Capítulo 04

145 25 0
                                    

Fenrir

—Están acabando a la manada —puntualizó—. ¿Alfa?

Suspiré.

—Señor.

El llamado se percibió necesario debido a ese tono alarmante que lo acompañó, el cual llegó a romper el silencio que danzada por el inmenso salón. Inhale con desagrado. No encontrando la necesidad de abrir los ojos, ya que me percaté rápidamente de que se está tratando de un simple licántropo conmocionado por la situación. No me sorprende. Relamí mis labios, haciendo un ademán para que prosiga con las quejas que a día de hoy son cada vez más irrespetuosas debido a la guerra.

"Innecesario."

Pensé.

—Le brindamos nuestro más sincero pésame por los caídos, pero ese ha dejado de ser nuestro problema —musitó mi subordinado—. La razón de haber asignado a Betas de diferentes manadas fue para la organización de un nuevo sistema, el cual no presentó quejas —recordó con gentileza, por lo que sonreí gracias a su minucioso tacto para tratar con mis cachorros.

Debo suponer que ese sentimiento, llamado simpatía, es de vital importancia para tener el privilegio de tratar con los licántropos nacidos en esta era. Aun así, sigo sin comprender porque mantienen presente la presencia de un Alfa, lo cual no deja de ser una molestia porque mis subordinados han sido claros cuando crearon ese sistema que, honestamente, no recuerdo su nombre.

"Ya hace mucho tiempo la manada ha dejado de ser mi problema."

Concluí.

—¡Los Betas han caído!

Los gritos me obligaron a levantar la cabeza cuando se sembró una sensación agobiante en mi salón, lo cual no fue agradable. Mis ojos se abrieron impactando en aquel que aúlla desesperadamente ayuda. Que situación más irritante. Éste se puso de rodillas, ni siquiera fue necesario esparcir mis feromonas porque con solo una mirada lo obligue a guardar silencio.

—Alfa —musitó desesperado mi subordinado al percatarse de la atención que he prestado, quien calló al contemplar el ademán que hice.

—Habla —ordene con potencia, observando el cuerpo tembloroso que está tendido enfrente de mí.

—L-La sucesión se ha precipitado —titubeó—. No deberían estar al mando jóvenes cachorros que carecen de experiencia en el campo de batalla —insistió, en un hilo de voz, levantando la cabeza del suelo para verme a los ojos.

"Impertinente."

—El Concejo ruega por su presencia, Alfa. Es lo único que tenemos —rogó con lágrimas en los ojos.

Oprimí los labios, quizás, incómodo por la molesta situación que se ha generado. Me removí inquieto en el asiento, sentándome apropiadamente, llamando la atención de Fornax, quien se encuentra a mi lado.

"No tengo intenciones de ir hacia allí."

—Las puertas han sido derribadas, Alfa.

Sin embargo, Luna tiene otros planes para mí, la insistencia de mis cachorros me obligó a ponerme de pie.

"Acabemos con esto."

Alfa & Beta: pasión desbordada © BORRADORWhere stories live. Discover now