Aries Potter, quién diría que aquella loca y rarita chica era la hija mayor de los Potter. Cuándo tienes una pérdida importante y no tienes a nadie para apoyarte entras en la locura, por culpa de esa escacez de amor, de cariño, de una familia. Aries...
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-¿Y por qué no me lo contaste antes? Aries eso es muy peligroso e insensato de tu parte_empezó a regañarle.
-Sí, ya lo sé pero lo que menos necesito ahora es que me riñas, estoy lo suficiente asustada y con sentimiento de culpa como para que me hagas sentir peor_dijo con los ojos cristalizados mirando hacia otro lado. Era evidente que no estaba bien, la falta de sueño se reflejaban en sus oscuras manchas bajo los ojos y su mala cara, aparte se sentía enfadada todo el rato, aunque no lo mostraba para no preocupar a Sirius.
-Lo siento_dijo y la abrazó besando su cabeza. Aries se sumergió en los fuertes brazos del pelinegro mientras las lágrimas que había estado aguantando salían sin parar.
-Soy un monstruo, yo le hice eso a Althur, yo...
-Sssh..._ Sirius posó su dedo en los labios de la Potter_ eso no es cierto, tú has estado a mi lado todo el tiempo, no has hecho nada.
-¿Y entonces por qué he visto como lo atacaba?_dijo otra vez con los ojos cristalizados_ yo no quiero volver a ser como antes Sirius, no quiero volver a cometer algo así_ empezó a temblar mientras su pulso se aceleraba y el miedo se hacía cada vez más y más presente ¿Qué había hecho?
-Aries, tranquilízate por favor, no ha pasado ni va a pasar nada de eso, relájate_ la voz de Sirius sonaba tranquila pero él no estaba para nada tranquilo y menos al ver como a Aries le estaba empezando a dar un ataque de pánico.
-No puedo, no puedo con esto_ dijo mientras la cabeza le empezaba a dar vueltas y el miedo era más y más presente.
-Puedes con esto y con más, Aries, eres una Potter, has crecido luchando y ahora te toca pelear una última batalla, todo irá bien, tienes a los Weasleys, a tu hermano, a Dumbledore... Y me tienes a mi.
-¿Y cómo haré para poder mirar a la cara a los Weasleys sin que se me caiga la cara de vergüenza? Todavía no sabemos si realmente he sido yo..._ decía a la vez que buscaba algo con lo que desahogarse.
-Aries, por favor, los niños están asustados, tu hermano también lo está y necesitan tu fuerza y tu inancanzable carácter. Son críos en una batalla para adultos, porque tanto tú como yo sabemos que esto tan solo es el principio de la guerra, no sabemos como va a acabar ni cuantas vidas se va a llevar por delante, pero todo miembro de la orden al entrar tiene asumido que en cualquier momento puede perder la vida. Arthur también lo sabía mientras hacía guardia en el ministerio, todos sabíamos que antes o después quién-tú-sabes atacaría y le ha tocado a Arthur, pero eso no es ni tu culpa ni la de ninguno de la orden, de hecho, gracias a ti, Weasley saldrá de esta, de no haber sido por ti probablemente lo habrían encontrado al día siguiente muerto_ Esas palabras lograron del algún modo tranquilizarla, o al menos darle un aliento de valor, porque Sirius tenía razón, la guerra estaba cerca y ella debía proteger a su hermano como aquella noche que marcó la vida de muchos.
