CAPITULO 46

2.2K 129 7
                                    

AMELIE

Oficialmente podía decir que llevaba de novia dos años con el mismísimo Nicholas Anderson. Fueron dos años muy intensos y divertidos, pero eso no importaba ahora, lo que importaba era que nos estábamos preparando para la graduación de Anastasia.

-¡Ana vamos!-grito Nicholas desde la sala de estar

-¡Ya voy, estoy terminando!-grito Ana desde su cuarto.

Esta tarde teníamos su entrega de diplomas, iríamos a su preparatoria y disfrutaríamos de ver el enorme esfuerzo que Anastasia hizo. Fue un año bastante caótico en cuanto a ella, se revelo bastante y creció de una manera que nadie esperaba; pero yo estaba feliz, se iba a Berkeley hecha y derecha.

Finalmente había conseguido entrar a Berkeley, Harvard, Yale y a la UCLA en Los Angeles, pero quiso cumplir su sueño de ir a Berkeley, y tenia el plus de que Max Whitmore también había conseguido la beca de baloncesto. Nick estaba melancólico por su hermana y de lo mas sobreprotector, con el desarrollo de su hermana todos pudimos notar la belleza que emanaba de sus poros y cómo los chicos comenzaban a acercarse a ella, ya nadie la veía como la cria que cursaba con ellos.

Recuerdo cuando nos sentó a ambos en la barra de la cocina para poder leer su ensayo, había sido de lo mas emocionante y tierno del mundo, Nicholas estaba muy orgulloso

-Siéntense, siéntense-nos dijo cuándo llegamos a la cocina. Con Nick nos sentamos en las butacas desconfiados, últimamente si Ana no estaba encerrada estudiando, nos pedía un coche y se iba a rondar por San Francisco

-No volverás a ir a una fiesta-dijo serio Nicholas. Hacia unos días habíamos dejado ir a Ana a una fiesta, prometio que todo iría bien y terminaron llamándonos sus amigas por qué se había excedido de copas y no podía manejar.

-No es eso-aseguro-Quiero leerles una parte de mi ensayo, estoy feliz con el resultado

Ambos nos relajamos y nos acomodamos para poder escuchar con atención

"Las gotas, si las gotas. Las gotas que caen sobre nuestras ventanas, sobre las flores y sobre nuestras mejillas. Una gota puede tener muchas connotaciones, pueden ser felices por que te enteraste de algo, tristes por que sufriste un acto que te marco o pueden llevarte a pensar sobre la vida.

Un día me senté en mi escritorio para poder escribir el ensayo que definiría mi entrada a la universidad, buscaba que fuese perfecto, y como la perfección no existe, me disperse viendo las gotas de lluvia cayendo por mi ventana. Verlas me hizo imaginarme que jugaban una carrera para ver quién llegaba antes a el marco, siempre que las observas las imaginas, y con eso imaginas la vida. La vida es una carrera donde puedes ser la gota mas rápida, la gota mas lenta o la gota que colisiona con otra y se unen para continuar su camino.

Siempre pensé que era una gota solitaria, la lagrima que caía por el ojo derecho y mi hermano la que caía por el ojo izquierdo. Solo éramos eso, dos lagrimas cayendo por las mejillas; siempre fuimos solo nosotros, nuestros padres nos abandonaron quedándose en las pestañas de la cara. Hace dos años pude cambiar mi perspectiva de una gota solitaria cayendo por una mejilla triste a ser una lagrima de felicidad, las mejillas se mojaron mas pero debido a mas gotas de felicidad; mi nueva familia.

Ver las gotas caer en la ventana o verlas sobre mis mejillas cuando lloras frente a un espejo me hizo darme cuenta que la vida es muy triste para solo pensar en las gotas, nosotros elegimos la velocidad con la que caemos, la connotación que le ponemos y con quienes colisionamos; por eso, yo elijo ser una lagrima de felicidad que disfruta la caída mientras observa las otras lagrimas caer. Ver la lagrima de mi hermano ser feliz junto a su novia, ver la lagrima de mis amigos disfrutando de la vida, ver la lagrima de mis tíos y verlos reír.

SERENDIPIA [completa]Where stories live. Discover now