La Llegada De los Demonios

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Al día siguiente había amanecido oscuro, mientras una torrencial lluvia caía y los rayos y centellas iluminaban la oscuridad del cielo. Subí a mi auto y conduje hasta el hospital. Cuando llegué al hospital se acercó desesperadamente a mi Ana con rostro realmente afligido y respiración agitada

  - Ana ¿Qué sucede, estás bien?

  - No, han llegado al hospital un equipo de médicos con nuevas vanguardias en medicina mental y van a  experimentar con algunos pacientes

  - ¿Pero eso es algo bueno no?

  - ¡Claro que no!, esos experimentos siempre le cuestan la vida a los pacientes

Automáticamente se borró cualquier expresión de felicidad de mi rostro.

  - Voy a hablar con la Dra.Carmen

Salí caminando rápido hacia la oficina de la doctora mientras Ana trataba de detenerme agarándome por mi antebrazo y diciéndome

  - Isabel detente, para. Sabes que ella no te hará ningún caso.

Llegamos a su oficina y estaba realmente molesta, ni siquiera toqué la puerta, solo la abrí.

  - Doctora necesito hablar con usted

  - ¿No sabes tocar, que quieres?

  - Doctora no puedo permitir que se le hagan ninguna clase de técnica de vanguardia a los pacientes, eso siempre les cuesta la vida o simplemente los deja peor, esos médicos son asesinos.

Ella se levantó de su silla, se quitó sus espejuelos y me dijo completamente molesta

  - escuche bien lo que le voy a decir, eso médicos son héroes, están limpiando el mundo de estos asquerosos seres poseidos por demonios, la directora aquí soy yo, así que por tanto yo soy quien decido algo no usted, y salga inmediatamente de aquí si no quiere que la despida, incompetente

Su rostro estaba rojo y en medio de su frente una vena  hacía notar en su gran enojo conmigo. Ella se sentó y justo cuando estaba abriendo la puerta para salir de su oficina me dijo

  - Y por cierto, Estela fue elegida para el ensayo clínico de hoy a las cuatro de la tarde y Edward en el de mañana a las once. Ellos son algunos de los que yo personalmente escogí.

Cerré la puerta mientras mis lágrimas caían, porque sabía que esos experimentos le costarían la vida a algún paciente, Ana me estaba esperando fuera, me abrazó y me dijo:

  - Tranquila, respira ¿Qué te ha dicho?

  - Edward y Estela están dentro de los seleccionados para los experimentos

Ana tapó su boca con su mano acompañado de un gran gesto de asombro

  - Lo siento mucho

  - Y donde lo harán

  - En el Gran Salón, es una salón que hay en donde todos pueden ver como se realizan las operaciones y técnicas de vanguardias con los pacientes.

Me sentía impotente, tenía el presentimiento de que esos tratamientos no saldrán bien.

Tres y treinta de la tarde faltaban solo treinta minutos para que empezarán los ensayos en el Gran Salón con los pacientes. Fui a ver a Edward, me paré frente a la puerta sin abrirla, solo abrí la rendija de dejar la comida y me senté en el suelo recostada de la puerta, pude sentir como Edward se acercaba a la puerta y ya no sentía miedo de él, sinó lástima por lo que le esperaba al día siguiente.

  - Volviste,

  - Sí

  - ¿Qué te sucede?, las voces me dicen que hay algo raro en ti — me decía sacando su mano por la rendija

Tomé su mano con la mía y cuando sentí el tacto de su mano, no soporté y un desgarrador llanto quebró mi voz, el empezó a frotar su dedo gordo en la parte superior de mi mano —¿Qué sucede?

Yo no tenía la fuerza suficiente para decirle y me quedé cayada. El empezó a gritar muy fuerte y a golpear la puerta.

  - Edward, Edward tranquilo, tranquilo —le dije tratando de calmarlo

  - Y entonces que te sucede

  - A ver no se como decirte esto, mañana experimentarán nuevas técnicas médicas contigo y otros pacientes.

  - ¿Pero eso es algo bueno verdad?, por fin me cursarán — me decía con voz de entusiasmo

  Mordí mi labio inferior y recosté mi cabeza hacia atrás, el llanto volvió a tomar el control de mi voz — No, ojalá y fuera así, pero la mayoría de los pacientes mueren en estas torturas que es lo que realmente son, o quedan con secuelas para siempre.

  - Mañana es mi cumpleaños

Cuando escuché que el dijo eso me partió el corazón

  - Lo siento, lo siento mucho de verdad — continuó llorando

Pasan alrededor de veinte minutos acompañados de un gran silencio y mi mano sigue sostenido la de él.

  - Tengo que irme debo llevar a Estela a el Gran Salón — Suelto mi mano de la suya y me levanto

Demonios MentalesWhere stories live. Discover now