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Todos mantenían sus labios sellados, de sus bocas no salía ni un sólo ruido. El sonido de los cubiertos chocando entre sí era lo único que se oía en el comedor. El tenedor incrustándose en la carne, para que luego esta fuera cortada en un trozo por el cuchillo e ir directo a sus bocas.

El pelinegro que estaba a un lado de su novia, HeeYeon. Sólo se mantenía jugueteando con el alimento que yacía en el plato, moviéndolo de un lado a otro y observándolo como si se tratara de lo más interesante. Y es que definitivamente podría ser lo más interesante que había en esa silenciosa, aburrida e incómoda cena que propusieron sus padres.

Y es que, sus padres notaron que él no mostraba ni el más mínimo interés por la chica. Cuando se la presentaron, creyeron que todos sus "problemas" se solucionarían, pero claramente no fue así.

Desde que HeeSeung era pequeño, su interés siempre fue dirigido hacia los niños y no a las niñas, como supuestamente era correcto. La pareja lo notó, y obviamente tomaron cartas en el asunto. Su padre le hacía observar revistas en las que las mujeres salían en traje de baño, su madre siempre le señalaba una chica bonita en la calle y le interrogaba si le gustaba una.

Cuando ya fue mayor y aún no miraba a las chicas del modo en el que debería, le presentaron a HeeYeon, la hija de uno de sus amigos y una de sus últimas salvaciones para que HeeSeung dejara esa absurda y errada idea de que era gay.

Nada, absolutamente nada ocurrió. Sólo la saludó y le estrechó la mano. Sus padres no lo entendían, la castaña era hermosa, y según los progenitores de esta tenía lo necesario para ser una buena novia y esposa. ¿Por qué no se fijó en ella?

Luego de aquello y como última opción, lo obligaron a la fuerza a ser novio de Ahn. Lo amenazaron con distintas cosas pero al final él accedió, accedió aún sabiendo que eso significaba ser infeliz al lado de alguien que no amaba y que debería ocultar quien de verdad era sólo por contentar a sus padres.

Después de todo aquello había un pasado un lento y largo año, él seguía sin darle siquiera un sólo beso, la trataba como si sólo fuera una amiga. Los Lee ya ni siquiera sabían qué hacer para que su primogénito se fijara en HeeYeon, por lo cual en esa noche invitaron a Ahn a cenar e idearon un plan bastante inusual.

Según ellos, si su hijo se acostaba con una mujer, finalmente dejaría esa fase que raramente duró más de lo supuestamente debido. Colocarle una droga especial para ello les sonó la mejor idea para que el pelinegro fuera heterosexual como se debía.

De pronto, el pelinegro sintió una vibración proveniente del bolsillo de su pantalón. Despegó su atención del plato de comida para dársela a su móvil. Lo encendió y en la pantalla de bloqueo pudo ver un mensaje de SungHoon.

Su tan querido SungHoon.

Una bella sonrisa se hizo ver en su rostro y sin pensar dos veces desbloqueó su móvil para ir al chat y responderle.

"Hola, cariño. Lamento molestarte, pero...¿hoy vendrás?"

Oh, Dios. No le había mencionado nada sobre la cena que tendría con sus padres y HeeYeon. No quería decepcionarlo, él lo estaba esperando y sabiendo cómo era, era capaz de esperarlo toda la noche.

"Bebé, yo lo siento, pero esta noche no podré ir para verte. Será mejor que no me esperes hoy, lo lamento"

"Está bien, no tengo problema con eso. Sé que tienes cosas más importantes de las cuales ocuparte"

Los labios de HeeSeung se curvearon hacia abajo, dándole un aspecto triste y dolido. Esa fue una indirecta bastante directa que Lee definitivamente pudo entender, y la cual le dolió, porque ciertamente SungHoon era el plato de segunda mesa.

Su corazón se hacía añicos, porque sabía que su lindo novio sufría al igual que él. Estár ocultándolo le dolía, quería presumirlo al mundo, quería gritar que eran novios, pero no podía, temía, temía de que les hicieran daño sólo por ser del mismo sexo.

También le quemaba por dentro que fuera el segundo, aunque no más que a SungHoon. Varias le había reclamado, "¿por qué no le terminas?" "¿no se supone que sólo me amas a mí?" "¿acaso sólo soy un juego para ti?", esas palabras salir de la boca del castaño le estrujaba el corazón, no quería que creyera aquello, él lo amaba y mucho, pero eran sus padres quienes lo presionaban y tenía miedo de que estos ya no lo quisieran por ser gay.

ㅡLee HeeSeung, ¿qué te he dicho que utilizar el móvil en la mesa? ㅡle regañó su madre algo enojada.

ㅡ¿No crees que estoy un poco grande para que me regañes y más aún, frente a mi pareja?, me haces parecer un niño, mamá.

ㅡYa tienes veintidós años, perfectamente podrías irte de esta casa si no te gustan mis reglas.

El chico bufó molesto y se levantó bruscamente de su asiento. Sin más abandonó el comedor, dejando atrás a sus padres y a HeeYeon.

Una vez cruzó la puerta de su cuarto, la cerró de un portazo. Se tiró a su cama bruscamente boca arriba, mirando el techo mientras fruncía el ceño. Deseaba tanto irse de su hogar, pero aún no tenía un trabajo ni terminaba su carrera. Aunque quisiera no podría irse.

Unos minutos más tarde, oyó la puerta siendo abierta, una cabellera castaña se había asomado.

ㅡ¿Estás bien, Seungie? ㅡpreguntó con dulzura HeeYeonㅡ ¿Puedo pasar? por favor.

El menor giró su rostro para examinarla un poco y luego asentir en respuesta. Ahn caminó tímidamente hacia su novio y se sentó a su lado.

ㅡ¿Estás molesto, no es así? ㅡpreguntó aún sabiendo que la respuesta era mucho más que obvia. El chico murmuró un "sí" acompañado de un asentimientoㅡ. No lo estés, Seungie. Estoy aquí para ti.

Si supiera que al único que quisiera que estuviera ahí para él era a SungHoon. No es que le cayera mal HeeYeon, al contrario, era muy dulce y atenta con él, era la novia perfecta que cualquiera quisiera tener, hasta a él si no fuera porque le gustaba el pene.

ㅡ¿Qué podría hacer para qué dejes estár así?

ㅡHeeYeon, es una tontería, déjalo así, se me pa... ㅡlos finos labios de la castaña posandose rápidamente sobre los suyos lo interrumpieron. Su labios se movían delicadamente en un tierno beso el cual no fue correspondido. Los ojos de Lee se agrandaron en señal se sorpresa, fue un acto inesperado.

El pelinegro empujó suavemente a su mayor para alejarse, generando un chasquido en cuanto los labios se separaron. Cubrió sus labios con su mano mientras que HeeYeon lo miraba decepcionada, de nuevo la había rechazado.

ㅡSeungie, ¿por qué me alejas cada que intento besarte? ㅡpreguntó mientras su rostro se tornaba triste.

ㅡ¿Podrías irte, HeeYeon? te lo pido, por favor ㅡpidió lo más amable que pudo, la mayor se marchó del oscuro cuarto sin decir una sola palabra más.

HeeSeung se echó sobre su almohada y, sobre la suave tela, desechó todas las lágrimas hasta que sus ojos quedaran secos de tanto llorar. Luego de unas horas finalmente cayó profundamente dormido.


(...)

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