Epílogo:

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Juntas:

Celin:

Creí que obtendría una vida feliz después de que Melou llegara, pero me equivoqué y lo supe en cuanto vi la dependencia que tenía con Jacob Banner pero no quise creerlo hasta que él mismo me llamó.

Hablé con un amigo de Suárez que es psiquiatra, le dije todas las acciones de Melou y por arriba diagnosticó que podría tener un trauma mental.

Voy en un auto detrás del que va ella, gracias al doctor Asdrúbal es que he podido hacer todo eso ya que no tengo ni este peso para pagarle un hospital a Melou.

Llegamos al hospital y la bajan esposada, el médico ha decidido llevarla con un neurólogo primeramente para luego ver qué hacer.

Me siento en la sala de espera, los nervios me matan, empiezo a comerme las uñas hasta que sale Asdrúbal con otro médico llamándome.

Me levanto y entro a la consulta.

—¿Qué pasa?.

—Melou presenta un trauma cerebral ocasionado por el virus— explica el neurólogo y rompo a llorar —dicho trauma se combinó con sus emociones, la pérdida de un bebé, la muerte de sus amigos, los asesinatos y enfrentamientos que debió haber tenido y el fuerte enamoramiento de el chico que me dijiste, todo eso influyó de una forma u otra provocando una enfermedad mental.

—Enfermedad que se muestra con una exaltación del ánimo, muchos a veces lo confunden con la bipolaridad pero es una disociación de algunas funciones psíquicas que con el pasar del tiempo se desarrolló demasiado pero no tanto como para que no se pueda tratar— alega Asdrúbal —eso le ocasionó inseguridades, miedos, por eso es el apego que tiene hacia Jacob.

—En pocas palabras— suspira el doctor —está loca— ¿loca? —te recomiendo llevarla a tratamiento urgente— opina —yo me voy, aún tengo pacientes que atender— se levanta y sale.

—¿Y ahora qué hago?.

Asdrúbal rebusca entre los papeles que tiene sobre el escritorio.

—Aquí en Estados Unidos por ahora los psiquiátricos al igual que otros centros públicos están ocupados con pacientes con covid por lo que tendrás que viajar a otro país.

—¿Cómo? Si no tengo... no tengo...

—Cálmate y escúchame, en Cuba que es uno de los países que está un poco mejor con la pandemia puedes darle tratamiento— me da la hoja que encontró —específicamente en la capital de La Habana que es donde tengo amigos que te pueden ayudar, ya contacté con ellos y en cuanto aterrices una ambulancia esperará para transportar a Melou hacia el psiquiátrico— explica —y sobre dónde te quedarás mientras tanto, yo tengo una casa allá— me da también unas llaves —esas son las llaves, la dirección y todo lo que puedes necesitar está en ese papel.

Me siento en un limbo que gira y gira y que por ahora no piensa detenerse.

—Gracias, en verdad no sé cómo agradecerte.

—No lo hagas, es uno de los tantos favores que le debía a Suárez, yo soy cubano y cuando llegué acá él me ayudó bastante, eso sí, tendrás que tener paciencia en el proceso de curación, no es tan fácil.

—Lo sé

Sonríe —Te saqué un vuelo especial para mañana a primera hora, Melou está sedada, te da tiempo pasar por tu casa y preparar lo que creas necesario.

Me levanto del asiento secando mis lágrimas —Gracias de nuevo.

—Ya te dije que no es nada, aparte de que quiero ayudar, Suárez las consideraba sus hijas.

APOCALIPSIS ✓ [En Edición]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt