Epílogo.

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–No, Zayn, ese no –Louis bufo.

El pelinegro lo miro serio y buscando con la mirada en toda la cocina camino hasta los estantes. Abrió uno por uno. Y cuando encontró lo que buscaba. Se dio la vuelta mirando a su amigo.

–¿Este?

–Ese! –grito entusiasmado.

Zayn rodo los ojos ante la alegría de su amigo y camino hasta él. Le entrego el frasco con el chocolate y Louis lo agarro gustoso. Roció un poco encima del pastel y con admiración, lo termino.

–Listo –dijo orgulloso.

–Yo quería de fresa –Zayn se cruzó de brazos.

–Pues jodete –Louis le saco la lengua–. A mi bebé le gusta es el chocolate.

Louis coloco con sumo cuidado el pastel encima de la mesa y lanzo un beso al aire. Le había quedado mejor de lo esperado.

–Hay algo que quiero contarte –Louis hablo mirando todavía el pastel.

Zayn se le acerco y coloco una mano en su hombro. El castaño al sentir ese tacto sus ojos se aguaron. Su labio inferior comenzó a temblar y sin querer ya estaba llorando.

–Shh, cuéntame con calma –Zayn lo abrazo–. Todo está bien.

Lo dirigió a la mesa y aparto unas sillas se sentaron. El pelinegro espero a que su mejor amigo se calmara y apretó levemente su rodilla dándole fuerzas.

-Anoche soñé con Harry –comenzó–. Nunca había soñado con él. No desde que se fue, y justo anoche lo hice. No recuerdo muy bien el sueño, pero me levante esta mañana con una felicidad enorme en mi pecho. Pero ahora que lo pienso. ¿Por qué sueño justo ahora con él? ¿Por qué después de tres años?

Zayn sin saber la respuesta, prefirió quedarse callado en su sitio.

–Me dijo lo mismo que cuando se fue –Louis ahogo un sollozo.

"Prometo que siempre estaré contigo –Louis sollozo más fuerte en el cuello del más alto al oír esas palabras–. No te dejare nunca."

–Louis –Zayn hablo con delicadeza–. Sabes que él te amo, y te ama, sea donde sea que este. No tienes por qué ponerte así. Ustedes fueron inseparables en su tiempo de novios. Hace tres años que Harry se fue.

–Lo sé –Louis contesto–. Pero es inevitable no llorar.

La puerta abriéndose hizo que ambos saltaran del susto en sus asientos.

–Papi –el pequeño balbuceo.

Con pasos torpes se acercó hasta su padre.

–¡Mi amor! –Louis exclamo cargándolo.

El niño lo miro con una sonrisa que luego desapareció.

–¿Poque papi ta llodando?

El castaño sonrío melancólico.

–Papi está feliz porque su bebé está cumpliendo dos años –lo beso fuertemente en la mejilla haciendo que el pequeño riera.

–¿Y el tizo Zayn no tiene beso?

El niño emocionado estiro los brazos para que el pelinegro lo cargara. Este gustoso lo acepto en sus brazos dándole un fuerte abrazo.

–Feliz cumpleaños, campeón.

(...)

Zayn ya se había ido a su casa a cambiarse para la fiesta del hijo de Louis. Este último se encontraba en su cuarto acomodándose. Se miró en el espejo y vio sus ojos, estos ya no tenían ese mismo brillo de antes. Seguían siendo azules, pero un poco diferentes.

–Eres un hombre de 21 años, puedes con todo –se susurró a sí mismo.

Un sonido en la planta baja de su casa hizo que saliera corriendo. Bajo cada escalón como un rayo y cuando llego su pequeño estaba parado ya arreglado con sus manitas en la boca sorprendido.

–Se partió –dijo mirando el desastre.

Louis negó con la cabeza y se acercó hasta él. Miro lo que había partido su hijo y su corazón se encogió.

–¿Pati foto de papá? –el pequeño miro hacia arriba viendo su padre.

En el suelo ya hacia una foto de él y Harry con trozos de vidrios encima. La recogió con cuidado y la levanto mirándola. La dejo a un lado en un sitio seguro y agachándose para quedar a la altura de su hijo. Reprocho:

–Pudiste haberte cortado, Maximiliano.

El bebé hizo un puchero y abrazo a su padre por el cuello.

–No quise pati foto de papá.

Louis respiro profundo abrazándolo también.

–Está bien, amor, no importa.

Max sabía perfectamente quien era el chico de la foto que salía junto a Louis. El castaño en ningún momento le oculto que tenía otro padre. Siempre le había dicho la verdad, y el pequeño de tan solo dos años –cumpliéndolos–, entendía a la perfección eso.

–¿Papá cuándo va a vove? –pregunto.

Louis miro a su hijo triste y ocultándolo con una sonrisa, no contesto.

(...)

Todos en la casa compartían alegremente el cumpleaños del pequeño Maximiliano. Aunque Louis quiso hacer algo privado y solo con las personas que él de verdad quería, la estaba pasando bien, aunque su principal objetivo era que su hijo estuviera feliz.

–¡Maximiliano!

Oyó el grito de Niall detrás de él y no pudo evitar reír. De la cocina salió el pequeño corriendo alegremente mientras balbuceaba algunas cosas que aún no sabía pronunciar. Louis lo cargo en sus brazos mirando los ojos verdes de su hijo y le pregunto:

–¿Qué le hiciste al tío Niall?

–No hice nada papi –contesto con una sonrisa.

–¡Mentira!

Louis miro al rubio que venía con una mano en su abultado vientre. Al pobre le costaba caminar con la barriga que traía.

–No molestes a tu tío –Louis miro serio al niño–. No ves que esta embarazado. No puede correr detrás de ti.

El pequeño asintió obediente, detrás de Niall también venia Zayn con el pastel en la mano y lo coloco en la mesa de centro prendiendo las velas. Los tres hombres cantaron el cumpleaños al pequeño quien aplaudía y los miraba.

¡Pide un deseo! –grito entusiasmado Zayn.

Louis negó riendo y acercando al pequeño le susurro.

Pide un deseo, mi amor, el que quieras.

El infante de ojos verdes miro a sus tíos que estaban abrazados y sonriendo felices. Luego miro a su padre que estaba con una sonrisa orgullosa en su rostro. Pero estaba solo.

Miro el pastel y luego a un lado de él. Allí en una repisa estaba la foto de sus padres.

Deseo que papá vuelva. ­–y apago las velas.

Pide un deseo {Larry Stylinson} {Mpreg}Where stories live. Discover now