CAPITULO 9

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Anastasia

Definitivamente Christian es imparable.  Anoche lo hicimos unas tres veces o quizás más, hasta que la luz empezó a filtrarse por la gran ventana.  No pienso quejarme por ello que, aunque aún mi entrepierna se siente algo adolorida, me encanta estar con él.  Me gusta todo lo que he experimentado a su lado.

Despierto y acaricio su rostro mientras lo veo dormir, se ve tan bello y tan joven que realmente me embelesa.  Toco una de sus cicatrices y suspiro.  Espero que sane pronto su corazón de lo que sea que le hayan hecho.

Ya entiendo el porqué de su cuarto rojo.  Así nunca lo tocarán.  Me gusta que no me llevara a ese lugar, me hace sentir especial para él.  Él también lo es para mí.  Nunca me ha gustado que las personas se me acerquen y este hombre se ha vuelto casi una necesidad.  Será difícil dejarlo, pero es necesario si no quiero envolverlo en mis problemas.

Me quejo cuando siento la necesidad de levantarme, pero este hombre me tiene aprisionada a su cuerpo.  Me muevo suavemente y retira su pierna de las mías, dándome la oportunidad para salir de la cama e ir al baño.  Me doy un rápido pero delicioso baño que refresca mi cuerpo después de haber sudado tanto anoche.

Al salir del baño Christian está sentado en la cama… desnudo.  La sola imagen hace que mi estómago se encoja por la anticipación.  Levanta su mirada haciendo desaparecer su ceño fruncido y aprieto la toalla que me envuelve cuando veo como su miembro se levanta poco a poco.  Me tiende la mano y gustosa se la recibo, me jala hacia él retirando la toalla antes de empezar a besar y mordisquear mi vientre y mi cadera enviando corrientazos que me recorren entera.  Siento mi cuerpo estremecerse y me sostengo de su cabello cuando mis piernas se debilitan.  Gime mientras baja hacia mi sexo y abre mis piernas besándome allí, chupando y lamiendo hasta que me siento muy mojada.  Siento su dedo en mi interior que se contrae.  Introduce otro dedo y los mueve adentro y afuera sin dejar de lamer.  Mi cuerpo se vuelve a estremecer y gimo cada vez más fuerte, mientras él sigue haciendo lo suyo hasta que siento que llego al clímax gritando su nombre.

Me sienta a horcajadas sobre él y yo todavía me sacudo tratando de despejar mi cabeza, escucho que rasga algo y entra en mi con fuerza y vuelvo a gemir.  Él todavía no dice nada y no me importa.  Empieza a moverme lentamente de arriba a abajo, se siente como una dulce tortura.  Me besa con fuerza y jalo su cabello correspondiendo a su deseo.  Me mueve con más fuerza y me muevo a su compás, se siente tan, pero tan bien que mi cuerpo traicionero estalla y siento que caigo de un precipicio mientras grito su nombre una vez más en esta mañana.  Dos embestidas más y se corre él también jadeando mi nombre.

Nos quedamos acostados, yo encima de él mientras nos recuperamos y se normalizaba nuestra respiración.

⎯Buenos días, nena ⎯dice finalmente.

⎯Definitivamente son buenos ⎯digo y ríe con fuerza.

Escucharlo de esta manera me hace feliz.  Cuando lo conocí hace unos pocos días, se veía tan duro, frío e impenetrable.  Pero logré entrar sin proponérmelo y de una manera que me siento tan profundamente sumergida en él, que asusta.

No sé cómo hacen las personas que se enamoran para no volverse adictas a esa persona, pero yo no lo quiero evitar.  Así esto esté dañando un poco mis planes.

Siempre se pueden modificar los planes y aspirar a algo mejor.  Algo definitivamente maravilloso al lado de un hombre como Christian.

Christian

Me encantan sus dulces y suaves labios.  Nunca pensé que el sexo vainilla fuera tan placentero, o tal vez es porque es con mi Ana.  Siento cosas por ella que aún no puedo explicar, siento que no me hace falta nada, siento que mis sombras no están, su luz me cubre y, en definitiva, es aquí donde quiero estar.

Al despertar y no verla a mi lado sentí un vacío en mi estómago que me atemorizó y tuve que sentarme agarrando mi cabeza para controlar el latido frenético de mi corazón, pero al escuchar cuando se abrió la puerta del baño y verla solo cubierta con una toalla me relajé inmediatamente.  Sentí como mi deseo crecía y necesitaba estar dentro de ella.

Ahora sé que la necesito a mi lado.  No me gusta ese vacío.  No me gusta, aunque me asuste como la mierda todo esto.

Joder.  Necesito a Flyn con urgencia.

⎯Buenos días. ⎯Finalmente le digo después de ésta deliciosa vainilla.

⎯Definitivamente son buenos ⎯dice y no puedo evitar reír al ver su rostro de bien follada.  Su dulzura me debilita.

No entiendo por qué me siento tan atraído de ésta manera tan fuerte hacia Ana, pero haré que dure.  Me gusta esto.

La beso con fuerza, ya deseo estar nuevamente dentro de ella, pero ella se separa y se queja.

⎯Tengo hambre ⎯dice agitada y no puedo evitar sonreír.

⎯Yo también sigo con hambre ⎯contesto mordiendo su labio y ella ríe.

⎯Lo sé, pero debemos alimentarnos si queremos seguir con esta follada maratónica ⎯dice.

Tiene un buen punto en ello.  No puedo descuidarla.  Es mi trabajo atender sus necesidades y velar que esté bien.

Miro la hora y son más de las diez de la mañana, así que nos levantamos y nos cambiamos.  Ella se coloca una de mis camisetas, sin nada debajo.  Tendré que trabajar mucho con mi autocontrol que ha sido destruido por esta mujer.  Me coloco un pantalón de pijama y una camiseta para tomo su mano para salir a ver que nos ha dejado Gail.

Hoy falté al trabajo y me imagino que Ross debe estar como loca tratando de localizarme, aunque si fuera urgente Taylor ya me hubiera avisado.  Vamos saliendo al salón tomados de la mano y nos frenamos.  Ana se lleva las manos a la boca y se esconde detrás de mí cuando vemos a toda nuestra familia sentados en el sofá.  ¿Cuánto tiempo llevarán allí, será que escucharon los gritos de Ana?

Ana corre de vuelta a la habitación, así que me toca a mí dar la cara, igual ya todo está hecho.

⎯Buenos días, familia. ⎯Saludo mientras mamá se acerca para darme un beso en la mejilla.

Todos sonríen y eso me hace desconfiar.

⎯Estoy tan feliz por ti Christian ⎯dice Mia aplaudiendo

⎯¿Por qué no nos dijeron nada? ⎯dice papá tendiéndome el periódico donde estoy besándome con Ana en el restaurante.

⎯No sé, papá.  Las cosas solo se dieron, no fue nuestra intención faltarles el respeto.

⎯¿De qué hablas, hijo?  Si estamos felices por ustedes.  Ambos han sufrido tanto que merecen ser felices ⎯dice mi madre con una sonrisa.

Todos sonríen menos Elliot, espero que no sea porque le puso el ojo encima a Ana, porque no me va a importar que sea mi hermano, nadie se mete con lo que es mío.  Y ella en definitiva, lo és.

⎯¿Cuánto tiempo llevan aquí? ⎯pregunto indiferente.

⎯Lo suficiente como para escuchar a Anastasia gritar dos veces tu nombre.  Parece que sabes lo que haces después de todo ⎯dice Elliot serio

⎯¡Elliot! ⎯Lo reprenden papá y mamá

⎯Déjenlo.  Después de todo creyeron que era gay.

⎯Voy a ver a Ana ⎯dice mamá dirigiéndose a mi habitación evidentemente apenada por mi declaración.

La sigo y río al ver a Ana envuelta en las cobijas.  Joder.  No tiene nada de qué avergonzarse.  Somos adultos, después de todo.

Beso su cabeza y la obligo a enfrentar a mamá antes de ir con papá y mis hermanos.

Elliot se va un par de minutos después y quedamos mi padre, Mia y yo.  Hablamos muy animados, todos están felices por Ana y por mí.  Eso no me lo esperaba.  No sé si merezca estar así de eufórico por esta mujer, pero quiero disfrutarlo lo más que pueda, ella sí se lo merece.

Después de un rato, llega mi madre con Ana ya cambiada, mi padre le da un beso y la abraza, mientras que Mia la abraza saltando como adolescente hormonal.  Mis padres deciden quedarse a almorzar y pasamos un buen rato. 

El teléfono de Ana suena y ella se aparta para contestar, lo único que alcanzo a escuchar es que la llamó su amiguito José.  Eso tipo no me gusta.

Mi "Hermana" AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora