54 | Epílogo | Un final feliz.

191 31 19
                                    

«Me gustaría decir que sé cómo iniciar esto, que lo he pensado toda la mañana. Y sí, fue así. He pensado en lo que quería decir todo este tiempo, pero ahora no me salen las palabras.

Quiero contar mucho, pero las palabras se me escapan. Necesito perseguirlas, pero solo me quedo quieto y espero a mi final.

El final de todo, el final de mi vida, aún si esta para mí acabó cuando tu corazón dejó de latir.

Ahora, existe otro Marco al que amo, pero no de la misma manera. Este Marco es un niño, y es hermoso.

Tiene tus ojos, y tu cabello.
Y tus pecas, y tu corazón.
Es tú, pero no es tú. No puedo amarlo como te amé a ti y eso me mata, porque contigo quería conocer el mundo, pero en él veo el mundo a través de sus ojos.

Creo que volví a amar, Marco, y me niego a leer la última carta que me escribiste, me niego a oír el último archivo de voz en el que sales.

Me niego a leer esa nota titulada "Para cuando quieras amar, y no sea a mí."

Me estoy ahogando desde hace años, desde hace tantos años. Mi caligrafía tiembla y mi corazón se había apagado, ya no bombeaba sangre, ya no latía, porque ya no tenía por quién latir.

Y llegó él, y mi corazón ahora galopa. Tengo ganas de llorar de lo bello que es mirarlo a los ojos, a esos tiernos ojitos llenos de esperanza y de sueños, y solo puedo sentir culpa, porque esos mismos ojos tenías tú cuando te conocí, y cada jodido día de tu vida.

Encontré la canción que escribiste para mí el otro día. Creí que Jacobo la había perdido, pero no.

La encontré yo, y la guardé debajo de mi almohada al no poder imaginarme una melodía, ni a tu voz cantándola para mí, ni tu sonrisa cuando te confundes con una palabra y quieres repetirlo todo, ni tus dedos bobos tropezándose con las cuerdas de la guitarra vieja que Jacobo guarda en su ropero.

No recuerdo tu voz.

Sé que era dulce, y que me hacía sentir paz, pero ya no la tengo en mi cabeza. Intento recordarla, pero no está.

Tu rostro se va borrando conforme los días pasan. Ya no sé cómo entrecerrabas los ojos al mirar al cielo.

Solo quiero llorar y espero que me estés esperando en donde sea que estés, así al llegar podría verlo, verte y sonreír de nuevo, como aquella última vez que te dormiste, en mis brazos, y nunca más despertaste.

Antes de dormir, ¿Recuerdas lo que me pediste?

"No me olvides."

Le temo tanto a olvidar que me fuerzo a recordar cómo te veías, aún si me duelen los ojos y me llora el alma.

Este otro Marco me ama tanto, que me vio triste por tu canción y cuando le mostré el papel arrugado y viejo en el que estaba escrita, la cantó para mí.

Es tan bajita su voz, es tan dulce, que me hace sentir paz.

Creyó que lloraba porque me dolía, pero me ardía. Me quema la cabeza y me alborota el corazón saber que estoy siendo feliz sin ti. Quiero llorar, llorar todo el día, pero no tengo la fuerza, porque cuando veo esos ojos marrones, te veo a ti.

Le gusta una niña, se llama Martina. Ella es muy aplicada y mandona, y es dedicada y linda.

Y no puedo evitar vernos a ti y a mí en ellos dos, porque yo soy tu Martina, y tú eres mi Marco. Sé que son niños y que quizás no le dure, pero a mí me duró una vida entera el amor que siento por ti y me tardaré otras dos en olvidarlo.

Bailando con una estrella (BL) | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora