xix. 𝓂𝒶𝓈 𝓆𝓊𝑒 𝓅𝒶𝓁𝒶𝒷𝓇𝒶𝓈

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capítulo diecinueve:
❝Más que palabras❞

El día viernes, cuando el viento helado sopla desde el este y el sol en lo alto del cielo durante el mediodía funciona como un cálido abrigo y alumbrado para los habitantes de Avonlea, Jerry tarareaba una melodía animado mientras rastrillaba la pa...

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El día viernes, cuando el viento helado sopla desde el este y el sol en lo alto del cielo durante el mediodía funciona como un cálido abrigo y alumbrado para los habitantes de Avonlea, Jerry tarareaba una melodía animado mientras rastrillaba la paja en el establo. Era día de paga y esa misma tarde disfrutaría de su familia luego de haber cumplido su jornada de todas las semanas. 

No solo el dinero era motivo para estar feliz, llevaba días enteros con un ánimo inexplicable que provocaba que se levantara de la cama a una hora temprana e incluso salir a caminar por las calles de Charlottetown. Este "dotado de vida" tenía una idea en su cabeza desde hacía tiempo, y no veía la hora de llevarla a cabo.

Luego de una cándida mañana , Diana Barry se dirigió tranquilamente a la casa de su amiga pelirroja, tomando un camino por el bosque que acostumbraba a transitar diariamente. Mientras tanto, en su cabeza divagaban imágenes del francés que se había convertido en un miembro de la familia Cuthbert. Su gran sonrisa, su cabello oscuro, sus ojos castaños, era bellísimo, además provocaba que sonriera atontada con solo pensar en él.

["breakfast on the balcony" -
franz gordon]

Ya en la puerta, entre tanto acomodaba su cabello y la cesta con algunos aperitivos, tocó la madera dos veces hasta que Marilla atendió y sonrió para luego saludar amablemente.

—Hola Marilla, espero haber llegado a hora —dijo la pelinegra luego de que la mencionada le invitara pasar.

—Llegas a tiempo —afirmó la mujer mientras limpiaba sus manos con su delantal—. Solo falta Magie, dijo que vendría a ayudar con la cocina. 

—Por lo que oí, no es la persona más puntual—comentó la muchacha agraciada y la mujer sonrió—. ¿Quieres que sirva el cordial?

Los Cuthbert habían organizado un pequeño almuerzo con los amigos de Anne, nada formal, solo para celebrar con pollo asado que la mercancía de Matthew vendió lo suficiente para sobrellevar el mes completo. 

No solo Diana, Jerry y Magie eran los invitados, también se encontraba Hunter, quien se ofreció para ayudar con la comida al igual que los demás.

—Lo lamento demasiado —se expresó la castaña al entrar agitadamente a la casa—. Tuve que ir por galletas, y me fue casi imposible conseguir galletas savoiardi.

—¿Galletas? ¿Para qué? —cuestionó la pelirroja, quien descendía de la segunda planta por las escaleras.

Tiramisú. Mi tía me la enseñó hace unos meses. Es un postre italiano —explicó mientras colocaba los ingredientes sobre la mesa de la cocina—. Les va a encantar, o eso espero.

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