Aries Potter, quién diría que aquella loca y rarita chica era la hija mayor de los Potter. Cuándo tienes una pérdida importante y no tienes a nadie para apoyarte entras en la locura, por culpa de esa escacez de amor, de cariño, de una familia. Aries...
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No se pueden imaginar lo que sentían el Black y la Potter. Es una situación completamente imposible de describir, como el tacto de Sirius hacía que la piel de Aries se erizase, o como los besos de Aries hacían a Sirius el hombre más feliz del mundo mágico y muggle. Eran tal para cual, como dos piezas de un puzle creadas para ser unidas y complementarse, ellos no eran el alma gemela del otro, eran mucho más, entre ellos dos existía una conexión idílica e inalcanzable, una conexión que más de uno envidiaría, bueno, si es que alguien lo supiera, pues obviamente lo llevaban en secreto, porque bueno... es algo extraño salir con el padrino de tu hermano que tiene la misma edad de tu padre y eran mejores amigos, y mucho más cuando apenas tienes 18 años. Pero como muchos muggles dicen "para el amor no hay edad" y es cierto porque he de admitir que si Aries hubiese seguido con Ada no hubiera llegado ni a experimentar la mitad de sentimientos que con Sirius, quizás con Cedric si hubiese podido porque se amaban pero... admitámoslo, Aries ha cambiado mucho, ha pasado de ser una niña descontrolada a una mujercita madura y responsable, ahora sabía lo que quería, lo que sentía y también lo que necesitaba, por lo que pensándolo bien a lo mejor ya no era la persona adecuada para el tejón, ya no eran tan compatibles, o quizás lo eran mucho más...
Ahora nos situamos en la habitación de Sirius, donde bueno... digamos que la temperatura estaba muy alta, tanto que ambos estaban desnudos besando al otro como si no hubiera un mañana, Sirius acariciaba cada centímetro del cuerpo de la pelirroja mientras esta gemía y arqueaba su espalda al sentir a Sirius dentro de ella, se habían fusionado en uno, claro que no era la primera vez de ninguno de los dos, pero si era la primera vez de ellos dos juntos. Sirius besaba el cuello de Aries mientras ella movía sus caderas y se agarraba a las sábanas a la vez que soltaba unos gemidos que cada vez excitaban más al pelinegro, el cual la embestía tan sexi como románticamente. Aries mordió su labio para intentar no venirse mientras sus piernas empezaban a temblar, cosa que Sirius notó y le susurró en el oído entre gemidos.
-Vamos, hazlo, hazlo para mi_dijo y entró más en ella sintiendo como se iba apretando en su miembro y llegaba al squirt, Aries arqueó su espalda a la vez que el pelinegro también llegaba, fue una sensación grandiosa e inigualable.
Sirius se tumbó al lado de aquella preciosa mujer que había logrado conquistar su corazón y la besó.
-Te amo_le dijo la Potter.
-Remus y Harry me matarían si se enteraran pero yo a ti más_ Aries sonrió coquetamente y negó.
-Mentiroso_ Sirius la miró confundido_ es imposible amar más de lo que yo te amo_ Sirius rió y volvió a besarla, esta se acurrucó en su pecho y ambos se quedaron dormidos
Aries empezó a moverse de un lado para otro mientras hacía ruidos extraños con la boca, parecido al siseo de una serpiente, despertando así a Sirius, quien le miraba preocupado.
