CAPITULO 11

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Christian

⎯Muy bien, ¿Laura, cierto? ⎯Ana salta emocionada en medio del salón y la chica asiente temerosa⎯. Quítate tus joyas y sujétate el cabello.

La sumisa hace lo que le dicen y camina vacilante hacia Ana.  No he visto a mi niña pelear, pero sé de primera mano que tan fuerte golpea.

De un momento a otro, Laura se abalanza sobre Ana y ésta le pega una fuerte patada en el pecho sin hacer casi ningún movimiento.  Miro impresionado a Ana cuando la sumisa cae hacia atrás jadeando, tratando de recuperar su respiración, incluso parece que llorara.  Mi niña me guiña un ojo y sonrío orgulloso.

Guao, eso fue rápido.  Elena abre los ojos incrédula, ya ve que su chica no tiene oportunidad en contra de mi Ana.  Taylor y Gail que se están riendo, mientras yo estoy simplemente impresionado con los ojos desorbitados y la boca casi abierta.  Sé que un movimiento como ese no es de alguien inexperto y mucho menos por la precisión que tuvo.

⎯¿Te rindes? ⎯pregunta Ana.

⎯¡NO! ⎯grita la sumisa con lágrimas en los ojos y frotando su pecho.  

⎯Muy bien.  Realmente deseas estar con Christian.  Terminemos esto para ver si podrá ser tuyo.

La mujer dirige su mirada hacia mí y niego.  Quien sabe qué basura les mete Elena en la cabeza para que estas mujeres lleguen aquí con ciertas expectativas y queriendo al final, atraparme de una manera absurda.

Laura está llena de ira y toma una mala decisión cuando corre hacia Ana, pero ésta no se mueve.  Cuando la sumisa llega, Ana da un paso a un lado y la sumisa pasa de largo, pero Ana se voltea y la toma por su coleta y tira de ella con bastante fuerza, la sumisa cae de espalda dando un grito adolorido por el golpe seco que se acaba de dar contra el duro piso.  Hasta lástima me da verla retorcerse del dolor.

⎯Estoy segura de que eres una buena sumisa, pero no eres lo que Christian se merece ⎯dice esto último mirando a Elena con desprecio. 

Eso es impresionante.

Dicho esto, Anastasia se sienta a horcajadas de ella, le pega un golpe en la cara y le rompe la nariz a la chica que ahora llora con más fuerza.

Taylor, Gail y yo aplaudimos, mientras Anastasia se levanta y hace una reverencia cual show de Broadway.  Todos reímos realmente emocionados, jamás esperé algo así de mi chica.  Elena tiene cara de pocos amigos, es mejor acabar con esto, antes de que acabe con mi buen humor.

Me levanto para dar énfasis a lo que voy a decir, así Elena sabrá que es totalmente real.  Solo quiero estar con Ana y disfrutarlo mientras dure.  No quiero que ella dañe esto.

⎯Muy bien.  Taylor, indícale a la visita la salida y cambia los códigos…  Elena, llama antes de venir.

Mi niña salta sobre mí y me da un beso un fuerte beso, sólo dándome tiempo de aferrarla más a mí.  La extrañe todo el jodido día y por poco Elena arruina nuestra noche.  La llevo a mi habitación ignorando a todos los que están en mi salón, deseando sólo estar dentro de ella.

Jamás he sabido de alguien que se enfrente a Elena Lincoln de esa manera.  Ana es temeraria y me preocupan las cosas que es capaz de hacer.  Vivió en la calle y no me imagino las cosas por las que tuvo que pasar antes de vivir con mi familia.  Por lo menos yo los tuve siempre, aunque me haya alejado de ellos al final, pero Ana…

Ahora no está sola y ella ya lo sabe.

[...]

Cuando despierto son las nueve de la noche y me extraña que Ana no esté conmigo.  Es extraño no tenerla o sentirla.  Subo a su habitación y cuando llego, ya está saliendo del baño, solo cubierta por una frágil toalla.

⎯¿Por qué regresaste a esta habitación?  Me hubiera gustado compartir el baño contigo ⎯Sonríe, pero no se ve feliz.

Se desnuda luego de sacar una camiseta del armario y unas bragas, se viste sin afán y se acuesta sin decir una palabra.  Esto no me está gustando.

⎯¿No bajarás a comer? ⎯le pregunto tratando de ser amable.

¿Por qué se ha puesto así tan de repente?

⎯No tengo hambre ⎯dice sin mirarme a los ojos.

⎯¿Qué sucede Anastasia?

Me acerco a la cama y me siento, pero resoplo cuando me da la espalda.  Odio este tipo de actitud y he sido muy condescendiente con ella.

⎯No es nada.  Tranquilo.  ¿Te divertiste? ⎯Ha suavizado su expresión un poco, parece más bien que algo le preocupa.

⎯¿Qué sucede Anastasia?  No volveré a hacer la misma pregunta ⎯Esta vez con tono amenazante.

⎯Si te digo lo que sucede en mi vida, tendré que irme y no me volverás a ver.  No quiero que te mezcles con mi mierda, Grey.

No sé qué decir a esto, quiero saber lo que oculta, pero tampoco quiero que se vaya.  Lo mejor será dejarlo pasar por ahora e investigar por mi propia cuenta.  No quiero imaginar en qué está metida Anastasia, pero no debe ser muy bueno si ha optado por esta actitud esquiva y distante.

Se levanta y se sienta en mi regazo abrazándome con fuerza.  Froto su espalda sin saber qué decir.  Pero ya averiguaré.

Recibe una llamada y corre a contestar dejando a la otra persona hablar.

⎯¿Sarah?... ⎯Me empiezo a preocupar cuando sus manos tiemblan y tiene que sostenes el aparato con ambas manos⎯. Si...  Como salió todo...  ¿Terminó?...  ¿Y que pasó con la chica?... ⎯Suspira y cae de rodillas frente a la cama a mi lado.  ¿En qué estás metida, Anastasia?⎯. Que bien... No, te espero en Portland.  Gracias por avisar. ⎯Y cuelga,

⎯Recibí un mensaje de una amiga que tuvo un problema algo grave con un ex abusivo y me estresé, le dije a Sarah que fuera a ayudarla y ya todo está bien...  Perdón por preocuparte, pero no soporto cuando las personas a mi alrededor sufren. ⎯Eso lo entiendo, con su oscuro pasado es más que entendible.  Pero…  No le creo.

⎯Me alegro que todo se haya arreglado, ahora ¿podemos ir a comer?

⎯Sí, claro. ⎯Aún está triste.

Gail nos sirve la comida luego de felicitar a Ana y preguntándole donde aprendió hacer esas cosas, manteniendo esa expresión divertida.  Pero mi chica no contesta, solo sonríe y se encoge de hombros.  Comemos sin decir una palabra y eso me molesta.

¿Cómo es posible que hace un rato estaba feliz riendo y ahora se ha encerrado en su burbuja personal?

Definitivamente, tenemos más en común de lo que podría imaginar.

Terminamos de comer y la llevo a mi habitación evitando que se vuelva a alejar de mí, pero mi niña nada que reacciona.  Le quito la poca ropa que tiene, lleno la bañera, y la guío para que entre.  Solo quiero que se relaje.  Esto me confirma que no está diciendo toda la verdad, pero lo que me interesa en este momento, es volver a verla sonreír.

La meto en la bañera y masajeo sus pies mientras veo como poco a poco se relaja, levanta la vista y me sonríe.

⎯Siento mucho preocuparte.  Entra conmigo.

Entro y ella se arrodilla a horcajadas sobre mí y me acuerdo...

Joder no tengo condones...

Mi "Hermana" AnastasiaWhere stories live. Discover now