Cap. 03*

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En cubierto:

Jacob:

Me escabullo por las escaleras cojeando, la herida del muslo se ha abierto, al llegar a la entrada no veo mi auto y maldigo.

Saco mi teléfono del bolsillo para rastrearlo pero no funciona.

Mierda.

Le marco a Francesca para que venga por mí sin muchas arandelas, le doy la dirección y no pregunta más.

Minutos después frena frente a mí, me acerco rodeando el auto y me siento en el puesto de acompañante.

—¿Qué ha pasado?.

—Arranca, luego te explico—  sin refutar pone el auto en marcha.

Llegamos a su apartamento y ella sale corriendo a no sé dónde.

Me dejo caer en el sofá, quito la venda del muslo, se han soltado los puntos. Paso la misma venda por la herida del brazo, es un poco profunda, la otra herida, cerca del mismo lugar es solo un rasguño.

Esa mujer siempre se asegura de herirme hasta lo más hondo, pero esta vez no se fue con las manos vacías.

Francesca regresa con un botiquín y suficientes vendas. En silencio me ayuda a detener el sangrado hasta que yo mismo comienzo a coser la herida del brazo.

—¿Me vas a decir que pasó y porqué estabas en el centro de Washington?—  rompe el silencio.

—Fui a buscar a Death— respondo con simpleza sin perder de vista lo que hago.

—¿Estás loco? ¿Cómo se te ocur...?.

—Quise terminar el trabajo— intervengo mientras me vendo el brazo y paso a la cortada del muslo.

—Terminar trabajo y mira como sales, con dos cortadas en el brazo y la herida del muslo abierta.

—Te aseguro que esta vez ella también cogió lo suyo.

—¡No me importa, Jacob!—  se levanta histérica del sofá frente a mí  —hubieses muerto por estar con tus ínfulas de héroe, ¿Qué cojones te pasa?.

Concluyo con los puntos y me vendo también esa herida.

—Pero no pasó nada ¿de acuerdo?—  me levanto también y tiro la venda usada de mala gana  —así que relájate.

Subo a su cuarto y me quito la ropa para darme un baño. Minutos luego siento sus brazos rodeándome desde atrás bajo el agua caliente de la ducha.

—Lo siento ¿sí?—  besa mi espalda  —solo que me preocupo por ti—  continúa acariciando mi torso y poco a poco baja.

—No— retiro sus manos cuando llega a mi pelvis, la encaro  —voy a dormir.

Francesca y yo mantenemos algo así como una relación de sexo casual hace un año, sin escenas de celos, sin prejuicios y sin obligaciones.

Salgo de la ducha y reviso en la cajonera del armario en busca de uno de los tantos bóxers dejados aquí, lo encuentro, me lo pongo y me acuesto con la vista perdida en el techo.

Esa Melou se ha vuelto un dolor en los huevos y tengo que erradicarlo ya.

Voy a acabar con ella.

______________◇◇◇______________

Melou:

—¿Mel? ¿Qué ha pasado?.

Entro a la casa de Celin como Juan por su casa  —Un psicópata ha entrado a mi apartamento mientras dormía—  me siento en el sofá de la inmensa sala —¿tienes algo para curar esto?— señalo la herida de bala en la pierna  —duele demasiado.

APOCALIPSIS ✓ [En Edición]Where stories live. Discover now