𝙕𝙝𝙤𝙣𝙜𝙡𝙞 𝙭 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙙𝙚 [ 𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 ]

Íncubo [AU +18]

Wikipedia: 'Íncubo es un demonio, en la creencia y mitología popular europea de la Edad Media, que se supone se posa encima de la víctima durmiente, para tener relaciones sexuales con quien duerme, de acuerdo con una amplia cantidad de tradiciones mitológicas y legendarias. Su contraparte femenina se llama súcubo'.

No voy a hacer somnofilia, que quede claro. Solo es Childe siendo un íncubo y yo pasándome la demonología y todo eso un poco por el escroto, me he inventado 500 cosas, pero para eso es mi fanfic :>.

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Zhongli suspiró, mirando el amuleto que Hu Tao le había dado. No estaba muy seguro de lo que era, y no tenía muchas ganas de averiguarlo en realidad. Le contó que lo había conseguido en un mercadillo, y se lo regaló para el día de San Valentín, diciéndole que 'ya se lo agradecería'. No confiaba en esas palabras, ni en lo que era este extraño colgante. Una cadena aparentemente de oro sujetaba un rubí en forma de un diamante alargado, que brillaba con cada pequeño movimiento que hacía. Faltaban dos días para San Valentín, y el collar no había hecho nada.

'—¡Es una sorpresa, ten paciencia, Zhongli!'

Esas fueron sus palabras. Se ató la cadena al cuello, soltando un largo suspiro. ¿En qué clase de lío se había metido esta vez? A la chica le gustaba todo el tema del ocultismo, y estaba seguro de que esto era también algo relacionado. Él era bastante supersticioso con ese tipo de cosas, pero le gustaba escuchar a la chica hablar sobre eso, aunque no entendiera ni una sola palabra.

Hu Tao se había encargado de recordarle todos los días sobre su soltería, burlándose incansablemente y haciendo bromas sobre el tema. Cuando le dio el collar parecía bastante orgullosa, como si hubiera 'solucionado' algo que nunca llegó a ser un problema para Zhongli. No le molestaba estar soltero ni nada, pero es cierto que tampoco estaría disgustado si consiguiera pareja. Aunque claro, eso era bastante difícil para él. Por aspecto físico la gente sí que se acercaba a él, pero su tosca personalidad los alejaba al poco, haciendo desaparecer su interés romántico al instante.

Suspiró, apoyándose en el respaldo del sofá y apretando el rubí en su puño cerrado. ¿Qué se supone que iba a ocurrir? 

—

Zhongli se despertó en medio de la madrugada, molesto por una insistente luz carmesí que había conseguido despertarlo. Abrió los ojos, frunciendo el ceño en cuanto vio que el collar sobre la cómoda era el causante de dicha luz. ¿Desde cuando las piedras preciosas brillaban de tal forma? No, más bien dicho... ¿¡desde cuando emitían luz!? Zhongli se incorporó, sentándose en la cama y observando el intenso resplandor que inundaba la habitación de un fuerte color rojo. Se levantó mirando el reloj de su mesita de noche; eran las cuatro de la mañana del día de San Valentín. Realmente estaba ocurriendo algo. Él pensó que sería algún tipo de amarre extraño, pero resultó... en esto. Se acercó con cautela hacia el collar, la luz se incrementó más, como si le estuviera animando a tocar la piedra. Zhongli alargó la mano cautelosamente, las yemas de sus dedos rozaron la superficie de la piedra, haciendo que la luz carmesí envolviera toda la habitación y lo cegara, obligando a cerrar sus ojos y cubrir sus párpados con los brazos. Notó como la iluminación iba bajando, permitiéndose abrir un ojo y separar los antebrazos.