My Little Girl |6| E.C

Capítulo 6: Pijamada de niñas.

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Sasha caminaba junto a su hermano entre risas. Hablaban de sus recuerdos de niños, de cómo Ramona y Sashita le habían roto la nariz a Josh Gorman por haber hablado mal de Sam cuando este había tropezado en un pasillo del instituto.

—Estuvo tres días para que se le mejorara un poco la hinchazón de la nariz.—Recordó Sam, negando con la cabeza y sonriendo divertido.

—¿Qué puedo decir?. Ramona y Sashita son unas verdaderas campeonas.—Alardeó la joven con una sonrisa orgullosa.

—Lo sé. —Acordó Sam.

En cuanto entraron a la casa, vieron a las Improntas hablando. Madison estaba con Kim y Marlene tomando un café mientras Ariadna y Marine reían a carcajada en el sofá. Sam caminó hacia su prometida y plantó un pequeño beso en su mejilla, para luego saludar a las demás chicas. Sasha quedó parada en el umbral de la puerta, no había tenido más contacto con alguna de ellas desde la fogata. Ariadna se percató de la chica y sonrió ampliamente.

—¡Sasha, tú también vendrás!.—Sentenció la de cabello azul, sobresaltando a la de rizos.

—¿A dónde?.—Preguntó desorientada.

—Lo que quiso decir Arid, es que, mañana es mi cumpleaños y como tú eres una chica de nuestra edad, quería hacer una fiesta de pijamas hoy en la noche, en mi casa.—Explicó Marine, con su voz tan suave y su tono tan cordial.—Y estás invitada.

Aquella invitación tomó por sorpresa a Sasha. Ella jamás había tenido amigas, mucho menos una fiesta de pijamas, a no ser que aquella noche donde ella y Seth habían dormido en una casa para perro años atrás contará como una pijamada, aunque era algo irónico ahora con esta situación.

—Si Sam lo permite.—Murmuró Sasha.—Ya saben, por esto de ser una bola de pelos recientemente.

—No eres como los chicos, Sasha.—Recordó Marlene.—Leah y tú son diferentes en el buen sentido.

—Son las que más control tienen.—Agregó Sam.—Extrañamente, no se transforman con un enojo, además, Leah y Madison estarán allí para cuidarlas. Puedes ir si se te apetece.

Sasha frunció los labios. La invitación era tentadora, pero le ponía nerviosa estar con más personas que su madre.

—¡Por favor, ven!.—Pidió Ariadna, haciendo un puchero. Marine miró a su mejor amiga y luego miró a la loba joven, imitando el puchero de la primera.—Será divertido, lo prometo.