Aries Potter, quién diría que aquella loca y rarita chica era la hija mayor de los Potter. Cuándo tienes una pérdida importante y no tienes a nadie para apoyarte entras en la locura, por culpa de esa escacez de amor, de cariño, de una familia. Aries...
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Después de muchas horas de camino llegaron a dumstrang, nada más llegar Aries sintió que le faltaba algo, necesitaba a su gente. Fueron a cenar y la pelirroja no pudo quitarvesa sonrisa de boba desde que besó a Cedric Diggory, se sentía como en una nube. Al terminar, la recien nombrada Potter se fue a su habitación a descansar, al día siguiente sería la graduación y el último día.
Se despertó y se metió en la ducha, lavó su largo cabello pelirrojo y ondulado que ya llegaba a su cintura. Se puso ropa cómoda, preparó la meleta y dejó el vestido que utilizaría esa noche. Al terminar fue al comedor, que no le llegaba ni a los talones al de Hogwarts, echaba tanto de menos aauel lugar, casi tanto como a sus personas. El día transcurrió tranquilo hasta que llegaron las 7 de la tarde y Aries tenía que prepararse, quería usar un smoking pero al ver ese vestido se enamoró. Recogió su pelo en un elegante moño bajo, usó un maquillaje muy natural, pues solo usó máscara de pestañas y un brillo labial. El vesgido era de color verde, cisa que combinaba con sus ojos y resaltaba con su cabello. El vestido llegaba hasta sus pies, la espalda la tenía al descubierto y el corte deceste le hacía resaltar su figura. Llevaba unos tacones negros con una serpiente dorada que le rodeaba la parte inferior de las piernas, ese día no llevaba muchas joyas, ya que con su pelo ya resaltaba bastante.
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Ya era la hora, así que bajó al comedor que era dónde se celebraría, baria gebte la miraba, tanto por el rumor de Ada como por su aspecto tan cambiado. Fueron subiendo uno a uno al escenario donde daban su discurso y firmaban una especie de libro de alumnos de Dumstrang. Era el turno de Aries, esra subió a paso elegante dispuesta a impactar en todos los alumnos con su discurso.
-Buenas noches, hoy es un día muy especial para muchos, un día que marcará nuestras vidas, pues nos hacemos adultos. Es bastante agobiante pensar que ya no volveré a la escuela pues la verdad me siento aún como una niña, sé que llegué a los 14 años, llevo menos tiempo que cualquier graduado pero no puedo negar que me he encariñado de este lugar, aquí he podido aprender, equivocarme y madurar, puede que jamás vuelva a pisar este castillo pero siempre lo tendré prente, como mi hogar. Digamos que las personas que han convivido conmigo no me lo han puesto fácil, pero eso me ha ayudado a superarme, creo que sin esas personas no habría podido vencer en el torneo de los tres magos, me enorgullece ser la primera mujer de esta escuela en conseguirlo. Este es un lugar maravilloso y me alegra pensar que he podido formar parte de él y de su historia, por eso os animo a vosotros, la nueva generación, os animo a dejar vuestra marca tal y cómo he hecho yo_dije y con un chasquido aparecieron cientos de pajaros de plata que volaban sobre las cabezas de los alumnos_ Hasta siempre, Dumstrang_ una lágrima bajó por mi mejilla y me bajé del escenario, yo había sido la última y ahora harían una fiesta. Yo no podía soportar la idea de que ya era adulta y ni mi hermano ni padres habían podido verme graduarme. Necesitaba tomar aire, ahora tenía que afrontar mi vida sin ellos, fuera de un horfanato o prisión, ya era hora de crecer. Me senté en los escalones de la entrada al castillo mientras sentía mis lágrimas caer.
