Capítulo 19

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Capítulo 19

Cuando salí de la ducha, Adam se encontraba ya acostado y apunto de dormir. El silencio del campus era tan relajante como inquietante. Apenas me vio me clavó los ojos y yo me sentí incómoda. Así que hice de cuenta no haberlo visto y me acosté en mi cama.

—A veces puedes follar con una persona fija sin estar en una relación formal—le dije, porque sabía que tenía la intención de seguir husmeando en mi vida.

—Sí, yo también suelo follar con mujeres muy seguido y no tengo nada con ellas.

—Me mentiste—le dije, mientras acomodaba mi almohada para luego colocarla detrás de mi cabeza.

—¿Eh?

—Me mentiste—le repetí—, me dijiste que yo fui la primera mujer con la que estuviste.

Adam humedeció sus labios y su rostro se puso como el de un tomate.

—Pude haberme acostado con otras mujeres después de ti ¿no crees?

—Por supuesto que lo creo. Eres un chico muy apuesto.

—¿De verdad lo crees, Ada?

Asentí con una pequeña sonrisa y él pareció sentirse orgulloso por mí comentario.

—Que una chica como tú me lo diga, es muy reconfortante—me dijo, con aire tranquilo.

—¿Y cómo es una chica como yo?

—No hace falta decir que eres muy pero muy guapa y aparentas ser una persona fría pero muy interesante. Eres preciosa en varios sentidos y eso es lo que tú eres, perfección. Y me cuesta entender que un hombre no te pida para salir, para ser algo más y no solo para follar.

Sus palabras me hicieron sentir bien y a la vez, me hicieron pensar en la relación que yo y Max teníamos. Él solía ser un galán con muchas mujeres, cuando íbamos a comer juntos, las chicas lo devoraban con la mirada y sabía que tenía varias mujeres agendadas en su celular. Mujeres no le sobraban. Un mujeriego con todas las letras y yo sin saber qué hacer con él.

—¿Por qué atarme a un hombre solo para follar, cuando puedo hacerlo con más de uno?—le dije a Adam.

—Me parece que esa pregunta fue más para ti…que para mí.

Él quiere solo una relación así ¿Quién soy yo para pedirle más?¿Con todo lo que me ha dado? Si no sale de él, pues yo no sé lo pediré. Ya estaba harta de pedirle cosas a Max. Era hora de que él me rogara a mí. Si tanto él me decía en la cama que era suya, necesitaba pruebas suficientes como para creerlo.

Septiembre es uno de los meses favoritos en Nueva York. Mientras el calor se evapora poco a poco, todo el mundo parece dispuesto a disfrutar de los últimos coletazos del verano y de la vida al aire libre.

Se hicieron las doce y el 25 de Septiembre llegó con otro año más de vida. Mi cumpleaños número veinte me recibió con una lluvia torrencial a las 00:00 horas. Miraba las gotas golpear en mi ventana, con los brazos cruzados y sin saber qué hacer conmigo misma. La única luz encendida era la del velador.

—Feliz cumpleaños a mí —me dije, mientras sostenía un pequeño muffin con un vela encendida.

Cerré los ojos, y luego de pedir tres deseos, soplé la diminuta llama.

Max tenía mucho trabajo, así que no podía contar con él para pasarla acompañada. Aunque tampoco era su obligación estar conmigo todo el tiempo, nosotros teníamos un tipo de relación que no involucraba afecto emocional así que me aferraba a eso. Mientras todo sea consensuado, todo marcharía bien. Éramos nuevos en esto, él quería intentar estar en aquel mundo al igual que yo, pero sinceramente ya me daba lo mismo.

No te enamores de Ada Gray (Libro 1 TRILOGIA EL PECADO DE LOS DIOSES)Where stories live. Discover now