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Jungkook se encontraba trabajando en la gran bodega donde se encargaban de contar el dinero, organizar y distribuir los paquetes de mercancía

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Jungkook se encontraba trabajando en la gran bodega donde se encargaban de contar el dinero, organizar y distribuir los paquetes de mercancía.

Veía desde el segundo piso, recargado levemente en el barandal a todos sus trabajadores haciendo lo suyo.

En la esquina de la gran bodega había un pequeño bar con todo tipo de bebidas y sustancias para que sus trabajadores pudieran tomar si se sentían agotados, por todo el lugar había mujeres semidesnudas tanto hombres desimesnudos, brindadoles masajes a los trabajadores o motivandolos con pequeñas caricias subidas de tono.

Cuatro largas mesas llenas de hombres se encargaban de organizar la mercancía, checando que este en buen estado para comenzar a distribuirla, mientras al otro lado, otras cuatro mesas yacían llenas de fajos de billetes mientras hombres expertos contaban las ganancias, muchos dólares estaban regados por todo el lugar, haciendo que una satisfacción recorriera todo su cuerpo, haciendolo sentir orgulloso.

Entro a su oficina ubicada en el segundo piso de la bodega, yéndose a sentar en la silla tras su escritorio, el cual tenía un mapa encima, ya que anteriormente Jungkook se encontraba tratando de buscar nuevas rutas para transportar su mercancía.

—Por debajo del agua...no parece tan mala idea —susurró, comenzando a trazar en el mapa las ideas de ruta que tenía para transportar las sustancias en un submarino.

Su celular de trabajo comenzó a sonar, haciéndolo bufar molestamente. Lo tomó y contesto, su ceño fruncido al haber sido interrumpido.

—He dicho claramente que no me llamen en horas de trabajo —dijo con un tono de voz brusco.

—S-señor, lo siento...pero es que el joven Tae-Taehyung —él pelinegro al oír el nombre de su amado inmediatamente se puso de pie, su ceño frunciendose aún más al escuchar la voz preocupada de la señora Yang.

—¿Qué sucede con mi esposo? —preguntó molesto de tan solo imaginar que alguien había lastimado a su pequeño. Casi podría jurar que la señora Yang estaba temblando.

—Él...él se sintió mal señor. Ha estado vomitando demasiado, ya le prepare varios platillos sanos con verduras para que le caiga bien a su estómago, pero cada cosa que come la vomita. Hace un rato estuvo apunto de caer por que se mareo y perdio el equilibrio... yo ya no sé que hacer, él esta llorando pidiendo por usted. —contestó la mayor con cierto temor, temiendo por su vida al pensar que Jeon se molestaría por no haber cuidado bien de su pareja.

—Trate de calmarlo, llego ahí en 5 minutos. —dijo firme, colgando la llamada y tomando su arma, colocandola entre sus pantalones para luego acomodarse bien su saco.

Salió de su oficina, queriendo llegar ya con su pequeño pero deteniéndose al ver a todos trabajar.

—¡Escuchenme bien! —gritó, el lugar de inmediato quedo en absoluto silencio y todos le dieron su atención —. No podré estar para todo el conteo, dejaré a mi segunda mano a cargo de eso —todos en el lugar miraron al contador Jung Hoseok quien se encontraba en el área del dinero, este jadeo sorprendido al escucharlo—. Hagan su trabajo bien y tendrán su merecida recompensa, de lo contrario si hacen algo mal les volare la cabeza —dijo, y sin más bajo por las escaleras, yendo hacia el área de dinero y tomando un maletín lleno de este.

love decisión ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora