Capítulo 13.

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–Comienzo yo.

Harry asintió acomodándose mejor en el sofá con las piernas de Louis sobre sus muslos. El castaño lo miro inquisitivamente mientras preparaba todo en su mente para bombardearlo de preguntas.

El rizado había llegado justo en 15 minutos como le había prometido por mensajes, y eso era un detalle que poco a poco iba haciendo que Louis lo quisiera más.

–Nombre completo.

Harry rodo los ojos ante eso, siempre hacían la misma pregunta.

–Harry Edward Styles.

–Oye, tiene estilo.

Ambos rieron ante eso, había sido un chiste demasiado malo.

–¿Cuántos años tienes?

–20.

Louis parpadeo sorprendido, no creía que fuera mayor que él. Se le quedo mirando sus facciones y su vista quedo atascada en sus labios. Harry se dio cuenta de aquello y sonrió mostrando sus hoyuelos, se acercó hasta el castaño y lo beso delicadamente.

–Yo tengo 18 –Louis hablo entre el beso.

–Eso te convierte aún más en mi bebé.

Louis pudo jurar que su corazón se saltó un latido al oír aquello. Ese chico lo tenía mal, demasiado mal para su gusto.

–Además ya lo sabía –hablo Harry cuando se separaron del beso–. Lo sé todo sobre ti.

Louis iba a preguntar porque, pero era más que obvio, aquel era su chico, el que había soñado tanto tiempo, el que había querido que estuviera siempre con él. Era obvio que iba a conocer todo sobre él.

–En una semana comienzo las clases.

El rizado lo miro sin emociones en su cara.

–¿Y?

La decepción y furia de apoderaron del cuerpo del castaño haciendo que se levantara indignado del sofá.

–¡¿Y?! –repitió enfurecido–. ¿Ósea que no te importa?

Harry comenzó a reír como un loco. Pequeñas lágrimas salieron de sus ojos gracias a la risa que aquello le había provocado. El castaño se indigno mucho más y camino hasta la cocina por un vaso de agua.

–Louis –lo llamo Harry pero este no le hizo caso.

Se levantó y lo persiguió. Louis estaba de espalda a él con una mano apoyada en la alacena y en la otra sostenía un vaso con agua. Se acercó hasta él rodeando su cintura por detrás y comenzando a besarle el cuello delicadamente.

–No te enojes, mi amor.

El castaño quería mantenerse al margen, pero el toque de los labios del mayor en su cuello se sentían cálidos y hacia que su piel se colocara de gallina.

–Es que no te importo –hizo un puchero.

Harry le dio la vuelta admirándolo. Vio los labios del menor formado en un bonito puchero y no se resistió besarlo para luego morderle el labio inferior.

–Claro que me importas –hablo–. Eres mi novio.

Le dio otro beso dándole mimos. Con sus grandes manos comenzó a hacer patrones imaginarios en sus caderas. Louis dejo el vaso allí arriba a un lado de ellos y sus brazos fueron a dar a cada lado de la cintura del más alto. Levanto su vista para verlo a los ojos una vez que habían terminado de besarse.

–¿Me vas a extrañar?

Harry sonrió ante el tono con el que había mencionado aquello su novio.

–Mucho, mi vida. Tanto, que te iré a buscar todos los días a la salida del colegio.

Se abrazaron un buen rato. Allí parado los dos. Louis vio por encima del hombro del rizado el reloj de pared y ya era bastante tarde.

–¿Te quedaras a dormir? –pregunto alejándose un poco del abrazo.

–Por supuesto.

Salieron de la cocina agarrados de la mano, ese pequeño tacto era suficiente para ellos dos.

–Espera –Louis lo detuvo.

Fue y agarro su teléfono que estaba encima de la mesita a un lado del sofá para ver si su madre lo había llamado. Pero como siempre, estaba descargado.

–¿No me escribiste más desde el último mensaje donde me avisabas que venias verdad?

Harry lo miro confundido ante esa pregunta.

–No, ¿Por qué?

Louis suspiro satisfecho.

–Es que cuando mi teléfono se descarga y llega algún mensaje, ellos se borran –levanto los hombros restándole importancia al asunto.

–Tu teléfono es raro.

El castaño soltó una carcajada ante aquello. Sí, su teléfono era raro, pero era un problema de software que tenía y que él aún no había mandado a acomodar.

(...)

–¡Tenemos que hacer una fiesta!

El rubio rio ante aquello, a su novio le llegaban ideas de repente y se emocionaba por cualquier cosa.

–¿Y que se supone que vamos a celebrar?

Zayn lo pensó. Se colocó una mano en la barbilla y entrecerró los ojos.

–Que tú y yo somos novios –respondió coquetamente.

A Niall se le colocaron las mejillas rosados al escuchar aquello y sonrió tímidamente.

–Tengo mucha suerte de tenerte como novio, Niall –se le acerco–. Eres un hermoso chico de 17.

Cerro la distancia besándole los labios dulcemente. Y como se trataba de Zayn Malik, la situación comenzó a calentarse.

Digamos que estar solos en la casa del rubio, sin nadie que los molestes. Dos chicos, uno de ellos con las hormonas alborotadas, en un sofá besándose, no era nada fácil de controlar.

Zayn metió sus manos por la espalda del menor acariciándola con la yema de sus dedos. Sus besos los bajo por el cuello del rubio delicadamente. Y sin poder evitarlo.

Terminaron haciendo el amor en el sofá.

Pide un deseo {Larry Stylinson} {Mpreg}Where stories live. Discover now