Cap:26

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Estaba cansado y acalorado.

Había sido una noche muy difícil y sobre todo muy larga.

Recapitulando seis o siete horas atrás, él y keigo acababan de ir a buscar la cena. Habían encargado dos cajas de fideos y unas gyozas para compartir. El rubio llamó por teléfono mientras caminaban, así que solo hizo falta ir a buscarlo.

Era un local desde el que se oía música cuadras atrás, la entrada era llamativa, con carteles coloridos y luces neón que te invitaban a pasar.

Takami entraba por la puerta como si fuese su propia casa. Enseguida el volumen subió exageradamente, con canciones Pop pegadizas. Tenía pinta de bar de noche, lleno de leds que parpadeaban al compás de la melodía. Justo pegado a la entrada había una larga barra de mármol negro encarado a un armario infinito de bebidas alcohólicas de todos los colores y sabores.

Les llamó la atención al instante una voz estridente, era una mujer que llamaba al mayor.

Se trataba de una chica bajita, de piel morena y larga cabellera platina. Sus ojos iban maquillados, con pestañas postizas y excesivo rubor en las mejillas. Aunque desprendía una aura extrovertida y una gran sonrisa decoraba su rostro, era imposible no fijarse en el extraño uniforme de conejo que vestía.

—¡keigo, amigo!— exclamó abriendo sus brazos para achuchar efusivamente al nombrado —cuánto tiempo hacía que no veía tu carita. ¡Qué guapo estás!

—tampoco exageres mujer, que solo hace unos años que dejé el turno partido— le respondió él, palmeando el esculpido brazo de la muchacha —te presento a Midoriya. No sé si te acordarás de _______, la rubia. Pues es su novio.

—con que eres la pareja de Bakugo. Ya veo. Encantada— le ofreció una mano como saludo —Rumi Usagiyama, aunque por aquí me conocen como Miruko.

Izuku le estrechó la mano, un poco vergonzoso. Seguía sin entender por qué esa mujer iba disfrazada. En general era el ambiente extraño al que no estaba acostumbrado, toda la música y las luces y el alcohol.

—bueno, no le hagas mucho caso que enseguida se suelta de la lengua— bromeó Hawks —y entonces no hay quién la calle. ¿Tenéis hecha la comida?

—dale unos minutos— rió ella —Ya conoces a Moe, disfruta de hacer la comida con amor.

—con amor y el fuego muy alto— le rió de vuelta el rubio —la ultima vez los fideos tenian un regustito a quemado, dile que no quiero comer carbón.

Rumi soltó una sonora carcajada y desaparecío por el largo pasillo de bebidas, diciendo que iría a ver qué tal iba el encargo. No hizo falta preguntarle a Hawks qué era aquello, ensegiuda empezó a contarle de qué iba la cosa. Era un pub, como Midoriya había pensado. Un bar nocturno donde ir a beber acompañado de la alta musica. Todo aquello de los disfraces no era más que una ambiciosa idea del jefe para atraer clientes, y funcionaba más de lo que parecía, al menos cuatro o cinco personas más entraron mientras ellos esperaban a que el pedido estubiese acabado. Hawks saludaba a todos los empleados que venian a recibir a los clientes, varias mujeres disfrazadas de gato, con diademas de orejitas y guantes enormes con forma de garras.

Izuku se preguntaba si cuando Keigo trabajaba ahí también le hacían disfrazar de animalito.

Miruko llegó nuevamente, por el otro lado de la barra, el de las bebidas y con un paño en la mano empezó a limpiar el polvo de las botellas de la estanteria.

—ya va a empacarlo— sonrió. Señaló entonces a su espalda las bebidas —¿os pongo algo para llevar? 

—venga, ¿por qué no?— Takami le miró a los ojos, en ese momento sus mejillas se coloraron —crio, ¿qué te gusta?

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⏰ Ultimo aggiornamento: Jul 12, 2022 ⏰

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