Cap. 02*

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Death y Murk, Murk y Death.

Jacob Banner:

Siempre tengo que hacer el trabajo sucio, Francesca nunca espera el momento indicado, por eso en estos momentos sigue durmiendo, ni que estuviésemos en una maldita película animada, y Nicole quiso hacerse la heroína, cosa que no le funcionó, por eso salgo yo solo enfrentándome a la perra con la que tengo que acabar.

—¿Es en serio?—  pregunta en tono hastiado.

Le disparo con el arma que llevo y se mueve a un lado dejando que la bala se estrelle contra el pavimento de la azotea  —Con que quieres seguir el juego—  vuelvo a disparar y lo vuelve a evitar  —veo que de verdad me tienen ganas—  sigo disparando pero es rápida y ágil  —que rico—  finge un gemido mientras deja caer un maletín al piso, las balas se me acaban  —Ahora me toca a mí divertirme—  vuelve a hablar.

Tiro el arma al suelo y me lanzo a ella dándole un puñetazo que no llega a su estómago, agarra mi puño con una mano y me da un golpe en la mandíbula, siento el sabor de la sangre en mi boca.

Golpea bien fuerte la zorra esta.

El golpe me hace retroceder.

—Un hombre—  dice, se cierne sobre mí con todo, y todos los golpes los esquivo  —es excitante—  sigue hablando en lo que me dispara un rodillazo que evado tirándole un golpe en el brazo derecho  —golpeas como marica— vuelvo a lanzar otro golpe pero me agarra de la muñeca y la tuerce, el dolor que me invade no es tan fuerte gracias a la adrenalina, me da con la palma abierta en la cara  —pero quiero que me des fuerte—  le disparo una patada a las costillas, se dobla en busca de aire pero vuelve a erguirse con rapidez —así, que soy bien masoquista.

Basta de juegos.

Comienzo a golpear, me da un gancho en el estómago que me hace jadear, en un segundo la veo sacar una navaja y ataca, siento el filo varias veces cerca de mi cara pero no me toca, hace amago de cortar mis costillas, mi cuerpo que se encuentra en automático trata de evitar el corte y tarde me doy cuenta de que es estrategia porque lo que me corta es el muslo izquierdo.

—No eres inteligente, bombón— la cortada comienza a sangrar al instante, me siento cansado pero no lo demuestro —vamos, sigue golpeando.

Empezamos a dar vueltas en el lugar, la oscuridad no nos deja detallarnos uno al otro.

Me vuelve a dar con la navaja, la agarro y la tiro al suelo lejos de ella dándole un golpe en la nariz.

Ella retrocede  —¡Hijo de puta, me has movido el piercing!—  espeta con rabia.

Hago una mueca de sonrisa que ella no ve.

Vuelve a atacar, esta vez con furia, rapidez y precisión, su puño derecho viaja a mi cara pero la detengo a tiempo lanzándole una patada en el estómago, se dobla y aprovecho para darle otra en las costillas, sus manos retienen mi pie y con el codo me da en la mandíbula, mi cabeza va hacia atrás por el impacto y me da otro en la boca, sangro, intento golpear nuevamente su nariz pero no me deja dándome una serie de golpes en el pecho junto a uno en mi entrepierna que me hace doblarme en el suelo.

Golpe bajo.

—Ah ah, una vez, te lo acepto pero dos no—  recoje el maletín que llevaba y se aleja.

Doy un fuerte golpe en el suelo  —¡Maldita sea!.

Me levanto con dificultad, Nicole se acerca cojeando.

—Se escapó—  deduce y callo  —puta zorra.

Reparo la herida en el muslo.

—¿Dónde está, Francesca?— pregunta.

APOCALIPSIS ✓ [En Edición]Where stories live. Discover now