de nadie. Ya no soy un sumiso.

Hoy me han pedido venir a cenar para celebrar los dieciocho años de mi "hermana" Anastasia. No la conozco a pesar de que lleva tres años con la familia y nunca la he visto las pocas veces que he venido de visita. Mia dice que es muy aislada, nunca habla con nadie de la familia y cuando está en casa, se encierra en su habitación. Es una chica muy extraña, incluso más que yo. Nadie de la familia conoce su historia, sólo que pasó de hogar en hogar hasta los diez años y escapó para vivir en la calle, donde se dedicó a robar y a estafar.

¿Qué le habrá sucedido a esa niña?

La puerta se abre y veo a mi sonriente madre, quien parece feliz al verme y en respuesta, beso su mejilla.

⎯Hola madre ⎯digo alejándome un paso.

⎯Hijo, ¿cómo estás? ⎯Adoro que siempre tenga esa sonrisa para todos sus hijos sin importar qué.

⎯Muy bien, mamá.

⎯Adelante, cariño ⎯dice rápidamente⎯, sabes que ésta es tu casa.

Así me lo repita todos los días, nunca podré sentirlo como mi lugar, a pesar de que los amo.

Al entrar siento que alguien me empuja y pasa por mi lado bufando y murmurando, se sube a un viejo y destartalado auto sin siquiera darnos una mirada. Me quedo mirando su culo redondo y sonrío por lo bien que se ve a pesar de esa horrible ropa que lleva. Mi madre sale tras la chica para detenerla y cruzan palabras, pero la chica igual se va. Mi madre suspira antes de volver a mí, secando sus lágrimas, y siento un odio inmenso por esa niña que ha hecho llorar a mi madre.

⎯¿Qué sucede, mamá? ⎯pregunto cuando vuelve

⎯Es Anastasia. Está molesta porque la familia vino a celebrar su cumpleaños, me ha dicho que se irá de la casa para que no la volvamos a molestar.

Frunzo el ceño perdido en el camino y me pregunto qué es lo que le pasa a esa niña. Ninguna chica de su edad se comportaría de esa manera. Por lo menos, no una normal, y por lo visto, esta no lo es.

⎯Ya, mamá. Entremos a la casa de una vez.

Todos están tristes por la actitud de Anastasia y la odio más al ver los ojos llorosos de mi hermana.

Nunca ha dejado que se le acerquen, incluyendo a Mia, a pesar de que tienen la misma edad, nunca se ha tomado fotos con la familia, ni participa en eventos sociales.

¿Qué le sucede a esa chica?

A pesar de lo sucedido con esa niña, pasamos un buen rato en familia. Aunque mi padre todavía está molesto conmigo por dejar la Universidad, ha decidido apoyarme ya que no hay más que hacer. Algo bueno debía pasar en este día.

Mi "Hermana" AnastasiaWhere stories live. Discover now