Cap:17

2.3K 229 158
                                    

Una almohada contra el rostro te dio los buenos días.

— no cojan cuando yo estoy aquí — ordenó Katsuki tras lanzar la amohada.

—¡pero serás idiota!

Le devolviste el golpe obviamente enfadada y pegaste una patada en un intento de ponerle la zancadilla, pero el cenizo la esquivó y se rascó el vientre mientras bostezaba y se dirigía al baño.

—los viejos han salido— advirtió desde el pasillo— en la cocina hay una nota, se supone.

Gruñendo por lo bajo despegaste a Izuku de ti y te levantaste, pateando la cama de Katsuki para moverla de sitio.

Midoriya no podia comprender que estaba pasando, ya que recientemente se había despertado, con toda la felicidad del mundo al haber podido dormir contigo y ya lo estaban empujando.

Bajaste al salón con un notable cabreo y despegaste del refrigerador un trozo de papel escrito en un boligrafo casi sin tinta por los tachones de uno de los costados.

—estamos donde la abuela, volvemos a casa en unos días, sobre la encimera hay algo de dinero para que compren de comer o pidan adomicilio Y NADA DE FIESTAS. Con cariño papá y mamá— leíste en voz alta, volviendo a pegar el postit sobre el refrigerador con demasiada fuerza.

Midoriya se acercó curioso desde arriba de las escaleras, asomando primero su cabezita desde la esquina del pasillo para luego bajar de a poco.

—¿qué pasa?— te preguntó una vez, estuvo cerca.

— que me han dejado a solas con el inútil de mi hermano y contigo— bufaste casi ofendida.

—no me llames inútil— gruñó Katsuki bajando también, vestido extrañamente formal con unos tejanos y una de sus musculosas negras— y vístete ya, no me jodas con chandals viejos desgastados y hazme el maldito favor de ponerte sujetador una vez en todo el maldito verano.

Una de tus cejas se arqueó en una expresión de completo "¿me estás jodiendo?" y el cenizo no necesitó voltearse a verte para poder responderte "no te jodo enana, arreglate".

—¿puedo saber quien mierdas va a venir para que deba hacerte caso?— preguntaste con algo de recelo, porque debía estar de coña si pensaba que ibas a ponerte ropa decente y hacer a un lado la comodidad solo por un maldito capricho.

—¿y eso a ti que mierda te importa?— contrapreguntó casi resoplando.

—pues muy bien.

Giraste sobre tus talones y te dirigiste a tu cuarto.

Los pantalones cortos grises mas viejos que encontraste y una de las camisetas de midoriya, grande, hancha y de tirantes, para dejar ver bien que lo de los sujetadores te lo pasabas por el forro.

Alcanzaste a llegar arriba del todo de las escaleras cuando llamaron al timbre y tu hermano fue hacia la puerta para abrirla y recibir a alguien.

Bajaste tranquilamente, con toda la paz del mundo hasta estar sobre el segundo o tercer escalón desde donde pudiste ver a una chica conocida, alta, de perfectas curvas, con el cabello por los hombros de un color entre rubio y caramelo y unos labios carnosos que le sonreían directamente a Katsuki.

Era Camie.

La maldita de Camie.

—oh _________, buenos días— te saludó al verte.

Tú pusiste la sonrisa más falsa que pudiste, cambiándola por una mas realista cuando Katsuki empezó a querer matarte con la mirada situado detrás de la chica, al verte bajar vestida como ibas.

una Bakugo// Midoriya izuku x lectoraTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang