CAPITULO 6

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AMELIE

Al finalizar la llamada con mi psicóloga comencé a llorar, me deje caer sobre mi escritorio y llore. Lo que comenzó como un sollozo terminó siendo un llanto desgarrador con gritos, comencé a tener espasmos ya que no me entraba aire en los pulmones. Lleve una mano a mi pecho ya que comenzaba a hiperventilarme, necesitaba calmarme. Me dolía a cabeza, los pulmones y no podía pensar con claridad, imágenes sobre lo sucedió comenzaron a reproducirse sin cesar en mi cabeza; Mi llanto no disminuía, al contrario. Caí de la silla de mi escritorio y comencé a arrastrarme hacia la salida. La puerta de mi despacho estaba en la sala de estar, un concepto abierto podría ayudarme a calmar mi llanto. Una vez que llegué al marco de mi puerta, no pude seguir mi camino, estaba muy cansada, mi cuerpo no podía soportar mas el arrastre, mi cabeza estaba a punto de explotar, mi llanto y mis gritos me desgarraban desde adentro, mi garganta ya estaba muy rasposa, y mis pulmones sin oxigeno. Cuando pensé que no podría controlarme, cuando no podría batallar mas note como las puertas del elevador se abrían. Una gran mancha que no podía distinguir salió del elevador corriendo hacia mi. No podía ver nada, no sabia quien era. Podía sentir movimiento a mi alrededor, pero mis gritos no cesaban, estaba teniendo otro episodio.

Sentí un pinchazo en mi brazo y comencé a perder fuerza muscular, estaba en el piso por lo que la caída no seria dolorosa. Cuando iba a caer unos brazos me sujetaron, me pegó a su cuerpo y comenzó a mecerme; Fue ahí cuando pude sentir el aroma de mi padre, el aroma que toda mi niñez me transmitía paz y seguridad, era como estar en casa. Mis ojos comenzaron a pesar, mis gritos fueron menos agudos y las imágenes en mi cabeza volvieron a surgir. Solo pude escuchar los susurros de mi padre durante unos cortos segundos.

-Ya Princesa, ya...-susurraba mientras me mecía y me acariciaba el pelo-todo va a estar bien, confía en mi. Todo va a estar bi...

Me desvanecí, perdí todos mis sentidos. No estaba asustada, estaba en los brazos de mi padre, estaba en casa.

Mis ojos comenzaron a abrirse, parpadee repetidas veces ya que no sabia donde me encontraba. Giré mi cabeza rápidamente enviando una punzada a mi frente en el proceso, noté la pared de mi cuarto y volví a relajarme. No sabia como había llegado aquí o como tenia mi pijama puesto. En el ventanal se podía observar los restos del atardecer, aunque las cortinas estén cerradas. Hace mucho tiempo no dormía de una manera tan profunda, la ultima vez fue cuando.... Me levanté de mi cama y salí disparada hacia las salas comunes. Al pisar la sala de estar pude ver a mi padre con la vista fija sobre la mesa ratona, parecía exhausto y sumido en sus pensamientos, ni siquiera me notó. Continúe hacia la cocina y pude ver a mi madre horneado muffins, eso no era buena señal, siempre que estaba de los nervios cocinaba un banquete que terminaba con muffins. Cuando iba a hablar para que noten mi presencia el elevador pitó anunciando la llegada de alguien. Los tres dirigimos la mirada hacia este y cuando las puertas se abrieron, Melany apareció. Llevaba su overol de pediatra por lo que deduzco que acababa de finalizar su turno y su rostro estaba cansado, pero sobre todo asustado; se percató de mi presencia y abrió sus ojos como un pez.

-¡Que haces aquí parada deberías estar en tu cama!-me dijo eufóricamente mientras me señalaba con el dedo índice.

-Shhhh, puedes callarte. Me explota la cabeza-comencé mientras me sobaba la cien-Me acabo de levantar. Quiero una aspirina.

Comencé a caminar hacia el baño de invitados donde estaba mi caja de medicinas, con mi hermana pisándome los talones.

-¿Cómo estas? ¿te sientes bien? ¿Por qué no te recuestas? -tomo aire y siguió- Debes permanecer recostada, la inyección tarda en irse, y los efectos secundarios no los digieres bien.

SERENDIPIA [completa]Where stories live. Discover now