Capítulo 14: 1 mes

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Un mes. Ese era el tiempo que había pasado desde aquel incidente que casi, por poco, termina con la vida de la joven Sasha Uley. Aquel que trajo tristezas, enojos y desesperación absoluta.

La joven de 17 años estaba inconsciente desde entonces. Su cuerpo estaba curandose muy lentamente, haciendo que Embry Call, el joven lobo, estuviera nervioso todo el tiempo. No salía de la habitación a no ser para bañarse o cuando era obligado por la madre lobuna. Marlene era la única persona que era capaz de despegar por unas horas al lobo de la chica, aunque muchas veces casi no pudo.

Este día no fue la excepción.

Marlene entró a la habitación con una taza de café caliente y una sonrisa pequeña. Había estado sin dormir por 23 horas al cuidar de Sam, ya que este estaba tan alterado con el tema de su hermana, que no le quedaba otra que acompañarlo en sus momentos de tristeza.

—Embry.—Llamó Marlene, mirando al lobo que jugaba con la pequeña pulsera de tela que Sasha llevaba en su muñeca.—Debes ir a casa, en unas horas Billy y Sue vendrán a verla. Hoy quizás despierte.

—Eso dices todos los días.—Murmuró Embry, cabizbajo.

La madre lobuna suspiró y dejó su taza de café en un mueble, para acercarse a su cachorro y darle un pequeño abrazo. Ella había estado tan angustiada como él, pero no había demostrado su angustia y cuidaba de la manada que estaba de ánimos bajos.

—Yo sé que hoy lo hará.—Aseguró la mujer.—Por mientras, ve a casa, date un baño y come algo, estás delgado.—Regañó.—Tu madre me ha llamado porque ayer no fuiste cuando te dije.

—Lo siento.—Murmuró Embry, separándose de la azabache.—Es que, creí, quise creer que ayer iba a despertar.—Confesó, girando su cabeza a un lado.

—Lo sé. —Dijo Marlene.—Ahora, ve a casa. Si algo pasa, te llamaré, pero ve a casa, Embry.

Al lobo no le quedó otra que asentir y levantarse de forma lenta de la incómoda silla donde había dormido durante ese mes en la espera del despertar de la chica.

Para todos fue difícil esa situación. Los ánimos de todos estaban por los suelos. "El dolor de un lobo es compartido por su manada. Su dolor es el de todos". Había dicho Billy Black cuando habló con las Improntas por el repentino cambio de emociones de sus lobos. Las chicas habían estado al pendiente de los muchachos y de Leah, quien por su angustia, se había internado en el bosque toda una noche. La loba había estado tan triste por su amiga que no podía dejar de pensar que podía perderla, y con esos pensamientos, se culpaba a ella misma por haberla dejado sola y no haberla cuidado.

Embry dejó un beso en la frente de Sasha y se despidió de Marlene con un abrazo, para luego salir del cuarto con la cabeza baja y sus manos apretando el collar que le pertenecía a Sasha y aún no se lo había entregado. Caminó lentamente por las calles de la reserva, con su mente hecha un lío y su corazón hecho un nudo, iba rumbo a su casa. Él no pensaba, ni imaginaba, lo que pasaría al llegar.

My Little Girl |6| E.CWhere stories live. Discover now