Capítulo 19.

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"No quiero irme, quiero estar con él. A su lado"


2 días después.

Harry toco la puerta y se quedó esperando a que abrieran.

–¡Ya voy! –escucho el grito desde adentro.

La puerta se abrió revelando al chico que lo había estado apoyando ese mes completo. Lo abrazo fuertemente besando su mejilla.

–¿Cómo estas, Harry?

–De eso te quería hablar.

El rizado hizo una mueca y entro a la casa. Se dirigieron al sofá que estaba en la sala y se sentaron uno del otro.

–Dime que pasa.

Harry lo miro con miedo en sus ojos y se tapó la cara con sus manos.

–Vamos, sabes que puedes decirme cualquier cosa.

Lo amo, Liam.

El castaño sonrió enormemente. Le enternecía de sobremanera la forma en que Harry hablaba de su novio.

–¿Y que hay con ello? –pregunto confundido–. ¿Qué tiene de malo?

El rizado lo miro.

–Solo quedan cinco días y yo me iré.

El castaño le dio un fuerte abrazo. Sintió las lágrimas del rizado mojar su hombro y dejo que este se desahogara.

Veras, Liam –comenzó tratando de detener las lágrimas–. Yo soy un simple deseo. Estoy aquí para él, para eso me mandaron. Tenía que estar con él y ser lo que él siempre quiso que sea un chico. Yo estoy más que feliz por hacerlo feliz a él. Yo lo quiero. Pero no se supone que debía enamorarme. Y ahora, solo quedan cinco malditos días y tendré que irme –sollozo–. Yo no quiero irme y dejarlo solo. No quiero –sus labios temblaron al decir la última palabra.

Liam quien era también parte de la magia, comprendió todo.

Los deseos de las personas eran concedidos, no a todas. Eran simplemente algunas que tenían ese privilegio. Louis era uno de ellos. Él había pedido a su chico. Y ese chico era Harry. El rizado apenas se cumpliera el mes tenía que irse lejos. Irse a otra ciudad, y esperar si otra persona pedía un deseo y era concebido. Sino, quedaría solo para toda su vida. Esas eran las reglas de la magia.

Otra regla que era fundamental y no podía ser quebrada era enamorarse de la persona. Y Harry lo había hecho.

Se había enamorado de Louis.

–Sabes que te entiendo –Liam poso su mano en su rodilla dándole un leve apretón–. Pase lo mismo que tú. Me tuve que venir de Los Ángeles para acá para Inglaterra, me enamore de esa chica y me prohibieron entrar en ese país.

La magia era compleja. No había explicación. Era solo entender lo que quisieran entender. Ellos eran mandados por una fuerza superior, que les decía donde tenían que estar, y en qué momento.

–¿Él sabe que me has visto todo este tiempo? –pregunto.

–No. Louis no sabe nada –negó.

–¿Qué harás?

Harry se quedó mirando al vacío. Nada en específico.

–Tengo que decírselo, él como que no se acuerda que el mes ya se va a cumplir.

Liam asintió estando de acuerdo.

–Lo mejor es eso. Sabes que cualquier cosa me tienes a mi ¿verdad?

Harry lo volvió a abrazar agradeciéndole. Era en esos momento de debilidad que Liam lo sostenía en sus brazos.

–¿Cómo crees que se lo tomara?

–No lo sé.

Se quedaron callados. El silencio se apodero de la habitación hasta que Liam volvió a hablar.

¿Louis sabe que lo amas?

Harry lo miro con la tristeza reflejada en sus ojos y negó.

No lo sabe –sollozo tapándose su rostro.

–Sera mejor que se lo digas –aconsejo–. Antes de que sea demasiado tarde.

Porque después de todo:

"El mundo no era una máquina de conceder deseos"

Y solo algunos, gozaban de ese privilegio.

Pide un deseo {Larry Stylinson} {Mpreg}On viuen les histories. Descobreix ara