El Ángel De La Muerte

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Camino hacia la salida mientras limpio mis lágrimas, volteo la mirada hacia la celda y sigue la mano de Edward estirada hacia fuera a través de la rejilla de la puerta de hierro. Salgo y cierro la puerta, camino a través del pasillo hasta la habitación de Estela, abro la puerta y una vez más veo a aquella mujer acariciando el pelo de su  muñeca de trapo.

  - Hola, Estela debo llevarte a...
  —Ni siquiera puedo decirle a donde la estaba llevando, porque realmente la llevaba a su muerte

Tomé una silla de ruedas que había en mi derecha, me acerqué a Estela tomándola por su brazo izquierdo y la senté suavemente en la silla, ella no hablaba nada, solo lo murmuraba en un tono de voz demasiado bajo, el cual ni yo podía escuchar ni entendía lo que decía. Salíamos de su habitación y la llevé hasta el Gran Salón, cuando entramos estaban todos sentados en las graderías, y en el centro como si fuera un hoyo estaba el Dr.Angel, que más que un ángel cristiano parecía el ángel de la muerte, junto a él dos de sus ayudantes — vestían unos trajes verdes que cubrían todo su cuerpo, un gorro del mismo color, unos lentes de plástico transparente sobre sus ojos y una mascarilla para su boca —frente a ellos una mesa de hierro con unos cinturones de fuerza, una lámpara en la parte superior trasera y una mesa de hojalata en el lado derecho.

El Dr.Angel se acercó a mi y a Estela con agradable voz y a la vez aterrorizante, tomó la mano izquierda de Estela con la que sostenía su muñeca — Hola Estela, es todo un placer conocerte, me han hablado mucho sobre ti.

Estela tenía pánico en su mirada, al parecer sus sentidos le alertaban de que la persona que tenía al frente era un mounstro, sus ojos se movían hacia ambos lados de su cara, parpadeaban aceleradamente mientras sus manos temblaban. El pasó su mano por la cabeza de Estela acariciando su cabello detrás de la oreja — tranquila, tranquila todo va a estar bien.

Sentí un golpe de agua en el piso, miré debajo de la silla y Estela se había orinando, él miró también al suelo y levantó su mirada de odio hacia Estela y me dijo:

  - Ponla sobre la mesa

Mis manos temblaban y sudaban, tomé a Estela y la levanté de la silla de ruedas y la ayudé a acostarse sobre la mesa de operaciones. El Dr.Angel me miró –Ya puedes sentarte.

Mientras caminaba hacia las graderías vi justo en la primera fila a la Dr.Carmen sentada al lado de otros miembros de la comisión médica. Me senté en la segunda fila a unos pocos metros de la doctora lo único que nos separaba eran las escaleras de la gradas.

Dr.Angel

  - Muy bien vamos a comenzar, le voy a pedir que mientras estemos trabajando no se hable. Este procedimiento se llama Lobotomía,fué creado hace un par años atrás en 1935 por el neurólogo Egas Moniz y el cirujano Almedias Lima, para ello voy a utilizar éste picahielo de metal y lo vamos a poner justo aquí, en la cuenta del  ojo izquierdo para extraer la corteza profrontal del cerebro que es donde está la parte contaminada por los demonios y las bacterias que provocan la locura en el paciente — Sonido del martillo de caucho golpeando el picahielo y el picahielo partiendo el cráneo — Ahora enfermera por favor limpie la sangre de la cara del paciente, muy bien, una vez que ya tengamos este agujero en la cuenta del ojo, vamos a empezar a remover hasta cortar las conexiones entre el lóbulo frontal y el resto del cerebro. Un asqueroso sonido de vómito llama mi atención en las gradas,
giro hacia ella y veo a la enfermera Isabel vomitando, mi rostro se llena de asco hacia esta enfermera, bajo mi mascarilla — Enfermera Isabel usted debería saber que los enfermeros y los médicos no deben tener escrúpulos y mucho menos darle asco un procedimiento quirúrgico tan fino como este, así que por favor no sea ignorante – ella limpió su boca mientras levantaba su mirada. Me volví a girar y subí mi mascarilla

  - Después de éste desagradable incidente ya podemos continuar, ahora estas pinzas las vamos a introducir a través del agujero que hemos echo hasta llegar al cerebro — empujo las pinzas hasta que lleguen al cerebro, extraigo la corteza profrontal — muy bien, aquí está, perfecto

La echo en un recipiente de metal que sostiene una de mis ayudantes enfermeras

  - Ahora vamos a extirpar algunas fibras nerviosa de esta parte del cerebro para acabar con el trastorno completamente. Una vez ya acabados cubriremos la herida con vendaje para que no se infecte. Y de esta manera está acabada con éxito la cirugía.

Estoy de frente a las gradas y casi todos están de pie aplaudiendo, menos la irritante enfermera Isabel. La Dra.Carmen se acerca a mí y me estrecha su mano con la mía — felicidades, has sido todo un éxito, me dijo con una gran sonrisa, yo también sonrío

Siento que la mesa de operaciones está recibiendo violentos golpes, me giro

Demonios MentalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora